Levítico 26, vs 3:
אִם־בְּחֻקֹּתַ֖י תֵּלֵ֑כוּ וְאֶת־מִצְוֺתַ֣י תִּשְׁמְר֔וּ וַעֲשִׂיתֶ֖ם אֹתָֽם
o “…Si en mis leyes anduviereis y mis decretos guardareis y los pusiereis por obra…”: Todo está en el condicional, es decir, siempre y cuando el israelita escuchara lo que Dios le encomendó poniéndolo por obra, entonces se alcanzaría la bendición de Dios. El término תִּשְׁמְר֔וּ o “…guardareis…” requiere estudio y conocimiento y el término וַעֲשִׂיתֶ֖ם o “…y los implementéis…” requiere dedicación y servicio. Ambos términos persiguen el objetivo de conocer, amar y temer a Dios, más y mejor.
Levítico 26, vs 4:
וְנָתַתִּ֥י גִשְׁמֵיכֶ֖ם בְּעִתָּ֑ם
o “…y daré vuestra lluvia en su tiempo…”: Dios cumplirá la parte del pacto patriarcal que le corresponde si el israelita cumple con su parte también. Recordemos que es un pacto entre Dios e Israel, es decir, una parte que debe de hacer Dios y una parte que le corresponde hacer al Israelita. Tanto es así que cuando los judíos, en el episodio del Holocausto, clamaron a Jehová su Dios por ayuda, no la obtuvieron porque habían abandonado el pacto patriarcal en el sentido de abandonar los caminos virtuosos de Dios en la tierra. Cuando triunfa el mal en el mundo es porque Israel no cumplió con el liderazgo espiritual a satisfacción. El pueblo de Israel en el 1939 estaba muy fragmentado y cada judío era fiel a su país más que al pacto de Dios.
Levítico 26, vs 5:
וַאֲכַלְתֶּ֤ם לַחְמְכֶם֙ לָשֹׂ֔בַע וִֽישַׁבְתֶּ֥ם לָבֶ֖טַח בְּאַרְצְכֶֽם
o “…y comeréis vuestro pan con hartura y viviréis seguros en vuestra tierra…”: Cuando existe armonía y compatibilidad entre Dios e Israel, todo marcha bien, tanto el aspecto material como el aspecto psicológico. En vez de estar gobernados por miedos infundados, basados en fantasías humanas, se vive por la verdad y por el amor universal.
Levítico 26, vs 6:
וְנָתַתִּ֤י שָׁלוֹם֙ בָּאָ֔רֶץ
o “…y daré paz en la tierra…”: Dios es el que da la paz como fruto de su bendición, en función del comportamiento humano que le agrada. Por ejemplo, el humano pudiera buscar toda la paz del mundo que quisiera, sin embargo, si sus obras no agradan al Creador, difícilmente podría alcanzarla. Esto se aplica muy bien a lo que está sucediendo hoy en Israel con los palestinos. Israel quiere entregar Judea, Samaria y Gaza, a los palestinos a cambio de la paz. Sin embargo, estos territorios son parte integrante de la tierra prometida por Dios a los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob, por consiguiente, no pudiera haber paz del todo porque los israelitas están despreciando la tierra que Dios juró por Su Santo Nombre se la daría a los Judíos, sus descendientes.En consecuencia, lo que le espera a Israel, si se declarara un estado palestino en esos territorios pertenecientes a la tierra prometida, será la maldición y no la bendición de Dios por su rebeldía y desprecio a gran parte de la tierra prometida.
Levítico 26, vs 6:
וּשְׁכַבְתֶּ֖ם וְאֵ֣ין מַחֲרִ֑יד וְהִשְׁבַּתִּ֞י חַיָּ֤ה רָעָה֙ מִן־הָאָ֔רֶץ וְחֶ֖רֶב לֹא־תַעֲבֹ֥ר בְּאַרְצְכֶֽם
“…y dormiréis y no habrá espanto y os dispensaré de la bestia mala de la tierra y espada no pasará por vuestra tierra…”: Dios asegura que si hacemos lo que le agrada, el espíritu dormirá tranquilo, la bestia mala se alejará de nuestra tierra y no habrá guerra ni miedo sicológico, sino paz espiritual y prosperidad.
Levítico 26, vs 7:
וּרְדַפְתֶּ֖ם אֶת־אֹיְבֵיכֶ֑ם וְנָפְל֥וּ לִפְנֵיכֶ֖ם לֶחָֽרֶב
o “…y perseguiréis a vuestros enemigos y caerán delante de ustedes a espada…”: En caso de conflagración, Dios entregará a los enemigos de Israel en sus manos.
Levítico 26, vs 8:
וְנָפְל֧וּ אֹיְבֵיכֶ֛ם לִפְנֵיכֶ֖ם לֶחָֽרֶב
o “…y caerán vuestros enemigos delante vuestra a espada…”: Dios será el protector de Israel y lo guiará por el sendero de la victoria.
Levítico 26, vs 9:
וּפָנִ֣יתִי אֲלֵיכֶ֔ם וְהִפְרֵיתִ֣י אֶתְכֶ֔ם וְהִרְבֵּיתִ֖י אֶתְכֶ֑ם וַהֲקִימֹתִ֥י אֶת־בְּרִיתִ֖י אִתְּכֶֽם
“…y yo me dirigiré a ustedes, y os fructificaré, y os multiplicaré y estableceré mi pacto con ustedes…”: Dios tendrá a Israel en la mira para protegerlo y para hacerlo crecer y multiplicarse siempre y cuando Israel esté a la altura de su cometido espiritual en el sentido de traer grandeza a Dios y honra a la Torah en el mundo.
Levítico 26, vs 10:
וַאֲכַלְתֶּ֥ם יָשָׁ֖ן נוֹשָׁ֑ן וְיָשָׁ֕ן מִפְּנֵ֥י חָדָ֖שׁ תּוֹצִֽיאוּ
“…y comeréis lo añejo y lo viejo lo retiraréis delante de lo nuevo que saquéis…”: Habrá tanta abundancia que las cosas envejecerán por el uso y la producción se multiplicará tanto que sobrará.
Levítico 26, vs 11:
וְנָתַתִּ֥י מִשְׁכָּנִ֖י בְּתוֹכְכֶ֑ם וְלֹֽא־תִגְעַ֥ל נַפְשִׁ֖י אֶתְכֶֽם
“…y os daré mi santuario en medio de vosotros y no os abominará mi alma…”: Al morar el símbolo de la cercanía de la divina presencia en el Tabernáculo de Reunión, entre los hijos de Israel, Israel estará protegido por una fuerza superior a todas las fuerzas habidas y por haber porque Dios es el infinito poder. Sin embargo, si Israel pecara grandemente, Dios les aborrecería y les castigaría ya que no hicieron uso de Su Santa Presencia para el bien, la virtud, el amor y la justicia.
Levítico 26, vs 12:
וְהִתְהַלַּכְתִּי֙ בְּת֣וֹכְכֶ֔ם וְהָיִ֥יתִי לָכֶ֖ם לֵֽאלֹהִ֑ים וְאַתֶּ֖ם תִּהְיוּ־לִ֥י לְעָֽם
o “…y caminaré en medio de ustedes y seré vuestro Dios y ustedes seréis mi pueblo…”: Dios está extendiendo una mano amiga a Israel para que conjuntamente conduzcamos a la humanidad a la redención. Esta redención que no viene desde afuera, en forma del envío de ningún Mesías, sino que sale desde dentro de cada individuo, en virtud de haber sido hechos a la imagen y semejanza del Creador, y se proyecta hacia fuera. Viene como consecuencia del servicio a la verdad con compasión, en virtud de perseguir juicios justos.
Levítico 26, vs 13:
אֲנִ֞י יְהֹוָ֣ה אֱלֹֽהֵיכֶ֗ם אֲשֶׁ֨ר הוֹצֵ֤אתִי אֶתְכֶם֙ מֵאֶ֣רֶץ מִצְרַ֔יִם מִֽהְיֹ֥ת לָהֶ֖ם עֲבָדִ֑ים
o “…que os saqué de la tierra de Egipto para que fuesen mis siervos…”: Dios nombró a Moisés, cuando este murió, “…siervo de Dios…”. Lo mismo pide Dios de todo el pueblo de Israel, que seamos sus testigos o sus siervos en la tierra para conducir a la humanidad por el sendero de la santidad, la verdad y la justicia. Pensemos que el verdadero ser libre es aquél que es consciente de sus limitaciones como ser humano sirviendo a Dios por encima de todas las cosas y, luego, a la humanidad, promoviendo vida y orden.
Levítico 26, vs 13:
וָאֶשְׁבֹּר֙ מֹטֹ֣ת עֻלְּכֶ֔ם וָאוֹלֵ֥ךְ אֶתְכֶ֖ם קֽוֹמְמִיּֽוּת
o “…y rompí las ataduras de vuestro yugo y marché con ustedes en dignidad…”: Dios escogió a Israel de entre todas las naciones de la tierra para darle la oportunidad de gloria y de dignidad con el fin de que la usase en beneficio de la humanidad haciendo honor al Creador al promover justicia, trayendo la verdad en cada situación y ejerciendo compasión sólo cuando la compasión es debida y no en toda instancia. El yugo al que Dios se refiere es al aspecto material que embriaga al humano. Los valores del espíritu liberan al individuo de este yugo y lo hacen más moderado, armonizándole al ponerse él en control en lugar de sucumbir al mundo de las pasiones y de las posesiones. El humano exitoso a ojos de Dios es aquel cuyo espíritu prima sobre sus sentidos. Es ser más que tener.
Levítico 26, vs 14:
וְאִם־לֹ֥א תִשְׁמְע֖וּ לִ֑י וְלֹ֣א תַעֲשׂ֔וּ אֵ֥ת כׇּל־הַמִּצְוֺ֖ת הָאֵֽלֶּה
O “…y si no me escuchareis y no hiciereis todas los mandamientos estos…”: Dios se presenta aquí con la maldición y anteriormente con la bendición porque el hombre es libre de escoger su camino, en virtud del libre albedrío que Dios le otorgó. Dios ama la libertad y espera del humano que esté a la altura de su potencial espiritual. Sin embargo, la mayoría prefiere la mediocridad a la excelencia y el vicio a la virtud espiritual. Sólo aquellos que se percataron del privilegio espiritual y lo hicieron suyo en cada momento del día y de la noche, comprendieron lo que ello significaba otorgándole valor a lo que de verdad tenía valor. Los demás vivieron vidas exentas de calidad, es decir, sin expansión de conciencia ni interacción en estado de trascendencia espiritual.
Levítico 26, vs 15-32:
Todos estos versículos son recriminatorios por resistir a la voluntad divina. Israel, si bien es libre como los demás pueblos de la tierra, tiene una deuda especial con Dios que ningún otro pueblo tiene, es decir, le debe a Dios el hecho de haberlos sacado de Egipto de casa de servidumbre, de haber salvado a sus primogénitos, de haberles dado la Torah y de haberlos metido en la tierra prometida de Israel. Consecuentemente, Israel puede ser castigado por algo que los demás pueblos de la tierra no pueden ser castigados. De ahí que exista el antisemitismo en el mundo como forma de castigo indirecto de Dios contra los judíos. No es casualidad que no exista el antiislamismo ni el anticristianismo, como existe el antisemitismo. En la mayoría de los casos, Dios usa el arma de antisemitismo para unir a Israel, el cual se fragmenta cuando está bien de situación económica. Gracias a lo cual Israel sobrevivió a todas las culturas del mundo.
Levítico 26, vs 33:
וְהָיְתָ֤ה אַרְצְכֶם֙ שְׁמָמָ֔ה וְעָרֵיכֶ֖ם יִהְי֥וּ חׇרְבָּֽה
o “…y será la tierra asolada y vuestras ciudades estarán desiertas…”: Esto es prácticamente lo que sucedió por dos milenios en la tierra santa hasta que en 1948 los judíos recuperaron parte de Israel y en 1967, el resto aunque ahora, despiadadamente, en el 2005, están entregando Judea, Samaria y Gaza a sus enemigos mortales, los palestinos o filisteos. Pecado este por el que sufrirán las generaciones futuras de judíos, según vaticinio.
Levítico 26, vs 34:
אָז֩ תִּרְצֶ֨ה הָאָ֜רֶץ אֶת־שַׁבְּתֹתֶ֗יהָ כֹּ֚ל יְמֵ֣י הׇשַּׁמָּ֔הֿ“
…entonces gozará la tierra de sus sábados, todos los días de la desolación…”: Mientras estaban los israelitas en la tierra, no respetaban con gozo y felicidad sus sábados y sus días festivos. Sin embargo, cuando Israel esté en cautiverio, la tierra estará libre del reclamo de Dios, en virtud de que los sábados y los días festivos sean observados ya que no habrá israelitas en ella para que puedan transgredir el mandamiento divino. Los gentiles que allí se encuentren, al no tener ningún pacto patriarcal con Dios, no podrán traspasarlo, como los israelitas, aunque no observen esos días festivos.
Levítico 26, vs 35:
כׇּל־יְמֵ֥י הׇשַּׁמָּ֖הֿ תִּשְׁבֹּ֑ת אֵ֣ת אֲשֶׁ֧ר לֹֽא־שָׁבְתָ֛ה בְּשַׁבְּתֹתֵיכֶ֖ם בְּשִׁבְתְּכֶ֥ם עָלֶֽיהָ
“…todos los días de la desolación descansará lo que no descansó en los días de reposo cuando vivíais en ella…”: Mientras los Israelitas vivían en la tierra prometida, tenían que observar los días de reposo y si no los observaban traicionaban el propósito de Dios. Sin embargo al no haber israelitas en la tierra prometida, los demás habitantes no tenían obligación de hacerlo porque no fueron comisionados como los judíos. En este sentido, descansaba la tierra ya que no había infracción a mandamiento divino alguno.
Levítico 26, vs 36:
וְהַנִּשְׁאָרִ֣ים בָּכֶ֔ם
o “…y a los que quedaren de vosotros…”: Al remanente de Israel o a los no asimilados a los gentiles. La Biblia habla, en repetidas ocasiones, del שארית יעקב o “…remanente de Jacob…”. Estos son los que sobreviven a los obstáculos del mundo manteniéndose, de alguna manera, aunque mínima, fieles al pacto espiritual patriarcal con Dios.
Levítico 26, vs 36:
וְהֵבֵ֤אתִי מֹ֙רֶךְ֙ בִּלְבָבָ֔ם בְּאַרְצֹ֖ת אֹיְבֵיהֶ֑ם
o “…y traeré cobardía en sus corazones en la tierra de sus enemigos…”: Este temor existió por dos milenios entre los judíos de la diáspora, en virtud del antisemitismo en forma de persecución sistemática como fueron la inquisición, los “pogroms”, las expulsiones de países gentiles, el Holocausto, etc,,,
Levítico 26, vs 37:
וְכָשְׁל֧וּ אִישׁ־בְּאָחִ֛יו כְּמִפְּנֵי־חֶ֖רֶב וְרֹדֵ֣ף אָ֑יִן
“…y fracasarán uno contra su hermano como si estuvieran delante de la espada sin haber quien los perigua…”: El miedo les hará ver enemigos donde no los hay y al verdadero enemigo no lo advertirán.
Levítico 26, vs 38:
וַאֲבַדְתֶּ֖ם בַּגּוֹיִ֑ם וְאָכְלָ֣ה אֶתְכֶ֔ם אֶ֖רֶץ אֹיְבֵיכֶֽם
o “…y pereceréis en las naciones y os consumirá la tierra de vuestros enemigos…”: Todo esto es verdad histórica para aquel que quiera darse por enterado porque la asimilación ha hecho estragos entre los judíos, aunque Dios se apiadó, como siempre, del remanente de Jacob.
Levítico 26, vs 39:
וְהַנִּשְׁאָרִ֣ים בָּכֶ֗ם יִמַּ֙קּוּ֙ בַּֽעֲוֺנָ֔ם בְּאַרְצֹ֖ת אֹיְבֵיכֶ֑ם וְאַ֛ף בַּעֲוֺנֹ֥ת אֲבֹתָ֖ם אִתָּ֥ם יִמָּֽקּוּ
o “…y al remanente de entre ellos se degenerarán en función de sus pecados en la tierra de sus enemigos y en función de los pecados de sus padres con los de ellos se degenerarán aún más…”: Esto se ha visto y comprobado en el sentido de que los lideres de Israel, el estamento rabínico fariseo, se apartó de los valores espirituales para corromperse ellos y corromper al pueblo. Hoy, el mundo espiritual no está gobernado por el pensamiento judío sino por el cristiano. El pensamiento judío brilla por su ausencia porque el énfasis lo tienen puesto los judíos en el consumismo. El pueblo judío hoy es un pueblo de comerciantes, no un reino de sacerdotes y nación santa como Dios pidiera.
Levítico 26, vs 40:
וְהִתְוַדּ֤וּ אֶת־עֲוֺנָם֙ וְאֶת־עֲוֺ֣ן אֲבֹתָ֔ם בְּמַעֲלָ֖ם אֲשֶׁ֣ר מָֽעֲלוּ־בִ֑י וְאַ֕ף אֲשֶׁר־הָֽלְכ֥וּ עִמִּ֖י בְּקֶֽרִי
o “…y confesarán sus pecados y el pecado de sus padres con sus iniquidades en las cuales pecaron y también en su caminar contra mí…”: El pueblo judío sufrirá en carne propia sus rebeliones y no tendrá más remedio que reconocer que ha estado en rebeldía contra Dios y contra la vida espiritual. Sin embargo, mientras dure la rebeldía, no será así porque negarán la existencia de Dios, reinventarán la historia para desvirtuarla egoísta e injustamente a favor de ellos y tarde más que temprano será cuando su testarudez sea vencida, en virtud del castigo divino.
Levítico 26, vs 41:
אוֹ־אָ֣ז יִכָּנַ֗ע לְבָבָם֙ הֶֽעָרֵ֔ל וְאָ֖ז יִרְצ֥וּ אֶת־עֲוֺנָֽם
o “…o hasta que se humillen sus corazones incircuncisos y hasta que reconozcan sus pecados…”: Cuando los judíos se arrepientan del mal obrado y rectifiquen. No he visto aún a ningún estamento judío reconocer sus errores pasados con ánimo de corregirlos, desde el tiempo de Esdras y de Nehemías hasta la fecha de hoy. El pueblo judío ha echado la culpa siempre a Dios y los países gentiles. Hasta ahora, la humildad no es un rubro que los judíos compren. Por eso Dios les llamó: “…Pueblo rebelde de dura cerviz…” Los individuos obedientes en el seno de Israel, nada malo temen porque saben que Dios es su protector, incluso en situaciones de crisis aguda. Ellos representan al remanente de Israel.
Levítico 26, vs 42:
וְזָכַרְתִּ֖י אֶת־בְּרִיתִ֣י יַעֲק֑וֹב וְאַף֩ אֶת־בְּרִיתִ֨י יִצְחָ֜ק וְאַ֨ף אֶת־בְּרִיתִ֧י אַבְרָהָ֛ם אֶזְכֹּ֖ר וְהָאָ֥רֶץ אֶזְכֹּֽר
“…y me acordaré de mi pacto con Jacob y de mi pacto con Isaac y de mi pacto con Abrahán me acordaré y la tierra recordará…”: Cuando Israel se arrepienta del mal obrado y se acuerden del Dios de sus padres, Dios se acordará de ellos y les socorrerá. Dios jamás abandonará del todo a Israel. En cuanto, este se arrepienta de corazón, tendrá la oportunidad de asirse de la mano divina, en virtud del pacto sempiterno patriarcal.
Levítico 26, vs 43:
וְהֵ֖ם יִרְצ֣וּ אֶת־עֲוֺנָ֑ם יַ֣עַן וּבְיַ֔עַן בְּמִשְׁפָּטַ֣י מָאָ֔סוּ וְאֶת־חֻקֹּתַ֖י גָּעֲלָ֥ה נַפְשָֽׁם
O “…y ellos amaron sus pecados porque desecharon mis juicios y mis leyes aborreció sus almas…”: La rebeldía de Israel condujo a Dios a solicitar de Moisés, en cierta ocasión, la exterminación del pueblo de Israel entero para reemplazarlo con su descendencia, situación a la que se opuso tajantemente Moisés alegando que eran la descendencia de los patriarcas a los cuales Dios había jurado por Su Nombre, eterna protección. La oposición contra Dios hoy por parte de la mayoría de los judíos israelíes, religiosos y seculares, y por parte de la mayoría del mundo judío de la diáspora (holywood, la izquierda mundial judía, la crema de la intelectualidad, etc…), es evidente.
Levítico 26, vs 44:
לֹֽא־מְאַסְתִּ֤ים וְלֹֽא־גְעַלְתִּים֙ לְכַלֹּתָ֔ם לְהָפֵ֥ר בְּרִיתִ֖י אִתָּ֑ם כִּ֛י אֲנִ֥י יְהֹוָ֖ה אֱלֹהֵיהֶֽם
“…no los desecharé ni los abominaré para destruirlos invalidando mi pacto con ellos porque Yo Soy Jehová su Dios…”: Dios castiga a Israel duramente aunque no lo destruye del todo porque se trata de la simiente de Abrahán, Isaac y Jacob. Tampoco Dios invalida el pacto que hizo con nuestros patriarcas a causa de los pecados de Israel. Dios es paciente y espera hasta que Israel se arrepienta. La puerta para el perdón siempre está abierta para cualquier hijo de Israel, en cualquier lugar o circunstancia en la que se encuentre, siempre y cuando su arrepentimiento sea verdadero.
Levítico 26, vs 45:
וְזָכַרְתִּ֥י לָהֶ֖ם בְּרִ֣ית רִאשֹׁנִ֑ים
o “…antes me acordaré de ellos y de los pactos primeros…”: Dios es clemente para con Israel y aunque le castiga, le perdona cuando se arrepiente. Israel es su pueblo y Dios no va a renegar de él. Dios no es humano para que reniegue de su pacto con los patriarcas. El remanente de Israel verá la luz del sol de paz y armonía en el día de la מנוחה o “…descanso…” divino.
Levítico 26, vs 46:
בֵּינ֕וֹ וּבֵ֖ין בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֑ל
o “…entre Él y entre los hijos de Israel…”: El pacto entre Dios y la simiente de los patriarcas es para siempre. Israel es el testigo de la existencia de Dios en la tierra.
Levítico 27, vs 1-25:
Estos versículos se relacionan con lo referente a los votos de consagración que se hacen a Dios y su redención en términos económicos.
Levítico 27, vs 26:
אַךְ־בְּכ֞וֹר אֲשֶׁר־יְבֻכַּ֤ר לַֽיהֹוָה֙ בִּבְהֵמָ֔ה לֹֽא־יַקְדִּ֥ישׁ אִ֖ישׁ אֹת֑וֹ אִם־שׁ֣וֹר אִם־שֶׂ֔ה לַֽיהֹוָ֖ה הֽוּא
“…pero el primogénito de los animales, que por derecho de primogenitura pertenece a Jehová, no podrá ser dedicado, sea buey u oveja porque es de Jehová…”: Los primogénitos no pertenecen a sus dueños sino a Dios y como tal, no pueden ser asignados o sustituidos por compensación alguna.
Levítico 27, vs 28:
וְלֹ֣א יִגָּאֵ֑ל כׇּל־חֵ֕רֶם קֹֽדֶשׁ־קׇדָשִׁ֥ים ה֖וּא לַיהֹוָֽה
o “…y no será redimido todo anatema; santo santísimo es para Jehová…”: Lo que se declara anatema no tiene resarcimiento posible, no se puede redimir. Un ejemplo es un ídolo de oro. Ha de destruirse y su valor económico se pierde.
Levítico 27, vs 29:
כׇּל־חֵ֗רֶם אֲשֶׁ֧ר יׇחֳרַ֛ם מִן־הָאָדָ֖ם לֹ֣א יִפָּדֶ֑ה מ֖וֹת יוּמָֽת
“…todo condenado a muerte no podrá ser rescatado, morir ha de morir…”: No existe compensación posible para la pena capital. El condenado a muerte por asesinato debe morir.
Levítico 27, vs 30-34:
Estos versículos tratan con la irreversibilidad el diezmo, tanto en el valor de las cosas como en los animales. Su rescate es posible aunque añadiendo un extra equivalente a una quinta parte de su valor.