Levítico 12, vs 2:
אִשָּׁה֙
o “…mujer…”: Cuando Dios hizo a la mujer, la hizo como complemento del hombre, en virtud de su santa compasión para que el hombre no estuviera solo. Adán la llamó חוה o “Eva”. El término חוה o “Eva” esta compuesto de dos sílabas: La primera es ח o “…Ha…” y la segunda es וה o “…Va…”. Hay que notar que el Nombre de יהוה Jehová consta también de dos sílabas: La primera es יה o “…Yeho…” y la segunda es וה o “…Va…”. La segunda sílaba del nombre de Dios coincide exactamente con la segunda sílaba del nombre de Eva, lo cual indica que la mujer tiene atributos divinos especiales que el hombre no tiene. Por eso vemos como la mujer es el centro de la familia y en ella se encuentra amor, paciencia, bondad, compasión, ternura, pro-creación, flexibilidad, introversión, etc…
El nombre del hombre, en cambio, fue llamado por Dios אדם o “…Adán…”. Este nombre tiene que ver con el término אדמה o ”…tierra…” y también con el término דם o “…sangre…”. La historia nos demuestra que el hombre, para conquistar su “tierra” tuvo que derramar “sangre”. El hombre es por consiguiente rígido, guerrero y conquistador, inclinado hacia la extroversión, implacable con sus contendientes, poco dado al amor, impaciente, etc…
Levítico 12, vs 2:
וְיָלְדָ֖ה זָכָ֑ר וְטָֽמְאָה֙ שִׁבְעַ֣ת יָמִ֔ים
o “…y dé a luz varón y estará impura 7 días…”: La impureza de la que se habla en este capitulo tiene que ver con cuatro tipos de situaciones o estados físico-espirituales con sus correspondientes cuatro periodos:
a) Los 7 primeros días después del parto de varón: Este ciclo obedece a los siete días de la obra de la creación y está relacionado exclusivamente con el humano varón. El niño judío será aquel al que, en el octavo día, lo introducirán sus padres a la adhesión al pacto espiritual de Abrahán, Isaac y Jacob con Jehová Dios, en función de la práctica de la circuncisión, convirtiéndose así en יהודה “…Judah…” o “Jehovita, seguidor de Jehová” y el niño gentil será aquel cuyos padres no reconocen pacto alguno entre la humanidad y Jehová Dios y por consiguiente su hijo seguirá siendo ערל o “incircunciso”. La madre del varón judío, durante estos siete días, no podía tener relación sexual con su esposo debiendo de abstenerse de ir al Tabernáculo de Reunión, en virtud de su impureza.
b) Las dos semanas después del parto de la hembra: Infiero que la hembra recién nacida ha de cumplir dos ciclos de la obra de la creación, es decir, uno para ella y el otro por ser el complemento del varón. La razón bíblica por la existencia de la hembra es el varón; ella, de no ser como complemento del varón, no hubiera sido creada por Dios. La hembra no va a tener que ser introducida por sus padres al pacto patriarcal. La madre de la hembra judía, durante estas dos semanas, no podía tener relación sexual con su esposo debiendo de abstenerse de ir al Tabernáculo de Reunión, en virtud de su impureza.
c) Los 40 días después del parto de varón: Es decir, los siete días primeros y 33 días después para completar el ciclo de 40 días de impureza. Durante los 40 días, no podía tener relación sexual con su esposo y ella debía de abstenerse de ir al Tabernáculo de Reunión.
d) Los 80 días después del parto de la hembra: Es decir, los 14 días iniciales después del parto y los 66 días subsiguientes para completar el ciclo de 80 días de impureza. Como se apreciará aquí también, la hembra requiere dos ciclos de 40; uno para ella y el otro por ser el complemento del varón o por tener la capacidad de procreación. La razón por la existencia de la hembra es el varón; ella, de no ser como complemento del varón, no hubiera sido creada por Dios
Levítico 12, vs 3:
וּבַיּ֖וֹם הַשְּׁמִינִ֑י יִמּ֖וֹל בְּשַׂ֥ר עׇרְלָתֽוֹ
o “…y en el octavo día será circuncidado la carne del prepucio…”: En el octavo día era menester someter al varoncito recién nacido a la circuncisión en la carne del prepucio en señal del pacto de Dios con los patriarcas.
Levítico 12, vs 4:
בְּכׇל־קֹ֣דֶשׁ לֹֽא־תִגָּ֗ע וְאֶל־הַמִּקְדָּשׁ֙ לֹ֣א תָבֹ֔א עַד־מְלֹ֖את יְמֵ֥י טׇהֳרָֽהּ
o “…toda cosa santa no tocará y al Tabernáculo no vendrá hasta que se cumplan los días de su purificación…”: La madre del varón durante los 40 días de su impureza espiritual y física, estaba exenta de cualquier obligación de tipo espiritual en el Tabernáculo de Reunión.
Levítico 12, vs 5:
וְאִם־נְקֵבָ֣ה תֵלֵ֔ד וְטָמְאָ֥ה שְׁבֻעַ֖יִם
o “…y si diera a luz hembra, estará impura dos semanas…”: Para la hembra, la impureza inicial era del doble de la duración por el varón porque su existencia es consecuencia del varón.
Levítico 12, vs 5:
וְשִׁשִּׁ֥ים יוֹם֙ וְשֵׁ֣שֶׁת יָמִ֔ים תֵּשֵׁ֖ב עַל־דְּמֵ֥י טׇהֳרָֽהֿ
o “…y sesenta y seis días permanecerá en las sangres de su purificación…”: Vemos como, a efectos de impureza espiritual, no es lo mismo para el varón que para la hembra. Varón y hembra son distintos y han de permanecer así. Cualquier intento de “igualdad” es anti-bíblico. Cada género es único en su condición física y espiritual, siendo la hembra el complemento del varón.
Levítico 12, vs 6:
לְבֵן֮ א֣וֹ לְבַת֒
o “…ya sea hijo o hija…”: No existía diferencia entre hijo e hija con respecto a la ofrenda para la purificación de la mujer.
Levítico 12, vs 7:
וְכִפֶּ֣ר עָלֶ֔יהָ וְטָהֲרָ֖הֿ
o “…y hará expiación sobre ella y será limpia…”: Esta expiación es puramente espiritual y, a mi entender, tiene que ver con el acto de la procreación ya que la mujer emula al Creador en el proceso y por ello tiene que ser expiada. En el acto de la procreación existen paralelos entre Dios y la mujer, lo cual requiere un desquite espiritual. Es de notar que el padre de la criatura no estaba impuro por el nacimiento de su hijo o hija.
Levítico 12, vs 8:
וְאִם־לֹ֨א תִמְצָ֣א יָדָהּ֮ דֵּ֣י שֶׂה֒
o “…y si no encontrara su mano suficiente para el cordero…”: Si no tuviera medios económicos para adquirir un cordero, podía sustituirlo con dos palominos, uno para holocausto y el otro por el pecado. El “pecado” por haber “creado” al recién nacido y con ello competir con el Creador en su obra de la creación universal. La condición femenina tiene atributos divinos como la facultad de la procreación; el amor; la compasión; la ternura; etc…
Levítico 13, vs 1-46:
Estos versículos tienen que ver con la ley referente a lo que hoy se pudiera entender como lepra o ciertos tipos de tumores o de alteraciones de la piel.
Levítico 13, vs 47-59:
Estos versículos tienen que ver con la ley referente a manchas en la ropa y en los objetos que usualmente se utilizan.