Deut. 7, vs 12:
וְהָיָ֣ה ׀ עֵ֣קֶב תִּשְׁמְע֗וּן אֵ֤ת הַמִּשְׁפָּטִים֙ הָאֵ֔לֶּה וּשְׁמַרְתֶּ֥ם וַעֲשִׂיתֶ֖ם אֹתָ֑ם וְשָׁמַר֩ יְהֹוָ֨ה אֱלֹהֶ֜יךָ לְךָ֗ אֶֽת־הַבְּרִית֙ וְאֶת־הַחֶ֔סֶד אֲשֶׁ֥ר נִשְׁבַּ֖ע לַאֲבֹתֶֽיךָ
“…y sucederá que por haber escuchado los juicios estos y por haberlos guardado y por haberlos hecho que guardará Jehová tu Dios contigo el pacto y la compasión que juró a tus padres…”: La bendición de Dios está condicionada al hecho de que Israel escuche la palabra de Dios y la implemente. Sin esta premisa, no hay bendición posible. Israel ha de cumplir el rol para el cual fue comisionado por Dios para que sobre él caigan las bendiciones del cielo. De no caer en la bendición, la maldición es la que cae porque Israel no es indiferente a ojos de Dios desde el momento en el que lo sacó de Egipto y le dio la Torah o Biblia. ברכה וקללה o “…Bendición y maldición…” (El monte Guerizim y el monte Ebal).
Deut. 7, vs 13:
וַאֲהֵ֣בְךָ֔ וּבֵרַכְךָ֖ וְהִרְבֶּ֑ךָ וּבֵרַ֣ךְ פְּרִֽי־בִטְנְךָ֣ וּפְרִֽי־אַ֠דְמָתֶ֠ךָ
“…y te amará y te bendecirá y te multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra…”: Todas estas cosas sucederán si Israel guarda los mandamientos divinos y si no los guarda, lo opuesto sucederá. פְּרִֽי־בִטְנְךָ֣ o “…el fruto de tu vientre…”: Dios bendice al hijo por los méritos del padre. Esto es algo bien especial porque el hijo es el fruto del padre, no algo independiente. Esta conexión viene a confirmarse bíblicamente cuando Dios bendice a: “…miles de generaciones a los que le aman y guardan sus preceptos. וּפְרִֽי־אַ֠דְמָתֶ֠ךָ o “…el fruto de tu tierra…”: Dios también hace extensiva la bendición sobre todas las propiedades materiales junto con las espirituales. Por mandamientos divinos se entiende obrar en todo momento con la consideración en mente y en el corazón del חסד ואמת צדקה ומשפּט o “…compasión y verdad, justicia y juicio…”:
Deut. 7, vs 14:
בָּר֥וּךְ תִּֽהְיֶ֖ה מִכׇּל־הָעַמִּ֑ים
o “…bendecido serás sobre todos los pueblos…”: Esta fuerza que Dios le dio al Israel espiritual, no se la dará a nadie más porque se supone que sea representativa y acreditativa de Dios en la tierra. Recordemos que está firmemente condicionada a seguir los mandamientos de Dios. Cuando el comportamiento de Israel está en línea con los mandamientos divinos, no existe fuerza capaz de importunarle o de vencerle. Su fuerza viene de Dios, no es humana.
Deut. 7, vs 15:
וְהֵסִ֧יר יְהֹוָ֛ה מִמְּךָ֖ כׇּל־חֹ֑לִי וְכׇל־מַדְוֵי֩
o “…y quitará Jehová de sobre ti toda enfermedad y toda plaga…”: Dios te protegerá incluso en tu salud, a ti, al fruto de tu vientre, de todas las enfermedades malas que hay en la tierra.
Deut. 7, vs 16:
לֹא־תָח֥וֹס עֵֽינְךָ֖ עֲלֵיהֶ֑ם וְלֹ֤א תַעֲבֹד֙ אֶת־אֱלֹ֣הֵיהֶ֔ם כִּֽי־מוֹקֵ֥שׁ ה֖וּא לָֽךְ
“…no perdonará tus ojos a ellos y no servirás a sus dioses porque será por tropezadero para ti…”: Cuando conquistes a los pueblos corruptos que Dios expulsa delante de ti, al entregarlos en tus manos, no te enseñorearás de ellos poniéndolos a tu servicio sino que los expulsarás de en medio de ti para no contagiarte con sus creencias y costumbres. Israel ha de tomar posesión de la tierra prometida para dedicarla al servicio de Jehová Dios al constituirse en un modelo de virtud espiritual para las demás naciones del mundo. כִי-מוקש הוא לך o “…porque será por tropezadero para ti…”: Esto es fácil de verlo hoy cuando el moderno estado de Israel rechaza expulsar a todos los Palestinos de la tierra prometida, en virtud de que eso sería un comportamiento inhumano. Consecuentemente, Israel está sometido al מוקש o “tropezadero” que representan los suicidas con sus actos de terrorismo. Desgraciadamente, Israel prefiere rebelarse en contra de Dios a tener que enfrentarse a la opinión pública mundial, la cual es de tendencias izquierdista y liberal. En otras palabras, Israel, en lugar de cumplir con el rol de la santidad, hace contubernio con la hipócrita moral social gentil y se corrompe como las demás naciones.
Deut. 7, vs 17:
כִּ֤י תֹאמַר֙ בִּלְבָ֣בְךָ֔ רַבִּ֛ים הַגּוֹיִ֥ם הָאֵ֖לֶּה מִמֶּ֑נִּי אֵיכָ֥ה אוּכַ֖ל לְהוֹרִישָֽׁם
o “…o que digas en tu corazón: Son mayores estas naciones que yo ¿Cómo podré desheredarlas?…”: Israel debe de vivir con la conciencia del milagro de Dios en su vida. No puede resultar pragmático porque su verdadero poder no reside en él sino en el Creador, en virtud del pacto patriarcal. Esto resulta bien difícil para el pueblo judío, el cual pierde fácilmente la confianza en Dios. Sólo cuando está en crisis que se acuerda de יהוה Jehová su Dios. Lo malo de esto es que Dios, a veces, no responde porque se siente “usado” por Israel en lugar de sentirse “servido”. A Dios hay que acercarse en todo momento y no solamente en periodo de crisis.
Deut. 7, vs 18:
לֹ֥א תִירָ֖א מֵהֶ֑ם זָכֹ֣ר תִּזְכֹּ֗ר אֵ֤ת אֲשֶׁר־עָשָׂה֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ לְפַרְעֹ֖ה וּלְכׇל־מִצְרָֽיִם
“…no los temerás, recordar recordarás lo que hizo Jehová tu Dios a Faraón y a todo Egipto…”: Israel debe ser testigo viviente de la grandeza y poder de Jehová su Dios. Israel no debe de tener miedo de las naciones gentiles de la tierra porque sean más poderosas que él porque Dios está más cerca de Israel que de ninguna otra nación del mundo, tanto para bendición como para castigo, como reza a continuación:
כִּֽי־יְהֹוָ֤ה אֱלֹהֶ֙יךָ֙ בְּקִרְבֶּ֔ךָ אֵ֥ל גָּד֖וֹל וְנוֹרָֽא
o “…porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temeroso…”.
Deut. 7, vs 19:
הַמַּסֹּ֨ת הַגְּדֹלֹ֜ת אֲשֶׁר־רָא֣וּ עֵינֶ֗יךָ
o “…las pruebas grandes que vieron vuestros ojos…”: El pueblo de Israel había experimentado en el desierto situaciones bien difíciles, como falta de agua, aguas amargas, etc…lo cual venía a demostrarles algo del poder de Dios, ya que Dios les resolvía eventualmente todos sus problemas.
Deut. 7, vs 19:
כֵּֽן־יַעֲשֶׂ֞ה יְהֹוָ֤ה אֱלֹהֶ֙יךָ֙ לְכׇל־הָ֣עַמִּ֔ים אֲשֶׁר־אַתָּ֥ה יָרֵ֖א מִפְּנֵיהֶֽם
o “…así hará Jehová tu Dios a todos los pueblos que tu temes delante de ellos…”: El poder de Dios que tu conoces y más, lo empleará Dios a favor de Israel y en contra de sus enemigos.
Deut. 7, vs 20:
וְגַם֙ אֶת־הַצִּרְעָ֔ה יְשַׁלַּ֛ח יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ בָּ֑ם עַד־אֲבֹ֗ד הַנִּשְׁאָרִ֛ים וְהַנִּסְתָּרִ֖ים מִפָּנֶֽיךָ
o “…y también a la avispa enviará Jehová tu Dios sobre ellos hasta que se pierdan los que quedaren y se escondan de delante tuya…”: Dios usará los elementos de la naturaleza para destruirlos, como sucedió en Egipto contra Faraón y sus huestes.
Deut. 7, vs 21:
לֹ֥א תַעֲרֹ֖ץ מִפְּנֵיהֶ֑ם כִּֽי־יְהֹוָ֤ה אֱלֹהֶ֙יךָ֙ בְּקִרְבֶּ֔ךָ אֵ֥ל גָּד֖וֹל וְנוֹרָֽא
o “…no temblarás delante de ellos porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temeroso…”: El recurso secreto de Israel es Dios, su Creador, el cual viene en su ayuda cuando Israel cumple con los mandamientos espirituales divinos.
Deut. 7, vs 22:
לֹ֤א תוּכַל֙ כַּלֹּתָ֣ם מַהֵ֔ר פֶּן־תִּרְבֶּ֥ה עָלֶ֖יךָ חַיַּ֥ת הַשָּׂדֶֽה
o “…no podrás destruirlos pronto, no sea que se multipliquen sobre ti las bestias del campo…”: Dios va a permitir que el enemigo de Israel no sea totalmente destruido hasta que Israel sea numeroso y demuestre que se puede hacer cargo de todo el país. Es posible que el Israel que salió de Egipto no hubiera habitado en grandes metrópolis y por consiguiente, no estuviera a la altura, tecnológicamente hablando, como para hacerse cargo de la dirección total del país.
Deut. 7, vs 23:
וּנְתָנָ֛ם יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ לְפָנֶ֑יךָ וְהָמָם֙ מְהוּמָ֣ה גְדֹלָ֔ה עַ֖ד הִשָּׁמְדָֽם
o “…y los entregará Jehová tu Dios delante de ti y confundir, con confusión grande hasta destruirlos…”: Poco a poco Dios los irá dividiendo hasta que no representen peligro alguno para Israel y posiblemente se desintegren como pueblo, perdiendo su identidad.
Deut. 7, vs 24:
וְהַאֲבַדְתָּ֣ אֶת־שְׁמָ֔ם מִתַּ֖חַת הַשָּׁמָ֑יִם
o “…y tu destruirás su nombre de debajo del cielo…”: Israel está llamado a destruir la memoria de estos pueblos paganos para siempre. No hay compromiso posible como sucede hoy entre Israel y los palestinos, a los cuales Israel les quiere entregar la tierra santa de Judea, Samaria y Gaza, a cambio de un tratado de paz. Esto no puede conducir a la paz porque va en contra del juramento que hizo Dios a los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob. No se puede traicionar el pacto de Dios y pretender que las cosas vayan a salir bien.
Deut. 7, vs 25:
פְּסִילֵ֥י אֱלֹהֵיהֶ֖ם תִּשְׂרְפ֣וּן בָּאֵ֑שׁ
o “…las estatuas de sus dioses quemaréis a fuego…”: Israel, hoy, rechaza destruir a fuego los templos gentiles que se encuentran ubicados en tierra santa, muchos de ellos conteniendo imágenes e ídolos. Tampoco desean los judíos destruir a fuego las sinagogas hechas con piedras labradas, en oposición al mandamiento divino según Éxodo 20, vs 22:
לֹֽא־תִבְנֶ֥ה אֶתְהֶ֖ן גָּזִ֑ית כִּ֧י חַרְבְּךָ֛ הֵנַ֥פְתָּ עָלֶ֖יהָ וַתְּחַֽלְלֶֽהָ
o “…no las labres de cantería porque si alzares herramienta sobre él (altar), lo corromperías…”: Mientras estas abominaciones existan en la tierra santa, El tercer Templo de Jerusalén no puede ser reconstruido porque en él deberá de morar de nuevo, en el Arca del Testimonio, el símbolo de la cercanía de la divina presencia. La tierra está contaminada por las sinagogas rabínicas y por los demás templos gentiles. De hecho, no está permitido siquiera beneficiarse de sus tesoros en oro y plata porque son abominación a Dios ya que sirvieron para alejar a los humanos de Jehová Dios vivo y verdadero, como reza a continuación:
לֹֽא־תַחְמֹד֩ כֶּ֨סֶף וְזָהָ֤ב עֲלֵיהֶם֙ וְלָקַחְתָּ֣ לָ֔ךְ פֶּ֚ן תִּוָּקֵ֣שׁ בּ֔וֹ כִּ֧י תוֹעֲבַ֛ת יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ הֽוּא
o “…no codiciarás la plata y el oro de ellos ni los tomares para ti, no sea que te sirvan de tropezadero, ya que son abominación a Jehová tu Dios…”.
Deut. 7, vs 26:
וְלֹא־תָבִ֤יא תֽוֹעֵבָה֙ אֶל־בֵּיתֶ֔ךָ וְהָיִ֥יתָ חֵ֖רֶם כָּמֹ֑הוּ שַׁקֵּ֧ץ ׀ תְּשַׁקְּצֶ֛נּוּ וְתַעֵ֥ב ׀ תְּֽתַעֲבֶ֖נּוּ כִּי־חֵ֥רֶם הֽוּא
“…no traerás abominación a tu casa porque será anatema. Aborrecer los aborrecerás y abominar los abominarás porque anatema es…”: Toda la plata y el oro que se utilizaron para que los humanos sirvieran a sus falsos dioses de fundición, han de ser destruidos porque sirvieron para traicionar al Creador del cielo y de la tierra. No pueden ser refundidos para ser exhibidos en casa, ni comercializados ni para ser entregados al Tabernáculo como ofrenda.
Deut. 8, vs 1:
לְמַ֨עַן תִּֽחְי֜וּן וּרְבִיתֶ֗ם וּבָאתֶם֙ וִֽירִשְׁתֶּ֣ם אֶת־הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁר־נִשְׁבַּ֥ע יְהֹוָ֖ה לַאֲבֹתֵיכֶֽם
o “…para que viváis y os multipliquéis y vengáis y heredéis la tierra que juró Jehová a vuestros padres…”: Todo está condicionado a que Israel se supere e incorpore los valores espirituales de la Torá. Sin esto, no será posible la ayuda divina porque Dios es justo y santo y no mora en la mentira, ni en la injusticia, ni en la corrupción.
Deut. 8, vs 2:
לְמַ֨עַן עַנֹּֽתְךָ֜ לְנַסֹּֽתְךָ֗ לָדַ֜עַת אֶת־אֲשֶׁ֧ר בִּֽלְבָבְךָ֛ הֲתִשְׁמֹ֥ר מִצְוֺתָ֖ו אִם־לֹֽא
“…para afligirte y probarte con el fin de saber lo que tienes en tu corazón, si guardarás sus mandamientos o si no…”: Debido a que Dios ama la libertad, y por eso otorg”o al individuo el libre albedrío. Dios tiene que someter al pueblo de Israel a duras pruebas para saber como piensa y como reacciona. Dios no sabe como va a reaccionar el pueblo de Israel porque, al darle la libertad, lo dejo enteramente a su elección; sin embargo, Dios puede leer el corazón del humano, el cual es dinámico y cambiante. Sin embargo, Él ignora si en el último minuto, en virtud de la libertad que le dio, el humano decide arrepentirse. Es preciso comprender que Dios bendito se echó, aunque temporalmente, cierta limitación encima, al otorgar el libre albedrío al humano. Pensemos que si no hay verdadera libertad, no puede haber juicio divino luego.
Deut. 8, vs 3:
כִּ֠י לֹ֣א עַל־הַלֶּ֤חֶם לְבַדּוֹ֙ יִחְיֶ֣ה הָֽאָדָ֔ם כִּ֛י עַל־כׇּל־מוֹצָ֥א פִֽי־יְהֹוָ֖ה
“..porque no de pan solamente vivirá el humano sino de todo lo que sale de la boca de Jehová…”: El sustento del Maná en el desierto evitaba que el individuo tuviera que salir a trabajar para alimentarse él y su familia. Dios quería poner el énfasis en el aspecto espiritual de Israel y no en el material. Dios estaba trabajando la condición espiritual del pueblo para el rol de santidad que le esperaba, al entrar a heredar la tierra prometida. De hecho, en la medida en que el humano crece y se civiliza, ve como lo más relevante de su vida no es lo que comió o cuanto comió sino cuanto se realizó y maduró en términos de sabiduría y de conocimientos. El ser humano es la única criatura pensante en el mundo y como tal, las características que verdaderamente lo honran y lo distinguen son la intelectual y la espiritual, no la física, la cual lo asemeja a los demás animales de la tierra.
Deut. 8, vs 4:
שִׂמְלָ֨תְךָ֜ לֹ֤א בָֽלְתָה֙ מֵֽעָלֶ֔יךָ וְרַגְלְךָ֖ לֹ֣א בָצֵ֑קָה זֶ֖ה אַרְבָּעִ֥ים שָׁנָֽה
“…tu vestido no se gastó sobre ti y tu pie no se hinchó en estos 40 años…”: Dios se preocupó por satisfacer el aspecto material del humano con el fin de que se enfocara en el espíritu.
Deut. 8, vs 5:
וְיָדַעְתָּ֖ עִם־לְבָבֶ֑ךָ כִּ֗י כַּאֲשֶׁ֨ר יְיַסֵּ֥ר אִישׁ֙ אֶת־בְּנ֔וֹ יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ מְיַסְּרֶֽךָּ
“…y sábete en tu corazón que, como castiga un hombre a su hijo, Jehová tu Dios te castiga…”: El castigo de Dios es tendente a expandir la conciencia espiritual humana, no a hacerle daño por venganza. Dios ama a Israel, desinteresadamente, como un padre cabal ama a sus hijos. De hecho, el que verdaderamente ama, a menudo, tiene que castigar para crear conciencia acerca de las limitaciones del humano.
Deut. 8, vs 6:
וּלְיִרְאָ֥ה אֹתֽוֹ
o “…y para temerle…”: El temor de Dios consiste en reconocer que por encima de la voluntad del humano, existe la voluntad de Dios. Es preciso entender que en este mundo, operan dos voluntades en un mismo escenario de acción: La voluntad del humano y la de Dios. Cuando la voluntad del humano es compatible con la voluntad de Dios, entonces no hay problema mayor, ya que ambas están en armonía. El problema se suscita cuando existen dos voluntades opuestas e incompatibles, lo cual se traduce en conflicto y el que falla es el humano, no Dios, porque la voluntad divina es perfecta y la del humano imperfecta, aunque perfectible y reformable, en virtud de que su esencia y condición forman parte de una dinámica en constante redefinición, en un universo cambiante.
Deut. 8, vs 7- 8:
Dios ensalza las condiciones de la tierra prometida en términos de existencia de manantiales de agua, de diversidad de paisaje con valles y montañas y de riqueza para la producción de alimentos.
Deut. 8, vs 9:
אֶ֚רֶץ אֲשֶׁ֣ר אֲבָנֶ֣יהָ בַרְזֶ֔ל וּמֵהֲרָרֶ֖יהָ תַּחְצֹ֥ב נְחֹֽשֶׁת
“…tierra donde la piedra es hierro y de sus montes extraerás cobre…”: Se refiere a las minas de hierro y de cobre del subsuelo.
Deut. 8, vs 10:
וְאָכַלְתָּ֖ וְשָׂבָ֑עְתָּ וּבֵֽרַכְתָּ֙ אֶת־יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ עַל־הָאָ֥רֶץ הַטֹּבָ֖ה אֲשֶׁ֥ר נָֽתַן־לָֽךְ
“…y comerás y te hartarás y bendecirás a Jehová tu Dios sobre la tierra buena que te dio…”: El humano sabio entiende que todas sus necesidades se ven satisfechas cuando sirve a Dios en compasión, verdad, justicia y juicio. Bendecir a Dios es reconocer con generosidad todo el bien que Él creó en este universo interno y externo del humano. No se trata de rezar ni de rituales. De lo que se trata es de convertirse en extensión de la voluntad divina en esta tierra para que la luz de Dios brille cada vez con mayor esplendor en ella, en virtud de las bondades y excelencias del humano de bien.
Deut. 8, vs 11:
הִשָּׁ֣מֶר לְךָ֔ פֶּן־תִּשְׁכַּ֖ח אֶת־יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֑יךָ לְבִלְתִּ֨י שְׁמֹ֤ר מִצְוֺתָיו֙ וּמִשְׁפָּטָ֣יו וְחֻקֹּתָ֔יו
“..Cuídate de olvidarte de Jehová tu Dios y de no guardar sus mandamientos, sus juicios y sus leyes…”: Los mandamientos de Dios sirven de inspiración al humano cuando los conoce y práctica. Son amplios y difíciles de entender en toda su magnitud. Por eso, al practicarlos, uno va creciendo en ellos de manera progresiva hasta poder desarrollar un entendimiento del precepto divino de mucho mayor alcance. Es preciso practicar en ellos como en todo lo que el humano hace porque la mente es fragmentaria, liviana y olvidadiza. Ella va detrás del placer y tiende a olvidarse de la responsabilidad asociada a cada pensamiento y a cada acción. De hecho, para adquirir sabiduría y experimentar la trascendencia espiritual, es decir, la eternidad en el humano, hay que hilar muy fino y desarrollar una conciencia bien sensible.
Deut. 8, vs 12-13:
פֶּן־תֹּאכַ֖ל וְשָׂבָ֑עְתָּ וּבָתִּ֥ים טֹבִ֛ים תִּבְנֶ֖ה וְיָשָֽׁבְתָּ
o “…no sea que cuando comas y te hartes y cuando casas buenas edifiques y vivas en ellas…”: La Biblia señala los peligros de la abundancia en términos de olvidarse uno de Dios al enfatuarse con la riqueza.
Deut. 8, vs 14:
וְרָ֖ם לְבָבֶ֑ךָ וְשָֽׁכַחְתָּ֙ אֶת־יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ
o “…y se enfatúe tu corazón y te olvides de Jehová tu Dios…”: El humano tiende a embriagarse de materialismo poniendo sus aspiraciones en el consumismo y olvidándose de los valores del espíritu. Esto es un hecho comprobado en la sociedad de hoy y le trae la ruina al individuo porque su vida carece de verdadero sentido ya que el sentido lo da la entereza espiritual o el llegar a “ser” en lugar de “poseer”.
LA FALTA DE MEMORIA O EL OLVIDO
¿Por qué se olvidan ciertas cosas y que culpa tiene uno de que se le olvide algo? ¿Por qué, a veces, no se puede recordar algo cuando se está hablando y luego cuando no se necesita, ello aflora en la mente como por arte de magia? ¿Cómo hacer para que la memoria coopere más con uno, es decir, ser más eficiente con ella? Todas estas preguntas que a menudo nos planteamos denotan cierta falta de control mental evidente. También adolecen del desconocimiento de como ella opera internamente.
Antes de entrar en materia, diré que a la base de que a uno se le olvide algo, está la falta de seguridad con la memoria; me explico: Imaginemos que la memoria es un músculo del organismo humano como cualquier otro, el cual requiere ejercicio, flexibilidad y rapidez de reflejos, es decir, se incrementa en la medida en la que uno la practica. Aclarado esto, el segundo punto sería la importancia que tiene lo que deseásemos recordar porque, generalmente, lo que realmente importa e interesa no se olvida, es decir, se tiende a olvidar lo que no tiene verdadera preponderancia en la jerarquía de prioridades que mentalmente uno ha establecido para sí. Tercero, está el aspecto psicológico del asunto, es decir, en la medida en que el sistema nervioso central va realizando que, a veces, se olvida esto y lo otro, se va creando cierto pesimismo y miedo psicológico a no poder contar con la memoria cuando se necesite, lo cual viene a interferir y a distraer en el proceso de búsqueda de la memoria. Si no se le pone remedio a este asunto, se pudiera incluso convertir en un circulo infernal sin fin, el cual afectaría la salud mental general del individuo y a su vez, pudiera incluso degenerar en alteraciones funcionales diversas en el organismo ya que la psiquis, o mente, esta directamente ligada al Soma, o cuerpo.
¿Qué hacer pues? Primero y ante todo, en vez de preocuparse por este problema, hay que ocuparse de él de manera mucho más profesional y eficiente que hasta ahora, instituyendo un plan especifico de entrenamiento, el cual consistiría, por ejemplo, en recordar cinco o diez nombres, todos los días, durante varias semanas. Esto haría que ganaríamos confianza poco a poco, lo cual daría al traste con el miedo psicológico asociado haciendo que el músculo trabajara a diario, con lo cual se incrementaría su flexibilidad y sus reflejos. Segundo, se debería de desarrollar una actitud más profesional ante todo cuanto se hace en la vida, es decir, actuar con mayor sentido de la responsabilidad, con lo cual adquiriríamos un mayor estado de madurez y control general tanto en la mente consciente como en las capas del subconsciente.
En definitiva, conociendo y comprendiendo el problema bien es como pudiera uno entrar en contacto con la solución ideal. Como quiera que cada mente es diferente y lo que funciona para uno no necesariamente funciona para los demás, se recomienda, una vez haya uno adquirido el conocimiento necesario de sí mismo, ser algo creativo y mediante un sistema de prueba o de “trial and error”, es decir, ir adquiriendo el acierto necesario para convertir, lo que significó un día un arduo problema, en una ventaja sobre los demás. Piense el lector que los problemas u oportunidades por las cuales el humano transita a diario, son problemas que aquejan a todos y no a él solito. Por eso, uno debiera de estar motivado para el éxito de manera a situarse entre la elite y no entre la masa mediocre que, en este mundo, desafortunadamente, tanto abunda. Por consiguiente, hay que pensar positivamente porque no existe vencedor que no haya incorporado una actitud triunfadora previamente.
Deut. 8, vs 14:
הַמּוֹצִיאֲךָ֛ מֵאֶ֥רֶץ מִצְרַ֖יִם מִבֵּ֥ית עֲבָדִֽים
o “…que te sacó de la tierra de Egipto de casa de servidumbre…”: Dios sacó a Israel de la esclavitud de Egipto y le dio la Biblia para el rol que se supone debía de cumplir, al entrar a poseer la tierra prometida. El judío que se olvida del rol a cumplir en la sociedad de hoy equivale a olvidarse del evento de la salida de Egipto. El pueblo judío está ligado a Dios por el pacto de nuestros padres y el nuestro en el monte de Sinaí cuando todo Israel aceptó el concepto de נעשה ונשמע o de “…haremos y escucharemos…”. Israel no se puede olvidar de Dios y de su rol en el mundo porque esta ligado a él por la eternidad. Por eso, es tan importante estudiar la Biblia para entender que es lo que Dios demanda con el fin de agradarle. Este rol consiste en servir de luz entre las naciones del mundo para la redención de la humanidad o לתקן עולם במלכות שדי.
Deut. 8, vs 15:
הַמּוֹלִ֨יכְךָ֜ בַּמִּדְבָּ֣ר ׀ הַגָּדֹ֣ל וְהַנּוֹרָ֗א נָחָ֤שׁ ׀ שָׂרָף֙ וְעַקְרָ֔ב וְצִמָּא֖וֹן
o “…el que te guió por el desierto grande y temeroso, (con) serpientes, calor abrasador, alacrán y sed…”: Mientras Israel obedeció a Dios, Él los protegió de todos los peligros del desierto.
Deut. 8, vs 16:
לְמַ֣עַן עַנֹּֽתְךָ֗ וּלְמַ֙עַן֙ נַסֹּתֶ֔ךָ לְהֵיטִֽבְךָ֖ בְּאַחֲרִיתֶֽךָ
o “…para afligirte y para probarte para hacerte el bien a la postre…”: Las aflicciones y pruebas de Dios fueron para formar el carácter del Israelita no para hacerle sufrir por castigo. El sacrificio y la conciencia sensible están a la base del entendimiento de como operan las leyes espirituales universales. Las pruebas y los retos son necesarios para mantener al humano en condiciones ideales de existencia.
Deut. 8, vs 17:
וְאָמַרְתָּ֖ בִּלְבָבֶ֑ךָ כֹּחִי֙ וְעֹ֣צֶם יָדִ֔י עָ֥שָׂה לִ֖י אֶת־הַחַ֥יִל הַזֶּֽה
“…y digas en tu corazón, mi fuerza y el poder de mi mano logró esta hazaña…”: Cuando el humano se enorgullece, se olvida de su Creador y se piensa que por méritos propios, sin Dios, consiguió los éxitos que él alcanzó. A este respecto, hay que recordar lo que dijeron Moshe Dayán, Yitzhak Rabin y otros generales de Israel, después de la guerra de los 6 días, en Junio de 1967, en el sentido de que no fue Dios quien hizo el milagro por ellos, sino la fuerza de ‘צחל o “el ejercito de Israel” con su saber hacer. Desgraciadamente, ese mismo ‘צחל tuvo que ver su propio fracaso en la guerra de Yom Kippur donde Egipto casi derrota a Israel, a no ser por los refuerzos en equipos llegados de U.S.A. También, con el resurgir de la “Intifadda” o levantamiento palestino, se manifestó la impotencia de ‘צחל enfrente de palestinos armados sólo con piedras. Dios le hizo realizar amargamente a Israel que fue Su Mano Santa la que le dio la victoria en la guerra de los 6 días y no el saber hacer de los estrategas militares judíos, como reza a continuación:
וְזָֽכַרְתָּ֙ אֶת־יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ כִּ֣י ה֗וּא הַנֹּתֵ֥ן לְךָ֛ כֹּ֖חַ לַעֲשׂ֣וֹת חָ֑יִל
o “…y recordarás que es Jehová tu Dios el que te da la fuerza para hacer la guerra (y triunfar).
Deut. 8, vs 18:
לְמַ֨עַן הָקִ֧ים אֶת־בְּרִית֛וֹ אֲשֶׁר־נִשְׁבַּ֥ע לַאֲבֹתֶ֖יךָ כַּיּ֥וֹם הַזֶּֽה
“…para que se cumpla el pacto que juró a tus padres como hasta hoy…”: Dios permite que Israel sobreviva y triunfe, en virtud del pacto que hizo con los patriarcas y que confirmó libremente el pueblo, el día de la gran asamblea, en el monte Horeb, en Sinaí, cuando les habló los Diez Mandamientos.
Deut. 8, vs 19:
וְהָיָ֗ה אִם־שָׁכֹ֤חַ תִּשְׁכַּח֙ אֶת־יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ וְהָֽלַכְתָּ֗ אַחֲרֵי֙ אֱלֹהִ֣ים אֲחֵרִ֔ים וַעֲבַדְתָּ֖ם וְהִשְׁתַּחֲוִ֣יתָ לָהֶ֑ם הַעִדֹ֤תִי בָכֶם֙ הַיּ֔וֹם כִּ֥י אָבֹ֖ד תֹּאבֵדֽוּן
o “…y sucederá, si olvidar, olvidares a Jehová tu Dios y fueres detrás de dioses ajenos y los sirvieres y te arrodillares ante ellos, testimonio a ustedes hoy que destruir, seréis destruidos…”: Jehová Dios no permite que Israel se convierta en una nación gentil como cualquier otra. Antes los castigará fuertemente aunque no los destruirá del todo, guardando un remanente para que Israel, como identidad espiritual, sobreviva.
Deut. 8, vs 20:
כַּגּוֹיִ֗ם אֲשֶׁ֤ר יְהֹוָה֙ מַאֲבִ֣יד מִפְּנֵיכֶ֔ם כֵּ֖ן תֹּאבֵד֑וּן עֵ֚קֶב לֹ֣א תִשְׁמְע֔וּן בְּק֖וֹל יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֵיכֶֽם
“…como las naciones que Jehová hace destruir de delante de vosotros, así seréis destruidos si no escuchareis la voz de Jehová vuestro Dios…”: La historia ha demostrado que la rebeldía de Israel lo condujo a la diáspora y luego a la Inquisición, a los Pogroms, al Holocausto y a la Intifadda. Todo el sufrimiento de Israel está en función de su negativa a escuchar la voz del Altísimo. La ceguera de la rebeldía judía es tan grande que lo lleva a no admitir siquiera que su castigo es de procedencia divina, sino que es a causa de la maldad gentil o de la casualidad porque, según muchos, no existe Dios. El mayor problema que yo advierto en el pueblo de Dios es su persistente negativa a advertir la mano de Dios, la cual se mueve en medio de él para castigo y para bendición.
Deut. 9, vs 1:
שְׁמַ֣ע יִשְׂרָאֵ֗ל
o “…escucha Israel…”: El problema más grave del que, en mi humilde saber, adolece el pueblo de Israel, desde el día en que Dios le formó como pueblo, hasta el mismo día de hoy, es el de no escuchar. Israel oye pero no escucha porque tiene una idea ya formada en su mente y no se reforma a través del tiempo. Al no escuchar, no encara sus propias carencias y su conciencia no se expande. El hecho de no escuchar hace que no esté en medida de poder introducir en su vida un cambio espiritual que lo transforme de un pueblo de comerciantes en un pueblo de sacerdotes como Dios desea. El estamento rabínico, con el fin de poder ellos seguir conservando los privilegios adquiridos, creó la tradición oral, la cual engaña a Israel al hacerles creer que con dinero se puede comprar a Dios y esto no es así. En mi opinión, Dios no esta detrás del bolsillo de nadie porque lo que desea es la mente y el corazón del humano. ¿Por qué Dios no está interesado en el bolsillo del humano? Porque todo pertenece a Dios y lo único que no le pertenece es la voluntad de la mente y del corazón humano ya que, desde el momento en el que le otorgó el libre albedrío, lo dejó libremente a su voluntad. Por ejemplo, si un humano decide no abrir su corazón a Dios, Dios no le puede obligar a que lo haga porque ama la libertad y no desea imponer ni siquiera algo tan extraordinario y bueno como su gran amor. La voluntad del humano no le pertenece a Dios y si el humano se la niega, Dios no la va a tener (Maimónides).
Deut. 9, vs 1:
לָרֶ֣שֶׁת גּוֹיִ֔ם גְּדֹלִ֥ים וַעֲצֻמִ֖ים מִמֶּ֑ךָּ
o “…para heredar a naciones más grandes y poderosas que tu…”: Israel hereda, no conquista. Esto tiene una importancia capital en la relación Dios-Israel porque Israel le debe a Dios por sus éxitos. La diferencia entre heredar y conquistar estriba en el hecho de que la tierra prometida no le pertenece a los judíos, a no ser por el juramento que Dios hizo a los patriarcas.
Deut. 9, vs 2:
מִ֣י יִתְיַצֵּ֔ב לִפְנֵ֖י בְּנֵ֥י עֲנָֽק
o “…¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anak…”: Los hijos de Anak eran guerreros gigantes. Todos los pueblos los temían grandemente por su fiereza y poder en la lucha.
Deut. 9, vs 3:
וְיָדַעְתָּ֣ הַיּ֗וֹם כִּי֩ יְהֹוָ֨ה אֱלֹהֶ֜יךָ הֽוּא־הָעֹבֵ֤ר לְפָנֶ֙יךָ֙ אֵ֣שׁ אֹֽכְלָ֔ה ה֧וּא יַשְׁמִידֵ֛ם וְה֥וּא יַכְנִיעֵ֖ם לְפָנֶ֑יךָ
“…y sábete hoy que Jehová tu Dios es el que pasa delante de ti (como) fuego consumidor y es Él el que los destruye y es Él el que los humilla delante de ti...”: Dios pelea por Israel para que Israel, en calidad de pueblo de sacerdotes y nación santa, pelee la lucha espiritual por Dios en el mundo, a favor del bien y en contra del mal con el fin de לתקן עולם במלכות שדי o “…preparar el mundo para el reino del Todopoderoso…”.
Deut. 9, vs 4:
אַל־תֹּאמַ֣ר בִּלְבָבְךָ֗ בַּהֲדֹ֣ף יְהֹוָה֩ אֱלֹהֶ֨יךָ אֹתָ֥ם ׀ מִלְּפָנֶ֘יךָ֮ לֵאמֹר֒ בְּצִדְקָתִי֙ הֱבִיאַ֣נִי יְהֹוָ֔ה לָרֶ֖שֶׁת אֶת־הָאָ֣רֶץ הַזֹּ֑את וּבְרִשְׁעַת֙ הַגּוֹיִ֣ם הָאֵ֔לֶּה יְהֹוָ֖ה מוֹרִישָׁ֥ם מִפָּנֶֽיךָ
O “…no digas en tu corazón, cuando quite Jehová tu Dios a ellos de delante de ti, diciendo: Por mis justicia me trajo Jehová para heredar la tierra esta y por la maldad de las naciones estas Jehová los deshereda de delante mía…”: Israel no merece la tierra en virtud de su justo comportamiento ante Dios y ante la humanidad. Israel hereda la tierra en función de la promesa que hizo Dios a los patriarcas.
Deut. 9, vs 5:
לֹ֣א בְצִדְקָתְךָ֗ וּבְיֹ֙שֶׁר֙ לְבָ֣בְךָ֔ אַתָּ֥ה בָ֖א לָרֶ֣שֶׁת אֶת־אַרְצָ֑ם כִּ֞י בְּרִשְׁעַ֣ת ׀ הַגּוֹיִ֣ם הָאֵ֗לֶּה
“…no por tu justicia y por la rectitud de tu corazón tu vienes a heredar sus tierras sino por la maldad de esas naciones…”: Israel no ha hecho méritos para ganarse la tierra santa. Son los países corruptos los que la perdieron, en virtud de la maldad de sus obras y Dios se la regala a los judíos, como herencia, en función del juramento a los patriarcas.
Deut. 9, vs 5:
וּלְמַ֜עַן הָקִ֣ים אֶת־הַדָּבָ֗ר אֲשֶׁ֨ר נִשְׁבַּ֤ע יְהֹוָה֙ לַאֲבֹתֶ֔יךָ לְאַבְרָהָ֥ם לְיִצְחָ֖ק וּֽלְיַעֲקֹֽב
“…y para que se cumpla el asunto que juró Jehová a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob…”: Dios juró que cumpliría el pacto con los descendientes de los patriarcas y, en virtud de ello, hace heredar a Israel la tierra prometida con la condición de que sirvan desinteresadamente a Dios y de ejemplo, a la humanidad.
Deut. 9, vs 6:
כִּ֥י עַם־קְשֵׁה־עֹ֖רֶף אָֽתָּה
o “…porque pueblo de dura cerviz eres tu…”: Israel no escucha la voz de Dios y consecuentemente no expande su conciencia y se rebela en contra de su Creador y sostenedor a través de los siglos. El pueblo de Israel no ejercita la capacidad que Dios le dio para una auto-critica con el fin de que le ayude a salir de este defecto. Se enorgullece porque se piensa que sus rabinos y su inteligencia les permitieron sobrevivir sobre la faz de la tierra, ignorando que es Jehová su Dios el que los perpetúa porque así lo juró a los patriarcas. Su orgullo necio les lleva a la conclusión equivocada.
Deut. 9, vs 7:
לְמִן־הַיּ֞וֹם אֲשֶׁר־יָצָ֣אתָ ׀ מֵאֶ֣רֶץ מִצְרַ֗יִם עַד־בֹּֽאֲכֶם֙ עַד־הַמָּק֣וֹם הַזֶּ֔ה מַמְרִ֥ים הֱיִיתֶ֖ם עִם־יְהֹוָֽה
“…desde el día que saliste de la tierra de Egipto hasta vuestra venida a este lugar, rebeldes fuisteis con Jehová…”: La rebeldía de Israel fue y continua siendo, hasta este mismo día de hoy, amarga. El gobierno de Israel y la gran, gran mayoría del mundo judío, incluido los religiosos, aunque con excepciones, están de acuerdo en entregar Judea, Samaria y Gaza, la tierra prometida, a los Palestinos, a cambio de dinero procedente de los U.S.A. ¿Pudiera existir rebeldía y traición mayores a Dios y al sionismo? Israel, al convertirse en un pueblo de comerciantes, vendió la tierra santa por dinero. Si fuera un pueblo de sacerdotes y nación santa, jamás de los jamases haría tal descomunal disparate espiritual. Vendió su primogenitura (espiritual), como Esaú, por un plato del potaje de lentejas (material) que cocinó su hermano Jacob (Gén. 25, vs 34).
¿CUÁN INSENSATO E INJUSTO ES PELEARSE CONTRA DIOS?
El humano sabio es esforzado y agradecido, porque sabe o entiende que todo cuanto tiene se lo debe enteramente al Creador de todo cuanto existe, El cual lo dio todo a cambio de nada, porque יהוה Dios es autosuficiente y generoso por su condición de perfecto y nada precisa de nosotros. Es obvio el entender que el humano no se creó a sí mismo, siendo una fuente externa la que lo creó y que aunque tengamos la capacidad para actuar como los líderes del mundo sobre las demás criaturas animales, aún seguimos siendo sólo un factor de la ecuación, en el esquema de la creación. ¿Por qué pues existen tantas personas que permiten que cierta animosidad hacia יהוה Dios penetre en sus corazones? ¿Cómo es posible que el amor que יהוה Dios bendito desplegó en el universo, lo traduzca el humano en indiferencia, animosidad y hasta en odio hacia el Creador, bendito Él y bendito su santo Nombre? Gran parte de la respuesta a esta pregunta reside en Proverbios 19, vs 3: “…אולת ארם תסל דרכו ועל יהוה יוע לבו …”, “…La insensatez del humano tuerce su propio camino y luego contra יהוה Dios se irrita su corazón…”.
Sólo la insensatez, producto de la ignorancia o perspectiva fragmentaria del humano, pudiera atenuar o justificar, si es que se puede de alguna manera, actitudes de rechazo a יהוה Dios. A mi entender, el humano falla en comprender que el sufrimiento y el sacrificio, sendero este, por el cual tenemos, a menudo, que transitar todos, es el medio por el cual crecemos espiritualmente y nos hacemos más sabios y entendidos, en un mundo donde todo lo que se hace, lo hacemos en la santa Presencia divina, aunque no veamos físicamente a יהוה Dios al lado nuestra, porque Él no se sustrae de nada que esté sucediendo, por omnipresente y omnisciente y nada ni nadie pudiera eludir su divina presencia. El hecho de que el humano no le vea porque Dios es espíritu y no carne, no significa que יהוה Dios esté ausente.
Entendiendo bien esta premisa, el humano tiene que ser consciente del potencial que יהוה Dios bendito le dio para dirigir los destinos del mundo, cuando le hizo a su imagen y semejanza. Este potencial lo hace responsable ante יהוה Dios, en la medida de su capacidad e inteligencia. Es decir, יהוה Dios reprende e instruye al humano como el padre que ama a su hijo lo reprende e instruye según lo que se espera de él. Por ejemplo, en Proverbios 3, vs 11-12, leemos el consejo siguiente:
כִּ֤י אֶ֥ת־אֲשֶׁ֣ר יֶאֱהַ֣ב יְהֹוָ֣ה יוֹכִ֑יחַ וּ֝כְאָ֗ב אֶת־בֵּ֥ן יִרְצֶֽה
El castigo de יהוה Dios, mi hijo, no menosprecies porque יהוה Dios castiga al que ama, como padre al hijo a quien quiere, sólo para que corrija sus caminos...”
Los que afortunadamente anhelamos de veras vivir en la conciencia de la presencia divina las 24 horas del día, por exagerado que esto parezca, nos esforzamos en agradar a יהוה Dios, El juez supremo, en todo cuanto hacemos. Sabemos que no es aceptable actuar con irresponsabilidad o ligereza porque lo que hacemos es muy importante ya que, en alguna medida, transforma el mundo para mejor o para peor, es decir, está sujeto a la ley de la causalidad o ley “causa efecto”.
Pienso que una parte importante del conflicto entre el humano y יהוה Dios, reside en el hecho de que el humano quiere “sustraerse” a su responsabilidad y vivir caprichosamente. Por eso establece sus propias prioridades, derivadas de este deseo egoísta, al desarrollar sus valores subjetivos o relativos. Como יהוה Dios tiene otros objetivos muchísimos más nobles y amplios, el humano le juzga erróneamente. Yo pienso que es preciso comprender la importancia que tiene el hecho de ir incorporando virtudes, abriéndose más a יהוה Dios en misericordia y verdad, las cuales, a fin de cuentas, son para beneficio de él mismo, integrándose más a la voluntad divina, mediante la coincidencia de prioridades y objetivos comunes. Debe de existir compatibilidad entre יהוה Dios y el humano para que ambas voluntades puedan vivir juntas en un mismo escenario de acción, sin mayor contienda.
Deut. 9, vs 8:
וּבְחֹרֵ֥ב הִקְצַפְתֶּ֖ם אֶת־יְהֹוָ֑ה וַיִּתְאַנַּ֧ף יְהֹוָ֛ה בָּכֶ֖ם לְהַשְׁמִ֥יד אֶתְכֶֽם
“…y en Horeb, provocasteis a Jehová y se enfureció Jehová contra ustedes para destruiros…”: Se refiere al episodio del becerro de oro que formó Aarón, a requerimiento del pueblo, al cual adoraron con sexo y violencia, ignorando todos los milagros y maravillas que Dios había hecho ante sus incrédulos e ingratos ojos. Como consecuencia, Dios contempló la posibilidad de destruirlos completamente, a lo que Moisés se opuso tajantemente.
Deut. 9, vs 9:
לֶ֚חֶם לֹ֣א אָכַ֔לְתִּי וּמַ֖יִם לֹ֥א שָׁתִֽיתִי
o “…pan no comí y agua no bebí…”: Moisés habla de la trascendencia espiritual, más allá del ámbito del tiempo y del espacio, los cuales gobiernan las leyes físicas del universo. Dios lo elevó por encima de las necesidades básicas para la supervivencia física con el fin de comunicarle leyes, estatutos y juicios absolutos o eternos para enseñárselos a Israel. Es obvio que esta interacción fue en el plano estrictamente espiritual.
Deut. 9, vs 10:
וַיִּתֵּ֨ן יְהֹוָ֜ה אֵלַ֗י אֶת־שְׁנֵי֙ לוּחֹ֣ת הָֽאֲבָנִ֔ים כְּתֻבִ֖ים בְּאֶצְבַּ֣ע אֱלֹהִ֑ים
“…y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios…”: Esto se debe de entender de manera alegórica ya que Dios no tiene manos. Fue la voluntad divina revelada. Entiéndase que la Biblia, a menudo, usa este tipo de metáfora para transmitir un mensaje espiritual. El simbolismo poco importa, lo que interesa es la esencia del mensaje espiritual. A este respecto, la interpretación literal, a veces, peca al interpretar ciertos eventos bíblicos de naturaleza espiritual, de manera simbolico-histórica, dentro de los parámetros tiempo-espacio. Hay que realizar que el símbolo no es la cosa ni la esencia y que para entender el mensaje espiritual, es preciso trascender lo relativo en el tiempo y en el espacio para proyectarlo en el espíritu.
Deut. 9, vs 11:
אַרְבָּעִ֣ים י֔וֹם וְאַרְבָּעִ֖ים לָ֑יְלָה
o “…cuarenta días y cuarenta noches…”: 40 días lucen muchos días para transmitir solamente los Diez Mandamientos. Pienso que Moisés, como ser humano, tuvo que haber sido objeto de intenso estudio con el fin de entender el alcance espiritual de los 10 Mandamientos con sus implicaciones y posiblemente, de la Torá entera.
Deut. 9, vs 12:
עָשׂ֥וּ לָהֶ֖ם מַסֵּכָֽה
o “…hicieron a ellos una imagen de fundición…”: Fracasaron espiritualmente ya que llegaron a la conclusión de que, en la vida, el consumismo y el placer, son los objetivos a seguir.
Deut. 9, vs 13:
וַיֹּ֥אמֶר יְהֹוָ֖ה אֵלַ֣י לֵאמֹ֑ר רָאִ֙יתִי֙ אֶת־הָעָ֣ם הַזֶּ֔ה וְהִנֵּ֥ה עַם־קְשֵׁה־עֹ֖רֶף הֽוּא
o “…y dijo Jehová a mi diciendo: Me fijé en este pueblo y he aquí pueblo de dura cerviz es…”: Israel no luce ser el pueblo virtuoso que Dios quisiera que fuera. De hecho, hasta quiso destruirlo completamente para reemplazarlo por la descendencia de Moisés, cosa que Moisés desaconsejó a Dios. El pecado mayor de Israel es su arrogancia y su altivez.
Deut. 9, vs 14:
הֶ֤רֶף מִמֶּ֙נִּי֙ וְאַשְׁמִידֵ֔ם וְאֶמְחֶ֣ה אֶת־שְׁמָ֔ם מִתַּ֖חַת הַשָּׁמָ֑יִם
“…Permíteme, y los destruiré y borraré sus nombres de debajo de los cielos…”: Dios reconoce la condición de rebeldía irreversible del pueblo de Israel y solicita de Moisés su aprobación para cerrar definitivamente el capitulo del pueblo de Israel, arruinándoles para siempre tal y como se merecen. Esta aseveración de Dios, acerca de Israel, habla volúmenes del carácter real de Israel del desierto y del pueblo judío en la actualidad.
Deut. 9, vs 14:
וְאֶֽעֱשֶׂה֙ אֽוֹתְךָ֔ לְגוֹי־עָצ֥וּם וָרָ֖ב מִמֶּֽנּוּ
o “..y haré de ti una nación más importante y numerosa que ellos…”: Dios sugiere que la descendencia de Moisés sea la que represente al remanente de Jacob constituyéndose en el Israel espiritual.
Deut. 9, vs 15:
וּשְׁנֵי֙ לוּחֹ֣ת הַבְּרִ֔ית עַ֖ל שְׁתֵּ֥י יָדָֽי
o “…y las dos tablas del pacto en mis dos manos…”: Los Diez Mandamientos que Dios habló al pueblo de Israel.
Deut. 9, vs 16:
עֲשִׂיתֶ֣ם לָכֶ֔ם עֵ֖גֶל מַסֵּכָ֑ה סַרְתֶּ֣ם מַהֵ֔ר מִן־הַדֶּ֕רֶךְ אֲשֶׁר־צִוָּ֥ה יְהֹוָ֖ה אֶתְכֶֽם
“…hicisteis un becerro de fundición y os apartasteis pronto del camino que encomendó Jehová a ustedes…”: El pueblo de Israel se negaba a dar el salto espiritual para trascender la materia y esforzarse por entender la esencia espiritual, más allá del símbolo y de la forma, como desgraciadamente, ha venido haciendo el farisaísmo rabínico tradicional por dos mil años. Se inclinaban hacia lo concreto porque no desarrollaron ni el poder de abstracción ni el de sofisticación, ni la condición de corazón debidas. En otras palabras, tenían que ver para creer. En este sentido, el becerro de oro estaba a la vista y estaba más cerca de su realidad mundana que Jehová, el Dios que no tiene representación física en el tiempo ni en el espacio.
Deut. 9, vs 17:
וָאֶתְפֹּשׂ֙ בִּשְׁנֵ֣י הַלֻּחֹ֔ת וָֽאַשְׁלִכֵ֔ם מֵעַ֖ל שְׁתֵּ֣י יָדָ֑י וָאֲשַׁבְּרֵ֖ם לְעֵינֵיכֶֽם
“…y tomé las dos tablas y las arrojé de mis dos manos y las rompí a vuestros ojos…”: Moisés pensaría que cual era el sentido que tenía el enseñar los Diez Mandamientos a ese prototipo de gente tan mediocre y simplista. Nada tenían ellos en común con las tablas de la ley, las cuales podían obrar maravillas en manos de gente virtuosa. Es de notar el hecho de que Moisés no se arrepintiera públicamente, ni ante Dios, de haberlas quebrado. Tampoco Dios se lo censuró porque, a mi entender, su actitud estaba más que justificada.
Deut. 9, vs 19:
כִּ֣י יָגֹ֗רְתִּי מִפְּנֵ֤י הָאַף֙ וְהַ֣חֵמָ֔ה אֲשֶׁ֨ר קָצַ֧ף יְהֹוָ֛ה עֲלֵיכֶ֖ם לְהַשְׁמִ֣יד אֶתְכֶ֑ם
“…porque temí delante del furor y del acaloramiento por el enojo de Jehová sobre ustedes para destruiros…”: Moisés realizó lo que estaba sucediendo y se dio cuenta de que Dios estaba en lo correcto, en el sentido de que con Israel no se podía trabajar. Era material mediocre y además de baja condición. No podía servir a Dios, ni al prójimo. Carecían de desarrollo intelectual y espiritual y por lo tanto desconocían la virtud y el amor, características que aún conserva el pueblo de Israel hasta el mismo día de hoy. Tanto es así que, en Josué 24, vs. 19, está dicho: “…No podréis servir a Jehová porque Él es Dios santo…”. Josué reconoce amargamente la condición pecaminosa y casi irreversible de Israel.
Deut. 9, vs 19:
לְהַשְׁמִ֣יד אֶתְכֶ֑ם
o “…para destruiros a ustedes…”: Dios quería eliminar a todo el pueblo de Israel por su incapacidad para entender los caminos santos y justos de Dios. Le dio por imposible, prácticamente.
Deut. 9, vs 20:
וּֽבְאַהֲרֹ֗ן הִתְאַנַּ֧ף יְהֹוָ֛ה מְאֹ֖ד לְהַשְׁמִיד֑וֹ
“…y contra Aarón se enojó Jehová mucho para destruirlo…”: La intervención de Aarón para dar cuerpo e imagen al Becerro de Oro irritó a Dios grandemente. A mi modo de ver, Aarón lucía débil de carácter y quizás temió oponerse a la muchedumbre que vino a enfrentarse a él. Dios quiso destruirle porque un líder tiene que estar a la altura de su responsabilidad debido aque lo que él hace tiene implicaciones mayores sobre la gente. Dios esperaba más y mejor de su comportamiento. Aarón, en tal de preservar la unión y la paz en el pueblo, sacrificó el espíritu de santidad. Esto es, de alguna manera, similar a lo que la mayoría del pueblo judío del mundo hoy persigue al sacrificar Judea, Samaria y Gaza con el fin de hacer la paz con los palestinos.
Deut. 9, vs 21:
אֶת־הָעֵ֗גֶל לָקַ֘חְתִּי֮ וָאֶשְׂרֹ֣ף אֹת֣וֹ ׀ בָּאֵשׁ֒
o “…al Becerro (de Oro) tomé y lo quemé en el fuego…”: El fuego tiene la facultad de purificar al deshacer el ídolo y convertirlo en polvo, imposible de reconocer por el ojo humano. Por otro lado, al dárselo a beber al pueblo, lo hizo impuro, en virtud de que lo tenían que orinar.
Deut. 9, vs 22:
וּבְתַבְעֵרָה֙ וּבְמַסָּ֔ה וּבְקִבְרֹ֖ת הַֽתַּאֲוָ֑ה מַקְצִפִ֥ים הֱיִיתֶ֖ם אֶת־יְהֹוָֽה
o “…y en Tab’era y en Masa y en Kibrot Ataava provocadores habéis sido a Jehová…”: Tres episodios en los cuales hubo provocación por parte de Israel y confrontación en contra de Dios.
Deut. 9, vs 23:
וְלֹ֤א הֶֽאֱמַנְתֶּם֙ ל֔וֹ וְלֹ֥א שְׁמַעְתֶּ֖ם בְּקֹלֽוֹ
“…y no le creísteis y no escuchasteis su voz…”: El pueblo perdió la confianza en Dios y en su gran poder. Este es un problema en el cual el humano cae y vuelve a caer porque, al no ver físicamente a Dios presente, se deja de seducir por la duda y la concupiscencia. En otras palabras, pierde la confianza y se deja de llevar por el aspecto práctico de lo que ven sus ojos y confunde el sentido de la realidad espiritual. Confiar en Dios es uno de los sentimientos más difíciles que existen y creo que por eso, cuando Dios le probó a Abrahán con relación al sacrificio de Isaac su hijo y este cumplió a cabalidad lo que Dios le pidió, confiando totalmente en el Creador, su recompensa fue tan grande. La seguridad en Dios es bien difícil y solamente un corazón bien sabio y virtuoso pudiera salir airoso en una prueba de Dios.
Deut. 9, vs 24:
מַמְרִ֥ים הֱיִיתֶ֖ם עִם־יְהֹוָ֑ה מִיּ֖וֹם דַּעְתִּ֥י אֶתְכֶֽם
o “…rebeldes fuisteis contra Jehová desde el día en que os conocí…”: Israel, en opinión de Moisés, nunca estuvo a la altura de la misión para la cual fue comisionado.
Deut. 9, vs 25:
וָֽאֶתְנַפַּ֞ל לִפְנֵ֣י יְהֹוָ֗ה אֵ֣ת אַרְבָּעִ֥ים הַיּ֛וֹם וְאֶת־אַרְבָּעִ֥ים הַלַּ֖יְלָה אֲשֶׁ֣ר הִתְנַפָּ֑לְתִּי כִּֽי־אָמַ֥ר יְהֹוָ֖ה לְהַשְׁמִ֥יד אֶתְכֶֽם
o “…e imploré delante de Jehová los 40 días y las 40 noches que imploré porque dijo Jehová que os destruiría…”: Dios estaba a punto de decretar la destrucción casi total de Israel, en virtud de su rebeldía y falta de espiritualidad. De hecho, hoy, después de 3,500 años, hay que darle la razón a Dios porque Israel sigue siendo tan rebelde como antaño.
Deut. 9, vs 26:
וָאֶתְפַּלֵּ֣ל אֶל־יְהֹוָה֮ וָאֹמַר֒ אֲדֹנָ֣י יֱהֹוִ֗ה אַל־תַּשְׁחֵ֤ת עַמְּךָ֙ וְנַחֲלָ֣תְךָ֔ אֲשֶׁ֥ר פָּדִ֖יתָ בְּגׇדְלֶ֑ךָ אֲשֶׁר־הוֹצֵ֥אתָ מִמִּצְרַ֖יִם בְּיָ֥ד חֲזָקָֽה
O “…e imploré a Jehová y dije: Mi señor, Jehová, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que liberaste, en (virtud de) tu grandeza y que sacaste de Egipto con mano fuerte…”: Moisés usa el término תְפַּלֵּ֣ל o “…implorar…” tres veces, lo cual da a entender que Dios estaba bien decidido a destruir a casi todo Israel. Moisés argumenta con Dios para evitar la destrucción casi total de Israel.
Deut. 9, vs 27:
זְכֹר֙ לַעֲבָדֶ֔יךָ לְאַבְרָהָ֥ם לְיִצְחָ֖ק וּֽלְיַעֲקֹ֑ב
“…recuerda a tus siervos Abrahán, a Isaac y a Jacob…”: Esto sería lo que conduciría a Dios a perdonarlos porque el pueblo no hacía méritos para ello. El juramento que Dios hizo a los patriarcas sería determinante para no destruirlos totalmente.
Deut. 9, vs 27:
זְכֹר֙ לַעֲבָדֶ֔יךָ לְאַבְרָהָ֥ם לְיִצְחָ֖ק וּֽלְיַעֲקֹ֑ב אַל־תֵּ֗פֶן אֶל־קְשִׁי֙ הָעָ֣ם הַזֶּ֔ה וְאֶל־רִשְׁע֖וֹ וְאֶל־חַטָּאתֽוֹ
o “…recuerda a tus siervos Abrahán, a Isaac y a Jacob; no consideres la dureza de este pueblo, ni a su maldad, ni a su pecado…”: Moisés pide a Dios que evite la destrucción, en virtud del pacto patriarcal y que no se deje de influenciar por lo que pudieran hacer una o dos generaciones, en particular.
Deut. 9, vs 28:
פֶּן־יֹאמְר֗וּ הָאָ֘רֶץ֮ אֲשֶׁ֣ר הוֹצֵאתָ֣נוּ מִשָּׁם֒ מִבְּלִי֙ יְכֹ֣לֶת יְהֹוָ֔ה לַהֲבִיאָ֕ם אֶל־הָאָ֖רֶץ אֲשֶׁר־דִּבֶּ֣ר לָהֶ֑ם וּמִשִּׂנְאָת֣וֹ אוֹתָ֔ם הוֹצִיאָ֖ם לַהֲמִתָ֥ם בַּמִּדְבָּֽר
o “…no sea que digan la tierra (los gentiles) de entre los cuales Dios nos sacó de allí: Porque no pudo Jehová traerlos a la tierra que habló a ellos y por odiarlos a ellos, los sacó para destruirlos en el desierto…”: Moisés contempla el problema desde la perspectiva de Egipto y de los pueblos que Dios destruyó con el fin de evitar la casi total destrucción de Israel.
Deut. 9, vs 29:
וְהֵ֥ם עַמְּךָ֖ וְנַחֲלָתֶ֑ךָ אֲשֶׁ֤ר הוֹצֵ֙אתָ֙ בְּכֹחֲךָ֣ הַגָּדֹ֔ל וּבִֽזְרֹעֲךָ֖ הַנְּטוּיָֽה
o “…y ellos son tu pueblo y tu heredad, a los cuales tu sacaste con tu poder grande y con tu brazo extendido…”: Israel, en opinión de Moisés, a través del duro castigo y del tiempo, será redimido sin necesidad de que sea destruido, ya que la mano de Dios se manifestó sobre él.
Moisés concluye con Dios que esta es la gente con la que hay que trabajar y no hay otra. Son descendientes de los patriarcas con los que Dios hizo promesa y necesariamente hay que trabajar con ellos, tal y como son, hasta poder, un día, conseguir reformarlos, sino a ellos, a sus descendientes. Es notorio que hasta el mismo día de Hoy, aún se observa la rebeldía del pueblo de Israel a Dios casi con la misma intensidad. Si no ¿Cómo se pudiera explicar pues que la gran, gran mayoría del pueblo judío esté de acuerdo en abandonar la tierra prometida: Judea, Samaria y Gaza, a los filisteos o modernos palestinos? ¿Existe rebeldía y demencia mayor? Ahí está a la vista de todo el que quiera darse por enterado. Inclusive muchos religiosos están de acuerdo en ello. ¿Acaso estos judíos insensatos se paran a pensar que el Islam cuenta con 42 estados en el mundo y que Israel tiene uno solo? ¿Cómo es que tan pronto se olvidaron del Holocausto?
Deut. 10, vs 1:
פְּסׇל־לְךָ֞ שְׁנֵֽי־לוּחֹ֤ת אֲבָנִים֙ כָּרִ֣אשֹׁנִ֔ים
o “…prepárate dos tablas de piedra como las primeras…”: Dios le pide a Moisés, en reemplazo de las dos tablas primeras que Moisés rompió, que alise dos tablas de piedra para grabar en ella, por las dos caras, los Diez Mandamientos que Dios habló en el monte de Sinaí al pueblo de Israel.
Deut. 10, vs 2:
וְאֶכְתֹּב֙ עַל־הַלֻּחֹ֔ת אֶ֨ת־הַדְּבָרִ֔ים אֲשֶׁ֥ר הָי֛וּ עַל־הַלֻּחֹ֥ת הָרִאשֹׁנִ֖ים אֲשֶׁ֣ר שִׁבַּ֑רְתָּ וְשַׂמְתָּ֖ם בָּאָרֽוֹן
o “…y escribiré sobre las tablas las palabras que estuvieron sobre las tablas primeras que rompiste y las pondrás en el arca…”: En realidad las palabras fueron grabadas, no escritas. No vemos que Dios critique a Moisés por el hecho de haber roto las primeras tablas.
Deut. 10, vs 3:
וָאַ֤עַשׂ אֲרוֹן֙ עֲצֵ֣י שִׁטִּ֔ים וָאֶפְסֹ֛ל שְׁנֵי־לֻחֹ֥ת אֲבָנִ֖ים כָּרִאשֹׁנִ֑ים
o “…e hice un arca de madera de acacia y talle dos tablas de piedra como las primeras…”: Es posible que fuera Moisés el que grabara los Diez Mandamientos en las tablas, por las dos caras, de la misma manera que las alisó. Sin embargo, está dicho en el versículo 4: וַיִּכְתֹּ֨ב עַֽל־הַלֻּחֹ֜ת o “…y escribió sobre las tablas…”, lo que da la impresión de que fue Dios el que las grabó. De todas formas el mensaje es el mismo, lo grabe Moisés o lo haga Dios.
Deut. 10, vs 4:
אֵ֚ת עֲשֶׂ֣רֶת הַדְּבָרִ֔ים אֲשֶׁ֣ר דִּבֶּר֩ יְהֹוָ֨ה אֲלֵיכֶ֥ם בָּהָ֛ר
o “…a los Diez Mandamientos que habló Jehová a vosotros en el monte…”: Según interpretaciones erróneas basadas en la Ley Oral rabínica, Dios no habló más que los tres primeros mandamientos y los otros siete, no fue Dios el que los pronunció sino Moisés. Sin embargo, aquí tenemos, explícitamente indicado que Dios habló los Diez Mandamientos, desde el primero hasta el último.
Deut. 10, vs 5:
וָֽאָשִׂם֙ אֶת־הַלֻּחֹ֔ת בָּאָר֖וֹן
o “…y pondré las tablas en el Arca…”: El término וָֽאָשִׂם֙ está conjugado en el tiempo futuro cuando lo natural fuera que dijese ושמתי o “…y puse…”, en el pasado. ¿Qué sentido tiene el término en el tiempo futuro?
Deut. 10, vs 6:
שָׁ֣ם מֵ֤ת אַהֲרֹן֙ וַיִּקָּבֵ֣ר שָׁ֔ם וַיְכַהֵ֛ן אֶלְעָזָ֥ר בְּנ֖וֹ תַּחְתָּֽיו
o “…Allí murió Aarón y fue enterrado allí y fue envestido sumo sacerdote Eleazar su hijo en su lugar…”: Maria y Aarón fueron enterrados a la vista del pueblo; sin embargo Moisés no.
Deut. 10, vs 8:
הִבְדִּ֤יל יְהֹוָה֙ אֶת־שֵׁ֣בֶט הַלֵּוִ֔י לָשֵׂ֖את אֶת־אֲר֣וֹן בְּרִית־יְהֹוָ֑ה לַעֲמֹד֩ לִפְנֵ֨י יְהֹוָ֤ה לְשָֽׁרְתוֹ֙ וּלְבָרֵ֣ךְ בִּשְׁמ֔וֹ עַ֖ד הַיּ֥וֹם הַזֶּֽה
“…separó Jehová a la tribu de Leví para sacar el Arca del testimonio de Jehová para estar delante de Jehová para servirle y para bendecir en Su Nombre hasta el (mismo) día de hoy…”: La tribu de Leví fue separada de las demás tribus al haberse comportado de manera celosa y 100% leal a Dios, en defensa de la virtud en el seno del Israel rebelde. Desde entonces, eran los que se tenían que ocupar de la custodia del Tabernáculo de Reunión y de todo lo que él contenía, lo cual pertenecía a Dios. Los Levitas, por estar santificados por Dios, eran los únicos que podían estar envueltos en las cosas y pertenencias de Dios.
Deut. 10, vs 9:
עַל־כֵּ֞ן לֹֽא־הָיָ֧ה לְלֵוִ֛י חֵ֥לֶק וְנַחֲלָ֖ה עִם־אֶחָ֑יו יְהֹוָה֙ ה֣וּא נַחֲלָת֔וֹ
“…por lo tanto, no se asignó a los Levitas parte ni heredad con sus hermanos; Jehová es su heredad…”: La heredad de los Levitas era todo lo que, en el seno de Israel, pertenecía a Dios. No podían poseer pertenencias terrenales como las demás tribus. A ellos les pertenecían las cosas espirituales. Hoy por hoy, los rabinos, los cuales no son descendientes de los Levitas, son los que se ocupan arbitrariamente de las cosas de los templos judíos. Ni fueron elegidos por Dios, ni fueron tampoco comisionados por Él. Se auto-nombraron constituyéndose en una casta de privilegiados a la usanza de las religiones gentiles. Los rabinos cobran el diezmo y otras dádivas jugosas del pueblo de Israel y se lo gastan como bien les parece. Entre los Sefarditas, las donaciones se hacen cuando los judíos se congregan en los días de sábado y en las fiestas, mezclando el dinero, en subastas, con los rezos. Además, no son donaciones privadas sino públicas para que todos las escuchen, poniendo en aprietos al pobre que no tiene, el cual suele dar: מתנת ידו o “…lo que pueda…”. Estas prácticas son tendentes a destacar, dándole los honores, a aquellos que tienen dinero. De hecho, especialmente en las fiestas, se subastan los “honores”, es decir, sacar la Biblia del ארון הקדש o “…Arca Sagrada…” para transportarla en procesión, a la usanza gentil, al היכל para ser allí leída.
Deut. 10, vs 10:
וְאָנֹכִ֞י עָמַ֣דְתִּי בָהָ֗ר כַּיָּמִים֙ הָרִ֣אשֹׁנִ֔ים אַרְבָּעִ֣ים י֔וֹם וְאַרְבָּעִ֖ים לָ֑יְלָה
o “…y yo estuve en el monte como los días primeros, 40 días y 40 noches…”: Moisés no elabora acerca de lo que estuvo haciendo durante todo ese tiempo. Se entiende que la primera vez estuviese 40 días y 40 noches; sin embargo, es un poco misterioso poder entender por que tuvo que estar otra vez 40 días y 40 noches para recibir las segundas tablas.
Deut. 10, vs 10:
וַיִּשְׁמַ֨ע יְהֹוָ֜ה אֵלַ֗י גַּ֚ם בַּפַּ֣עַם הַהִ֔וא לֹא־אָבָ֥ה יְהֹוָ֖ה הַשְׁחִיתֶֽךָ
o “…y escuchó Jehová a mi requerimiento también en la ocasión aquella; no decidió Jehová destruirte…”: Vemos la tremenda humildad de la que hace gala Dios bendito en el sentido de atender al ruego desesperado de Moisés.
Deut. 10, vs 11:
וְיָבֹ֙אוּ֙ וְיִֽירְשׁ֣וּ אֶת־הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁר־נִשְׁבַּ֥עְתִּי לַאֲבֹתָ֖ם לָתֵ֥ת לָהֶֽם
o “…y que vengan y que hereden la tierra que juré a sus padres (patriarcas) para dársela a ellos…”: Es importante entender que el juramento fue a los patriarcas y los que lo recibieron fueron ellos. No importa, porque todos pertenecen a la misma cadena, siendo cada generación, un eslabón solamente. En definitiva, los padres viven espiritualmente en los hijos y en sus descendientes. Esto resulta difícil de comprender en este mundo porque no sabemos como el espíritu es.
Deut. 10, vs 12-13:
וְעַתָּה֙ יִשְׂרָאֵ֔ל מָ֚ה יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ שֹׁאֵ֖ל מֵעִמָּ֑ךְ כִּ֣י אִם־לְ֠יִרְאָ֠ה אֶת־יְהֹוָ֨ה אֱלֹהֶ֜יךָ לָלֶ֤כֶת בְּכׇל־דְּרָכָיו֙ וּלְאַהֲבָ֣ה אֹת֔וֹ וְלַֽעֲבֹד֙ אֶת־יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ בְּכׇל־לְבָבְךָ֖ וּבְכׇל־נַפְשֶֽׁךָ
לִשְׁמֹ֞ר אֶת־מִצְוֺ֤ת יְהֹוָה֙ וְאֶת־חֻקֹּתָ֔יו אֲשֶׁ֛ר אָנֹכִ֥י מְצַוְּךָ֖ הַיּ֑וֹם לְט֖וֹב לָֽךְ
“… y ahora Israel ¿qué es lo que Jehová tu Dios pide de ti? Que temas a Jehová tu Dios para andar por sus caminos y amarlo sirviendo a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; guardar los mandamientos de Jehová y sus leyes que yo te encomiendo hoy para que te vaya bien…”: El temor a Dios es esencial para no caer en el pecado haciéndose uno cómplice de uno mismo con el fin de satisfacer su ego. El cumplimiento cabal de los mandamientos divinos hace que uno se mantenga dentro de los parámetros de lo permitido, lejos de lo prohibido. El amor con el corazón y con el espíritu, no con el bolsillo, también es crucial. El bolsillo beneficia a los rabinos no a Dios. Lo que Dios mira con agrado, a mi entender, son las donaciones para obras que mejoren la calidad de vida de la humanidad y no para subsidiar a los pobres irresponsablemente, los cuales están obligados a cumplir con el mandamiento divino de: “…con el sudor de tu frente comerás el pan todos los días de tu vida…”.
Deut. 10, vs 13:
לְט֖וֹב לָֽךְ
o “…para tu bien…”: Dios es perfecto y no precisa de nada y menos del humano. Los mandamientos de Dios son para bien del humano, no para gloria divina porque la gloria de Dios es infinita y el humano no puede añadir a ella. El libre albedrío debe de estar al servicio del bien.
Deut. 10, vs 14:
הֵ֚ן לַיהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ הַשָּׁמַ֖יִם וּשְׁמֵ֣י הַשָּׁמָ֑יִם הָאָ֖רֶץ וְכׇל־אֲשֶׁר־בָּֽהּ
o “…He aquí de Jehová tu Dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella…”: Todo pertenece a Dios con la excepción de la voluntad del corazón del humano, en virtud del libre albedrío. Si este quiere se la da y si no, no. Maimónides solía decir: “…Todo pertenece a Dios menos la voluntad del corazón del humano…”.
Deut. 10, vs 15:
וַיִּבְחַ֞ר בְּזַרְעָ֣ם אַחֲרֵיהֶ֗ם בָּכֶ֛ם מִכׇּל־הָעַמִּ֖ים כַּיּ֥וֹם הַזֶּֽה
“…y escogió a sus descendencias después de ellos, a ustedes, de entre todos los pueblos como en este día…”: El pacto perpetuo entre Dios y los patriarcas lo realizó Dios con su descendencia también, no solo con ellos. Abrahán se circuncidó en el prepucio del órgano pro-creativo porque de ahí surgiría toda su descendencia.
Deut. 10, vs 16:
וּמַלְתֶּ֕ם אֵ֖ת עׇרְלַ֣ת לְבַבְכֶ֑ם וְעׇ֨רְפְּכֶ֔ם לֹ֥א תַקְשׁ֖וּ עֽוֹד
“…y circuncidaréis el prepucio de vuestro corazón y vuestro orgullo necio y vuestra cerviz, no endureceréis más…”: La circuncisión de la carne es a los ocho días y la realizan los padres del recién nacido varón. La circuncisión del corazón la ha de obrar cada cual, en virtud de que sus obras agraden a Dios persiguiendo compasión, verdad, justicia y juicio. Una vida de virtud espiritual real. La vida religiosa a la usanza rabínica tradicional y farisea, esta vacía en contenido espiritual y llena de tradiciones, leyendas, rituales, supersticiones y compromisos cuestionables derivados de la Ley Oral, la cual se desarrollo en Babilonia, adoptando costumbres gentiles y hasta paganas, como son la astrología, el mal de ojo, y otras supersticiones más.
Deut. 10, vs 17:
כִּ֚י יְהֹוָ֣ה אֱלֹֽהֵיכֶ֔ם ה֚וּא אֱלֹהֵ֣י הָֽאֱלֹהִ֔ים וַאֲדֹנֵ֖י הָאֲדֹנִ֑ים הָאֵ֨ל הַגָּדֹ֤ל הַגִּבֹּר֙ וְהַנּוֹרָ֔א
“…porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, fuerte y temible…”: Jehová es el creador del universo y, además de Él, no hay Dios.
Deut. 10, vs 17:
אֲשֶׁר֙ לֹא־יִשָּׂ֣א פָנִ֔ים וְלֹ֥א יִקַּ֖ח שֹֽׁחַד
“…que no hace acepción de personas y no toma cohecho…”: El Dios justo y verdadero, cuya conducta es perfecta y fuera de todo despropósito y maldad. Su Santa Unidad o “conciencia” es tan perfecta que no admite error.
Deut. 10, vs 18:
עֹשֶׂ֛ה מִשְׁפַּ֥ט יָת֖וֹם וְאַלְמָנָ֑ה וְאֹהֵ֣ב גֵּ֔ר לָ֥תֶת ל֖וֹ לֶ֥חֶם וְשִׂמְלָֽה
“…que hace justicia al huérfano y a la viuda y ama al gentil dándole pan y vestido…”: Dios de los valores morales y de la compasión para aquellos que tienen debilidades y carencias.
Deut. 10, vs 19:
וַאֲהַבְתֶּ֖ם אֶת־הַגֵּ֑ר כִּֽי־גֵרִ֥ים הֱיִיתֶ֖ם בְּאֶ֥רֶץ מִצְרָֽיִם
o “…y amaréis al extranjero porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto…”: En la Biblia, al extranjero se le considera más necesitado que al nacional común y corriente porque está fuera de su ambiente y precisa de ayuda. Está a nivel del huérfano y de la viuda.
EL ARTE DE AMAR, PANACEA PARA RELACIONES DE CALIDAD
¿Tiene el amor su lado práctico, o es solamente pura emoción y sensación? Pienso que si el amor real fuese pura emoción y sensación, entonces se convertiría en puro placer. Sin embargo, es obvio que el placer no es amor porque el amor es proyección en los demás y no una práctica sensorial y egoísta. De hecho, el auténtico amor es de género altruista. Amar es la condición de mente y de corazón a la que se llega merced al cultivo de la virtud y de la razón bien templada. No hay duda de que amar es saber vivir porque da sentido, calidad, color y calor a la existencia humana. Además, amar conlleva sabiduría y conocimiento. Por eso, יהוה Dios bendito en su santa Biblia, pidió al humano que lo amara con todo su corazón, con toda su alma y con todos los recursos a su alcance. En definitiva, el amor eleva al humano a un nivel superior de existencia y de proyección social; en otras palabras, para el entendido, la vida es fundamentalmente amor. Sin embargo, observemos, que para el humano masa o pobre de espíritu, su carencia de sensibilidad y de amor le arruina de mala manera.
En estos tiempos modernos, una simple ojeada a nuestro alrededor nos brindará un número de estadísticas horrendas acerca de la calidad en las relaciones humanas en general. Ya se trate de las relaciones entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos, entre vecinos, entre conciudadanos, o entre las naciones del mundo. Desgraciadamente, por eso existen guerras todavía, porque el humano, ni individual ni socialmente, ha desarrollado el amor necesario para resolver sus conflictos de manera justa y por ende, pacífica. Cabe pues preguntarse, ¿Acaso resulta tan difícil amar?
El amor requiere de práctica y de excelencia. Uno ama aprendiendo a amar, es decir, ejercitando el amor a diario a través de los puentes que cada humano tiene que establecer para acercarse a יהוה Dios y a los demás. Obsérvese que, en la medida en que uno se esfuerza en amar a יהוה Dios y al prójimo, se van descubriendo existencias diferentes, con prioridades diferentes, gustos diferentes y actitudes diferentes; consecuentemente, dentro de este marco de riqueza y de diversidad, uno se educa en el sentido de comprender y de respetar a los demás, en vez de opinar y acusar rígidamente en función de lo que uno subjetiva y parcialmente piensa y cree que debiera ser. No hay duda de que el amor requiere de apertura de mente y de corazón. Alguien dijo que, “En el amor no hay conquista que realizar”. El verdadero amor libera al individuo de su propia pequeñez y prejuicios. En el amor hay que esforzarse más en amar que en ser amado; más en ofrecer que en pedir. Desgraciadamente, cuantas relaciones íntimas se han estropeado, precisamente, por el sentimiento opuesto, es decir, pedir más que ofrecer. Es obvio que la inflexibilidad, la exigencia y el egoísmo socavan y hasta destruyen el amor.
Precisamente, para evitar la ruptura de cualquier relación, es preciso ser justo y no permitir que una o dos malas acciones interfieran en todo un periodo largo de relación, es decir, hay que considerar toda la relación entera y no solamente unas cuantas actitudes adversas. No es justo que uno se olvide de todo lo bueno que el otro ha hecho por uno, cuando se siente agraviado por algo adverso. Deberíamos de poner en una balanza todo lo bueno, y, en la otra, todo lo malo y no solamente uno, dos o tres eventos aislados, por malos que hayan podido ser. De hecho, ¿cuántas veces y después de oír bien a la otra parte en conflicto, encontramos que su perspectiva tiene cierta justificación y está lejos de ser 100% condenable? Incluso cuando es 100% condenable, ¿Acaso nosotros no nos equivocamos también y hacemos más mal del que quisiéramos realmente hacer? No hay que olvidar que el humano es imperfecto y necesita aprender para crecer. Entretanto, desafortunadamente, haremos mucho daño por doquier, queriendo y sin querer. Deberíamos de entender que el amor requiere de paciencia, de bondad y de ayuda cuando el otro más lo necesita. Pienso que, cuando de verdad se ama, no se debería de acusar ni de culpar, sino de ayudar. Es obvio que la acusación pone al prójimo de turno a la defensiva arrinconándolo, precisamente, en su momento más débil.
¿Cuántos matrimonios se han destruido por el odio y la venganza? Una actitud sistemáticamente acusatoria lleva al distanciamiento y hacia la enajenación de la pareja. Yo pregunto, ¿Cuánto cambiaría la relación si, en vez de vengarse el uno del otro, intentaran acercarse el uno al otro para ayudarse mutuamente, en periodo de dificultades? Es menester considerar que lo que suele traer el odio y la venganza, es más odio y más venganza. Si esto es así ¿Por qué no actuar entonces más inteligentemente esforzándose en entender la parte de culpa que uno mismo tiene dentro del esquema de lo que nos parece aqueja al otro? Reflexionemos un poco y veremos como cuando un cónyuge se aleja del otro, los dos son culpables por ello, aunque, en honor a la justicia, uno en mayor y otro en menor grado. Es preciso comprender que amar tiene que significar enterrar definitivamente los errores pasados al considerarlos como medios necesarios para poder crecer en sabiduría y conocimiento y madurar. No hay que sentir lastima por uno mismo. Pienso que cuando uno está dispuesto a perdonar al otro es mejor porque, a la larga, más vale ser la victima que el victimario, es decir, es mejor sufrir las consecuencias de los errores del otro, que hacer al otro victima de los errores de uno, porque la conciencia la tendremos mucho más tranquila y el sufrimiento ya habrá pasado.
Finalmente, quisiera manifestar que el amor debe de ser objeto de participación o contribución voluntaria (propia) y no impuesta (ajena). Cuando se obliga a alguien a amar, ya sea por un papel firmado o por cualquier otra consideración, indirectamente, se le está inexorablemente invitando a odiar esa relación porque el amor debe ser espontáneo y libre y no puede ni debe de tener condicionantes. Es obvio que en la libertad se ama mejor porque uno decide lo que quiere y debe y encuentra más sentido en lo que hace. Como norma general, pienso que toda imposición atenta contra el objetivo mismo al que está supuesto a servir. ¿Cuán lindo es reunirse con la persona que uno ama, admira o respeta porque uno quiere y no porque uno debe? La libertad es esa facultad que יהוה Dios bendito dio a todo ser y que no debe ser ni obstruida ni coaccionada unilateralmente, sino educada acerca de sus propias limitaciones, en virtud de su condición humana. El amor y la libertad, cuando van de la mano, son las mejores bases para una relación de calidad superior.
Deut. 10, vs 20:
אֶת־יְהֹוָ֧ה אֱלֹהֶ֛יךָ תִּירָ֖א אֹת֣וֹ תַעֲבֹ֑ד וּב֣וֹ תִדְבָּ֔ק וּבִשְׁמ֖וֹ תִּשָּׁבֵֽעַ
“…a Jehová, tu Dios, temerás. A Él servirás y a Él te adherirás y por Su Nombre jurarás…”: El Creador es único y no es justo compararle con concepciones de falsos dioses. A Él hay que buscar en el espíritu y no a los dioses de las religiones de diferentes culturas del mundo. La verdad de la obra de la creación declara Su Santa Grandeza y amor. וּבִשְׁמ֖וֹ תִּשָּׁבֵֽעַ o “…y por Su Nombre jurarás…”: Es completamente lícito y aconsejable jurar por el Nombre divino cuando sea preciso y necesario, con el fin de dilucidar cualquier asunto que no se pueda demostrar a través de hechos indiscutibles. Es un mandamiento y como tal ha de cumplirse. El judaísmo rabínico, el cual, recomienda no jurar por el Nombre divino, en virtud del סיג לתורה o “…hacer una valla alrededor de la Torah…”, se pronuncia en contra de la práctica de este mandamiento, independientemente de las razones que ellos pudieran argumentar. El jurar en falso por el Nombre de Jehová es inconcebible para un seguidor de Dios porque comprometería su vida espiritual y quizás su vida eterna.
Deut. 10, vs 21:
ה֥וּא תְהִלָּתְךָ֖ וְה֣וּא אֱלֹהֶ֑יךָ אֲשֶׁר־עָשָׂ֣ה אִתְּךָ֗ אֶת־הַגְּדֹלֹ֤ת וְאֶת־הַנּֽוֹרָאֹת֙ הָאֵ֔לֶּה אֲשֶׁ֥ר רָא֖וּ עֵינֶֽיךָ
“..Él es tu alabanza y Él es tu Dios que hizo contigo las grandes y temibles obras que vieron tus ojos…”: Dios “se muestra y demuestra” espiritualmente a cada judío, en su vida, para que sepa personalmente que Jehová es su Dios, el Santísimo Creador. Dios lo hace de manera sutil e indirecta, en función del castigo y de la recompensa por las obras. Históricamente, el castigo al judío ha revestido caracteres bien particulares muy fáciles de reconocer, tanto por judíos como por gentiles, por su crudeza y furor. Israel es castigado doblemente con relación al gentil porque representa al pueblo de Dios en la tierra, el cual ha de cumplir con el rol espiritual para el que fue comisionado. La Inquisición, los Pogroms, el Holocausto, etc…. son vivos testimonios de castigo y el reestablecimiento del estado de Israel de bendición.
Deut. 10, vs 22:
בְּשִׁבְעִ֣ים נֶ֔פֶשׁ יָרְד֥וּ אֲבֹתֶ֖יךָ מִצְרָ֑יְמָה וְעַתָּ֗ה שָֽׂמְךָ֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ כְּכוֹכְבֵ֥י הַשָּׁמַ֖יִם לָרֹֽב
“…con setenta almas descendió tu padre a Egipto y ahora te puso Jehová tu Dios como las estrellas de los cielos en multitud…”: El patriarca Jacob descendió a Egipto junto con toda su casa, los cuales sumaban 70 almas. En tan solo 4 generaciones, Israel se multiplicó en gran manera hasta contar con más de 4 millones de almas en total, incluyendo los gentiles que subieron con ellos a la tierra prometida con el fin de seguir a Jehová Dios, maravillados por sus milagros. Bajo un punto de vista natural, parece inconcebible que en cuatro generaciones se multiplicaran tanto.
Deut. 11, vs 1:
כׇּל־הַיָּמִֽים
o “…todos los días…”: Un carácter bien formado actúa de manera regular y constante. El conocimiento, el temor y el amor a Dios se demuestran de forma natural y hasta espontánea. No se trata de ir al templo una vez por semana, es decir, buscar a Dios en la dimensión del tiempo y del espacio sino de una comunión en el espíritu con Dios, es decir, en la trascendencia, eternamente. La Biblia habla de aquellos que “…caminaban con Dios…”, es decir, con la conciencia de la divina presencia en su espíritu permanentemente y no sólo en momentos de inspiración y deseos de comunión por parte del humano, de acuerdo a su conveniencia sino en toda circunstancia.
Deut. 11, vs 2-6:
Moisés hace un recuento de las demostraciones del poder de Dios a favor del pueblo de Israel.
Deut. 11, vs 7:
כִּ֤י עֵֽינֵיכֶם֙ הָֽרֹאֹ֔ת אֶת־כׇּל־מַעֲשֵׂ֥ה יְהֹוָ֖ה הַגָּדֹ֑ל אֲשֶׁ֖ר עָשָֽׂה
“…porque vuestros ojos han visto toda la obra grande de Jehová que realizó…”: La mano de Dios no solamente se movió en las generaciones pasadas sino que se sigue moviendo en las generaciones presentes porque Dios está vivo y su obra no cesa. Por ejemplo, el mundo de hoy no es el de ayer y las necesidades y situaciones son diferentes. Dios continúa interactuando con nosotros a diario porque el humano es un ser en constante redefinición. Simplemente, hagamos un alto en el camino y consideremos lo que fue y lo que es nuestra vida y veremos como han sucedido cosas extraordinarias que solamente un ser espiritual sabe que se trata de la mano de Dios y no de la casualidad. De hecho, en el universo no existe nada casual, todo está establecido en forma de programa y sólo resta la voluntad del humano, la cual es libre de escoger entre el “bien y el mal”, es decir, estudiar para entender como operan las leyes universales y armonizarse con ellas, en vez de ignorarlas por desconocimiento o capricho y sufrir las consecuencias por el fracaso. Este universo es como un río que tiene su corriente ya establecida y, sólo aquellos que se percatan de ello, saben manejar con la corriente a su favor. Los ignorantes o rebeldes van, sin saberlo y sabiéndolo, en contra de la corriente y su vida es conflicto permanente. Normalmente atribuyen a la mala suerte su penosa situación.
Deut. 11, vs 8:
לְמַ֣עַן תֶּחֶזְק֗וּ
o “…para que os fortalezcáis…”: Los preceptos divinos fortalecen de forma natural al humano que los observa. No se trata de rezar, ni de prender velitas, ni de evitar mezclar leche con carne. Se trata del desarrollo de una actitud de amor, verdad, justicia y juicio. El equilibrio o balance entre todas las tendencias posibles, por ponerlo en términos Confucionistas. La armonía universal demanda querer, saber y poder. En otras palabras, crecer en sabiduría, conocimiento y sensibilidad en vez de creer en esto y en aquello.
Deut. 11, vs 9-10:
La tierra de Israel no es como la tierra de Egipto porque la tierra prometida comprometió a Dios y al pueblo de Israel de manera decisiva. Es tierra santa y los ojos de Dios están en ella, de día y de noche, ya sea para bendición como para maldición.
Deut. 11, vs 11:
לִמְטַ֥ר הַשָּׁמַ֖יִם תִּשְׁתֶּה־מָּֽיִם
o “…de la lluvia del cielo beberás agua…”: Esta es el agua espiritual la cual Dios, en virtud de Su Santa compasión, envía al humano recto y correcto por cauce de שכינה o “espíritu de cercanía”. Cada humano posee, al nacer, un potencial espiritual que ha de ser reconocido y trabajado para que dé sus frutos. Estos frutos consisten en la שכינה o “…cercanía…” de Dios en forma de unión espiritual con el humano de bien. Aquellos que lo experimentan saben que se trata de la presencia de Dios en sus vidas porque crea gran sed de estudio y deseo altruista de proyección y de servicio a los demás. Por ejemplo, cada humano posee un trono dentro de él en el cual nadie se ha de sentar otro que Jehová, el Santo Creador. Mientras el trono está vacío, el humano experimenta gran confusión; cuando el individuo sienta su “ego” en él, el humano produce gran destrucción propia y ajena, pero cuando Jehová Dios se sienta en él, se produce gran salvación; entonces la existencia humana adquiere una dimensión diferente la cual produce armonía y expansión de la conciencia, en estado de trascendencia espiritual.
Deut. 11, vs 12:
אֶ֕רֶץ אֲשֶׁר־יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ דֹּרֵ֣שׁ אֹתָ֑הּ תָּמִ֗יד עֵינֵ֨י יְהֹוָ֤ה אֱלֹהֶ֙יךָ֙ בָּ֔הּ
“…tierra, la cual Jehová tu Dios dirige; siempre, los ojos de Jehová tu Dios están en ella…”: La tierra santa de Israel está cuidada por Dios celosamente. Esta “tierra” también tiene un sentido figurativo, es decir, el espíritu humano, más allá de la dimensión del tiempo y del espacio. Dios se preocupa del espíritu humano y lo visita a menudo aunque la mayoría de la gente no se percate de ello porque desconoce los caminos del Dios vivo y verdadero. Por ejemplo, ¿cuantas veces alguien se nos acercó para darnos un consejo o un mensaje en un momento especial cuando algo fallaba en nuestra vida? Esa es la mano de Dios operando a través de terceros. Esto no es casualidad; es intervención divina en nuestra vida para que nos alineemos con las leyes del universo.
Deut. 11, vs 13:
וְהָיָ֗ה אִם־שָׁמֹ֤עַ תִּשְׁמְעוּ֙
o “…y será si escuchar escuchareis…”: No solamente como individuos (los diez Mandamientos están dirigidos al individuo en particular) sino como sociedad también. Aquí se enfatiza el principio
כל ישראל ערבים זה לזה o “…todo Israel está comprometido el uno con el otro…”. Este compromiso es espiritual y nacional también, el cual sirve a la humanidad y no al nacionalismo político o religioso, sectario, al servicio exclusivo del grupo de personas al que pertenece resultando insensible a la humanidad restante.
LA INDIVIDUALIDAD CREADORA EN EL ESQUEMA SOCIAL
La liberación creadora del individuo, en particular, es la que puede descubrir algo nuevo y producir una sociedad con valores mejores a los actuales, los cuales nos han traído entre muchas cosas buenas, bastante confusión y fragmentación. Para ver más claro, es preciso cuestionar bien y liberarse de las impresiones colectivas o estereotipos, que la mente colectiva, a través de los siglos, ha acumulado, en virtud de sus tradiciones. En otras palabras, descubrir lo nuevo no es moverse desde lo conocido hacia lo conocido, lo cual solo sería, en el mejor de los casos, la proyección de lo viejo revivido, o seguir, esencialmente, el mismo patrón de continuidad o reforma y no nueva creación. Es obvio que para que haya creatividad, se requiere moverse desde lo conocido hacia lo desconocido, es decir, a veces, hasta un replanteamiento exhaustivo de toda la cuestión desde su base. No me cabe duda de que liberar la mente de este conglomerado de influencias tradicionalistas es tarea ardua y difícil. De hecho, la gran mayoría se siente incapaz de ello. Sin embargo, esta actitud inteligente es precisamente la que pienso que יהוה Dios bendito espera del individuo sobresaliente, en cada generación. De hecho, eso fue lo que le pidió al patriarca Abrahán que hiciera, cuando en Ur de los Caldeos, en Mesopotamia, le dijo:
“…לך לך מארציך וממולדתיך ומבית אביך o “…Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tus padres…” (Ur de los Caldeos, para ir a la tierra de Canáan, hoy estado de Israel, incluyendo Judea, Samaria y Gaza, donde יהוה Dios te va a bendecir a ti y a tu descendencia después de ti.)
Por ejemplo, hasta el día de hoy y bajo el principio de autoridad, se nos ha educado, mayormente, de manera impositiva (autoritaria) e infantil, es decir, diciéndonos lo que teníamos que hacer, con el fin de escoger entre aceptar el status quo en el poder, lo cual se nos presenta como “lo correcto”, o rebelarnos contra el estamento y rechazar la autoridad en el poder, lo cual se nos presenta como “lo incorrecto”, en vez de habernos educado con el fin de inquirir, sin prejuicios, ni condicionamientos mayores con el fin de poder analizar, por medios propios, que es lo correcto y que es lo incorrecto. Pienso que el simple hecho de perseguir un resultado prefijado ya necesariamente condiciona. Por ejemplo, cuando el individuo común dice que busca la verdad, lo que en realidad busca es el resultado de algo, lo cual le produciría el placer, la satisfacción del deseo de seguridad y de permanencia, de acuerdo al condicionamiento cultural al que él pertenece; en otras palabras, garantizarse el éxito, tal y como se define en esa particular cultura. Para ello se escoge el ideal, el método y la disciplina con el fin de obrar el resultado auto-proyectado. Este lograr “lo que yo proyecto, quiero y deseo”, de acuerdo al condicionamiento cultural, no es en absoluto la búsqueda de la verdad o el estado de creatividad, los cuales se encuentran más allá de los límites de lo conocido y de las proyecciones de la mente. Mientras la mente sea esclava del condicionamiento cultural que la vio nacer, no será lo suficientemente libre ni podrá experimentar el estado de verdadera creatividad y se verá incapacitada para pensar libre y directamente, precisando siempre de un instructor o conductor que le marque el camino. Por eso es importantísimo, mediante una actitud sumamente vigilante, desarrollar auto-conocimiento y comprender el trasfondo de la propia mente y su circunstancia con el fin de estar liberándose continuamente de los movimientos condicionantes del consciente y del subconsciente. Como dijo Thomas Jefferson: “…La verdadera libertad requiere de eterna vigilancia…”. En la quietud producida por ese estado dinámico de curiosidad, cuestionamiento y vigilancia permanentes ante cualquier condicionante, se produce la autentica liberación y por ende surge el estado de creatividad que conduce al encuentro con la noble, cruda, aunque liberadora combinación amor-verdad.
Deut. 11, vs 14:
וְנָתַתִּ֧י מְטַֽר־אַרְצְכֶ֛ם בְּעִתּ֖וֹ
o “…y daré la lluvia en vuestra tierra en su tiempo…”: La lluvia simboliza lo material y lo espiritual porque, en virtud de la lluvia los alimentos crecen y la lluvia simboliza la intervención divina a favor del espíritu humano. Si nos unimos al propósito divino, Dios proveerá directamente para que alcancemos el triunfo en todo cuanto hagamos, ya sea en la dimensión material como en la espiritual.
Deut. 11, vs 15:
וְנָתַתִּ֛י עֵ֥שֶׂב בְּשָׂדְךָ֖ לִבְהֶמְתֶּ֑ךָ וְאָכַלְתָּ֖ וְשָׂבָֽעְתָּ
o “…y daré hierba en tu campo a tus animales y comerás y te hartarás…”: Dios se preocupará de que nada te falte.
Deut. 11, vs 16:
הִשָּֽׁמְר֣וּ לָכֶ֔ם פֶּ֥ן יִפְתֶּ֖ה לְבַבְכֶ֑ם וְסַרְתֶּ֗ם
o “…guardaos bien no sea que se infatúe vuestro corazón y os apartéis…”: No hay que dejarse decepcionar por ciertos eventos contrarios que suceden en la vida y decir: “…no existe Dios…” porque un evento determinado y aislado no refleja la realidad global. Los reveses ocurren porque tenemos que aprender lo nuevo, lo que no sabemos en aras de un crecimiento espiritual. Hay que tener en cuenta que Dios nos castiga como castiga el padre al hijo que ama y porque lo ama lo castiga, para que se corrija. De hecho, si Dios se mostrara indiferente con nosotros, entonces no nos castigaría y nos dejaría a la deriva ignorándonos, como está escrito: אל תעש עמנו קלה. Dios se preocupa por el éxito en nuestra vida ya que nos dio todo lo preciso y necesario para que pudiésemos concebirlo y emularlo, en virtud del esfuerzo y estudio constantes. En definitiva, hay que decir no a la decepción, no a la depresión y no al negativismo porque todo tiene su lado bueno y de los reveses, es de donde más se aprende.
IDEALISMO PRÁCTICO VERSUS IDEALISMO ROMÁNTICO
El idealismo romántico ha hecho estragos en la humanidad porque ha obstaculizado la visión de la realidad merced a la proyección del deseo o de la fantasía individual o de grupo. Personajes carismáticos han galvanizado y castigado severa y duramente a sus respectivos pueblos haciéndoles partícipes del romanticismo colectivo. Incluso la concepción mesiánica es puro romanticismo porque está hecha a la medida del consumidor, no para descubrir la verdad precisamente; por ejemplo, ¿A quién no le agrada oír que dios sacrificó a “su hijo unigénito”, como declaran los Evangelios, o a alguien otro con poderes especiales, como declara el judaísmo rabínico tradicional, para que exima al humano de lo se resiste y hasta se niega hacer, lo cual es crecer en el espíritu? Esto equivale a recibir los beneficios por una labor que no se realizó, lo cual es injusto y pocas posibilidades hay de que esto ocurra si יהוה Dios es justo y verdadero. La liberación tiene que venir de dentro hacia fuera, es decir, por deseos de comunión con Dios y no de fuera hacia adentro, es decir, que Dios me resuelva mi problema.
¿Qué diremos de aquellos que forjaron la revolución Francesa y al eslogan de “…Liberté, égalité et fraternité…” crearon un caos peor que el existente bajo Louis XVI, hasta el punto de que tuvo que ser Napoleón el que pusiera un orden dictatorial en la sociedad francesa de nuevo, y se auto-coronara Emperador, convirtiéndose, en muchos aspectos, en un dictador mayor que fuera el rey mismo. ¿Qué diremos de Hitler, el cual, con espíritu mesiánico-seglar, en nombre de “Deutschland” prometió románticamente, “…Un imperio que duraría 1000 años…” y lo que consiguió fue la destrucción más generalizada que afectó a Alemania en toda su historia? ¿Qué diremos de Musolini, el cual al grito de “salve patria inmortali” enarboló románticamente la bandera de la Roma imperial de Hierro de nuevo, llevando a Italia al caos político y social? ¿Qué diremos de Juan Domingo Perón, el cual prometió románticamente un nuevo orden con mayor justicia para el vulgo, arruinando al país al dejar las arcas argentinas vacías? ¿Qué diremos de Fidel Castro, el cual, prometió románticamente “Salvar a Cuba de la tiranía de gobiernos corruptos y vendidos al coloso Yanqui”, sin tener el más mínimo reparo en entregarse mansamente en las manos de la Unión Soviética y privar de la libertad más elemental a su propio pueblo por más de 45 años? ¿Qué diremos del Coronel Gamal Abdel Nasser, el cual, con su “Pan-Arabismo” pretendía románticamente unificar a la nación Árabe, desde África del norte hasta la China, empezando por destruir a Israel, cuando lo único que consiguió fue dividir a Egipto aún más y dejarlo embargado económicamente merced al tremendo esfuerzo militar baldío que realizó en detrimento del bienestar social del país? Qué diremos del Ayatollah Ruhollah Homeini, el cual revivificó románticamente el concepto partidista Shiita, (Shiat Ali, de tradición proveniente de la descendencia de Mohammed, en su hija Fátima, esposa de Alí), en el Islam fundamentalista, con el fin de unificar a todas las naciones islámicas del mundo, bajo el panteísmo místico, declarando la guerra no sólo a los gentiles infieles sino también a los regímenes Islámicos modernos “corruptos”, según él, (sunitas, de tradición directa de Mohammed), sacrificando en el empeño a un millón de Iraníes, en su guerra contra Irak, y despilfarrando todas las riquezas que el emperador o Shah, Mohammed Rezza Pahlavi, acumuló merced al desarrollo moderno, gran sacrificio y a la separación entre religión y estado en el recalcitrante Islam? ¿Qué diremos de Menahem Begin, campeón del Sionismo romántico mientras estaba en la oposición, el cual se vendió por dinero, reconociendo por escrito en Camp David, los derechos legítimos de los palestinos a la tierra santa que יהוה Dios prometiera a nuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob? ¿Qué diremos del dirigente del Irgun Tzvai Leumi, Yitzhak Shamir, el cual promovió la conferencia de Madrid con la intención de entregar gran parte de Judea, Samaria y Gaza a cambio de dinero de USA? ¿Qué diremos de Binyamin Netanyahu, eminente historiador y erudito del Judaísmo, graduado nada menos que en el Massachuset Institute of Technology, cuando como sus predecesores del Likud, Shamir y Begin, le dio la estocada a la aspiración de reunificación territorial sionista, ratificando en la conferencia tripartita de Wye River, el tratado de Oslo, junto a Hill Clinton y Yassir Arafat? Finalmente, ¿Qué diremos de la falsedad de ideales como el fascismo, el comunismo, el socialismo, etc.?
Es preciso entender que sólo la verdad libera y esta, no tiene nada de romántica; todo lo contrario, en la verdad hay crudeza, simpleza, humildad, amor, dignidad y llamada al sacrificio. El idealismo práctico es aquel que orienta al ideal subjetivo sin perder de vista nunca a la verdad objetiva, dentro del esquema de la condición humana, la cual tiende, por razón del pecado original a ser egoísta, demagoga, traicionera y embustera. Por eso, yo no aspiro más que a la autoridad de יהוה Dios. El gobierno del humano se queda siempre corto y a la larga es más perjudicial que beneficioso. Yo, como individuo, rechazo cualquier creencia religiosa de grupo porque creo ser consciente del potencial que יהוה Dios bendito puso cualquier individuo y en mí, en el seno de כלל ישראל o “congregación de Israel”, cuando nos hizo a su imagen y semejanza. Soy consciente de las metas concretas que yo pudiera objetivamente, no románticamente, alcanzar aceptando mi responsabilidad individual y social por mis pensamientos y acciones.
Deut. 11, vs 16:
וַעֲבַדְתֶּם֙ אֱלֹהִ֣ים אֲחֵרִ֔ים וְהִשְׁתַּחֲוִיתֶ֖ם לָהֶֽם
“…y sirváis a dioses ajenos y os inclinéis a ellos…”: Y sirváis a prioridades incorrectas. El término dios también significa prioridad. Dios desea que nuestras prioridades coincidan con la verdad universal y no sirvan a necesidades falsas que la sociedad de consumo haya creado artificialmente. Por ejemplo, el amor, la virtud, la verdad, la dignidad, la justicia, etc., son prioridades naturales y universales. El éxito en nuestra vida será la consecuencia directa de las virtudes que hayamos decidido incorporar, en el orden jerárquico adecuado.
Deut. 11, vs 17:
וְחָרָ֨ה אַף־יְהֹוָ֜ה בָּכֶ֗ם וְעָצַ֤ר אֶת־הַשָּׁמַ֙יִם֙
o “…y se encienda el furor de Jehová sobre ustedes y cierre los cielos…”: La rebeldía en contra de Dios hace que el humano se aleje de Él y pierda el oriente de referencia divina. Consecuentemente, la voluntad del humano no va a hermanarse con la voluntad divina reflejada en el universo y va a navegar en contra de la corriente topándose con el conflicto casi permanentemente. En realidad no se trata de que Dios castigue o no, sino del humano que se aleja de la realidad universal y se mete por caminos que no conducen a nada bueno para él, sufriendo las consecuencias de su propia enajenación de Dios. Dios es oriente y sus caminos son caminos de salvación y de bendición.
DEPRESIÓN E INSPIRACIÓN, PASADO Y FUTURO
Espiritualmente hablando, el humano se encuentra, en cualquier momento de su vida, en una determinada posición o nivel espiritual. Su status natural tiende a encasillarse y lo que es aún peor, a retroceder, porque al no progresar el mundo evoluciona y él no. Este estancamiento produce depresión o caída, es decir, una mente a la defensiva, la cual perdió parte de su vital agresividad y sentido de la supervivencia en este mundo, parte animal y peligroso donde, o te renuevas o te mueres porque, desafortunadamente, todavía el depredador se nutre de su victima (vivimos aún bajo sistemas de autoridad y de poder y no de derecho). De ahí la importancia que tiene el buscar belleza e inspiración, las cuales renuevan el espíritu y lo refrescan, dándole la porción de alegría y de energía necesarias para que pueda transformarse y sobrevivir en un medio ambiente necesariamente cambiante y en ocasiones hasta hostil.
Que duda cabe que la inspiración motiva y la agresividad es tendente a ser creativa. Cuidado, que no se trata de ser optimista o pesimista, sino objetivo; me explico: El optimismo y el pesimismo apelan a que el individuo artificialmente se motive o se deprima merced al concurso del pensamiento dirigido. Sin embargo, la cuestión no es actuar sobre el estado de ánimo, sino abrir los ojos ante la realidad presente y entender lo que está sucediendo, en función de la verdad y no en base a la fantasía, percepción o mentira conveniente manufacturada y proyectada por uno mismo. El optimismo y el pesimismo capitalizan sobre la emoción, mientras que el realismo es objetivo porque recurre a la razón. Es obvio que la verdad libera y la percepción ilusoria, paradójicamente, crea adicción. El optimista y el pesimista viven muy cerca o enfrascados con la emoción sin realizar que no hay más traicionera que ella: “…Engañoso es el corazón, ¿Quién lo conocerá?…”, está escrito en profetas. La emoción obstaculiza y tiende a subjetivar las percepciones, lo cual enturbia la razón. Por eso, el corazón hay que dejarlo lo más tranquilo posible para que la mente pueda operar en condiciones optimas. Ojo, que no se trata de contener artificialmente las emociones y convertirse en un pragmático o en un cínico. De lo que se trata es de entender que la emoción tiene su momento y su lugar y que no se puede estar jugando con ella en todo momento porque compromete la estabilidad y la felicidad total del ser. Hay que ser prudente, consecuente y muy responsable con su manejo.
Que duda cabe que lo nuevo inspira y que el pasado es rutina y aburre. Los que hoy buscan en los rituales o en las tradiciones la respuesta adecuada para una existencia más feliz, se equivocan porque aguas pasadas no mueven molinos, lo cual quiere decir que el pasado conduce inexorablemente al conservadurismo y a la reacción. Sin embargo, los que se inspiran con la verdad, ponen al pasado en su justa perspectiva y enfocan el presente y el futuro con ánimo creativo, crítico y renovador. Por eso la religión organizada, como sistema tradicionalista y reaccionario, fundamentado esencialmente en la tradición del pasado, está destinada a hacer conformar al espíritu primero y a hacerlo fenecer después, lentamente, como una velita, por falta de frescura, sentido de renovación y de crecimiento real. No puede sobrevivir a las exigencias de los tiempos modernos, los cuales reclaman actitudes nuevas y formulas más eficientes (renovarse o morir). Hay que entender que todo el tiempo que se pierde en rituales y en quimeras mesiánicas, es oportunidad de presente malgastada. Por eso, es preciso en algunos aspectos, “enterrar el pasado y, hasta cierto punto, olvidarse de él” para poder seguir viviendo con la agresividad necesaria. El pasado debe de entenderse por lo que vale y representa, en su relación con el presente y con el futuro, no para permanecer románticamente en él sustituyendo al presente.
Deut. 11, vs 18:
וּקְשַׁרְתֶּ֨ם אֹתָ֤ם לְאוֹת֙ עַל־יֶדְכֶ֔ם וְהָי֥וּ לְטוֹטָפֹ֖ת בֵּ֥ין עֵינֵיכֶֽם
“…y los ataréis por señal en vuestras manos y serán por frontales entre vuestros ojos…”: No se trata de הנחת תפּלין o de ponerse en el brazo izquierdo y en la frente las filacterias que los rabinos manufacturaron proyectándose en la dimensión material solamente. De lo que se trata es de entender la importancia que tiene el pensamiento y la acción porque el mundo es el resultado de la psique y acción humanas. No hay que perderse en el simbolismo ritualista como preconiza el estamento rabínico fariseo. Dios es espíritu y esencia y se dirige al espíritu y esencia humanos para que produzcan la excelencia necesaria con el fin de contribuir a arreglar el mundo. En este sentido diré que si bien uno, individualmente, no tiene el poder de arreglar al mundo, sí tiene el poder de cambiar él para servir de inspiración a los demás. Es preciso tener bien claro que el símbolo no es la esencia que representa y lo importante no es la forma o la representación simbólica sino la trascendencia en la esencia espiritual de la conciencia.
Deut. 11, vs 19:
וְלִמַּדְתֶּ֥ם אֹתָ֛ם אֶת־בְּנֵיכֶ֖ם
o “…y los enseñaréis a vuestros hijos…”: La educación espiritual de los hijos es responsabilidad exclusiva de los padres, no de los centros docentes que la sociedad organizada pone a nuestra disposición. El padre en particular tiene que aprender lo suficiente como para poder transmitir a sus hijos las enseñanzas de Dios y de la naturaleza. Tampoco es responsabilidad del rabino porque además de impartir la enseñanza o instrucción necesaria, es imprescindible el amor y sólo el padre puede amar al hijo aunque este resulte bastante rebelde y renuente, durante el proceso de aprendizaje.
EL GRUPO RELIGIOSO Y LA AUTORIDAD TURNO
¿Por qué la mayoría de los humanos, cuando buscan la verdad única y universal de יהוה Dios, necesitan de un grupo religioso al que pertenecer? ¿No es el grupo división y separación de todos los demás que no son del mismo grupo? ¿Si el universo es un orden global unitario, por qué perseguir división? Parece como si la débil identidad del individuo que busca al grupo, no se pudiera sostener internamente ella sola a sí misma y precisara de la aprobación de un grupo para obtener el apoyo psicológico externo que la sostuviera artificialmente, es decir desde afuera. También pudiera ser que, debido a la mediocridad en la que se desenvuelve, a diario, el humano común, este estuviera buscando una identidad “prestada” porque no se ocupó seriamente en desarrollar una identidad propia bien lograda, es decir, no se conoce bien a sí mismo y por ende desconoce al universo que le rodea. ¿Por qué los individuos sobresalientes no buscan un grupo con el que conformar?
No cabe duda de que las leyes que rigen al grupo llevan al individuo a comprometer ciertos valores personales en beneficio de los valores aceptados por el grupo, es decir, una parte de su forma de pensar debe, necesariamente, ser sacrificada por el bien del grupo. Quizás por ello, un humano de formación mediocre, el cual no tiene verdaderos valores personales, busca la seguridad (falsa) y desea vivir dentro del grupo, mientras que uno que busca la verdad mediante el desarrollo y la excelencia en el carácter, no está dispuesto a comprometer sus valores personales, porque entiende que su compromiso es con la verdad y no con un grupo en particular. Este entiende que para continuar creciendo, en vez de perseguir una falsa seguridad que lo mantenga emocionalmente seducido desde el exterior, debe necesariamente de enfrentarse a la realidad de su propia soledad e inseguridad psicológica interna, comprenderla y crecer para un día liberarse al trascender tiempo y espacio, en virtud de contemplar la eternidad en sus pensamientos y acciones.
En cuanto al grupo en cuestión, es obvio que este precisa de una autoridad que la gobierne. Yo pregunto: ¿Pudiera la verdad organizarse con un presidente, secretario, o con altos sacerdotes e interpretes? Pienso que los llamados sacerdotes o están o les conviene estar tan ciegos como sus seguidores para conservar sus privilegios sociales. Ellos en su fuero inteligente interno, saben que son seres humanos como cualquier otro cuando se les pide que velen por el bienestar espiritual del grupo. Por eso, el sacerdote o rabino, desde su posición de debilidad real, tendrá que comunicar a sus seguidores lo que es correcto y lo que no lo es. Esta autoridad artificial e imperfecta constituida, obtendrá una posición privilegiada y deberá enfrentarse al conflicto entre sus intereses personales y los intereses del grupo que capitanea. No es secreto para nadie el hecho de que muchos líderes han abusado de sus seguidores, persiguiendo sus intereses personales por encima de los intereses del grupo; sin embargo, y por paradójico que parezca, la persona mediocre aguantará todos los caprichos del rabino de turno porque necesita de una autoridad que le gobierne debido a que él no se sabe gobernar espiritualmente. La autoridad eclesiástica le va a decir lo que él tiene y no tiene que hacer, convirtiéndose él en un “seguidor” de otro ser humano como él, en vez de independizarse y crecer en el conocimiento verdadero buscando su propia iluminación, en el Dios que lleva dentro, por estar hecho, como todos los humanos, a imagen y semejanza del Creador.
Pienso que salta a la vista el hecho de que la autoridad se hace menos necesaria cuando uno se sabe gobernar. Además, aunque existan algunos paralelos entre la vida de un ser humano y otro, mi circunstancia es única en el universo, en el sentido de que jamás existió ni existirá otro idénticamente como yo. Entonces, ¿Dónde está la sabiduría en delegar nuestra personal e intransferible responsabilidad espiritual y circunstancia al rabino de turno? No será que los que buscan la autoridad, no están verdaderamente interesados en involucrarse espiritualmente ellos y por temor psicológico se apoyan en gente más segura y más viva que ellos? ¿Se estarán refugiando en los demás quizás por conveniencia y comodidad? Las organizaciones religiosas no liberan la mente, solo la hacen conformar con cierto determinado credo, creencia y ritual de grupo “garantizando” hipócrita y mercantilmente la salvación, que ellos no poseen, a los demás.
Con referencia al ritual de grupo diré que este no produce amor ni comprensión porque para alcanzar iluminación, uno tiene que seguir a la luz de יהוה Dios que lleva dentro de sí mismo. El seguir la luz del grupo conduce a la oscuridad y a sus limitaciones mundanas. Yo entiendo que la Biblia nos habla de autoridad escogida por יהוה Dios, pero eso era cuando יהוה Dios moraba en Israel o en Yehudah, en el tiempo del Tabernáculo de Reunión y del Templo de Jerusalén. Sin embargo, a raíz de la destrucción del Templo, cesó la autoridad divina de ejercer una función directa y manifiesta sobre Judah. Desde entonces los rabinos, arbitrariamente, ocuparon y aún ocupan, un puesto privilegiado para el cual no fueron ni comisionados, ni autorizados por יהוה Dios para dirigir al pueblo judío de la diáspora. A primera vista pudiera parecer que el trabajo de los rabinos es bueno porque sirve para unir a la comunidad judía en la diáspora, pero eso no es realmente así. La institución rabínica lo que crea es dependencia de sus mundanas הלכות o tradiciones y rituales que יהוה Dios no ordenó. En cambio, el individuo responsable que se independiza del grupo, crece en la Torah y descubre la verdad universal. Entonces, liberado, entenderá el por qué de las cosas y las ataduras y limitaciones propias de su cultura, circunstancia y condición. A la pregunta ¿Y cómo crear una conciencia de pueblo si cada cual desarrolla sus propias normas? Diré lo siguiente:
A guisa de analogía, tomemos el concepto de libertad que existe en los Estados Unidos de América. Es fácil observar como la diversidad étnica en USA es sin duda la mayor del mundo. Cada cual parece pensar diferente y ser diferente, lo cual pudiera llevar a pensar que esto desembocaría en un caos más que en un orden unitario, sin embargo, en una sociedad de derecho, todos estamos unidos, porque todos tenemos un concepto educado o evolucionado de lo que la libertad, la libre empresa y la justicia deberían ser. Por eso pienso que, de no existir lideres religiosos, existirían individuos que por su amor a יהוה Dios bendito, al estudio regular de la Torah, al ejercicio de la justicia, del amor y de la verdad, etc., resultarían necesariamente hermanados en sus conclusiones y convicciones básicas, aunque aún existieran divergencias de opinión, en virtud de la diversidad natural del humano, lo cual seguiría enriqueciendo la relación social en el futuro.
Por eso, la auténtica unión no se encuentra necesariamente alrededor de un rabino en una determinada “gueto-congregación”, siguiendo al pie de la letra un ritual rabínico fariseo, sino cuando existe una agenda de valores comunes con ideales y objetivos afines. Por ejemplo, pudiera existir incluso desunión entre padre e hijo porque, aunque vivieran juntos, sus ideales pudieran estar bien distantes. El humano, en definitiva, no puede crear ni organizar a la verdad. Esta une a todos porque fue concebida por יהוה Dios bendito. Los humanos libres, independientes y responsables lo que hacemos es descubrirla. La unión en la dependencia de una autoridad humana cualquiera, es desunión. Sin embargo, la unión conceptual en la libertad, en el amor y en la verdad sí es unión verdadera.
Deut. 11, vs 19:
לְדַבֵּ֣ר בָּ֑ם בְּשִׁבְתְּךָ֤ בְּבֵיתֶ֙ךָ֙ וּבְלֶכְתְּךָ֣ בַדֶּ֔רֶךְ וּֽבְשׇׁכְבְּךָ֖ וּבְקוּמֶֽךָ
o “..hablando de ellos, en tu sentar, en tu casa y en tu andar por el camino, al irte a dormir y al levantarte…”: La comunión con Dios es en la conciencia, es decir, trascendiendo tiempo y lugar porque opera en el espíritu en la dimensión de la eternidad. La instrucción a los hijos ha de transmitir este mensaje de comunión permanente con Dios. Luego, las experiencias de la vida irán creando oportunidades que el padre inteligente ira elaborando para que sus hijos lo asimilen prácticamente mejor.
Deut. 11, vs 20:
וּכְתַבְתָּ֛ם עַל־מְזוּז֥וֹת בֵּיתֶ֖ךָ וּבִשְׁעָרֶֽיךָ
o “…y las escribirás sobre los postes de tu casa y de tu ciudad…”: La función que realiza estas escrituras sirve a dos propósitos: El primero, para que todos los miembros de la familia, al verlas, se acuerden al entrar y al salir de la presencia de Dios en sus espíritus. El segundo, para que cualquier persona que se acerque a nuestra casa lo lea y pregunte por su significado. En este sentido, la מזוזה o amuleto rabínico Fariseo que se pone en la puerta tiene características idolatras porque no se puede leer lo que tiene adentro, es decir, el mensaje divino y los judíos la besan a guisa de amuleto. En esto, los rabinos erraron grandemente porque se presta a la idolatría y a la superstición. La verdadera מזוזה tiene que ser un texto explicito y legible para que la gente lo lea y lo entienda, evitando el que se considere como un amuleto con poderes de protección sobrenatural basado en pura superstición. Nada material tiene poder porque es tan sólo un simbolismo que nos remite a la esencia espiritual. El poder reside en la conciencia espiritual del humano, no en la materia desprovista de identidad consciente y personal.
Deut. 11, vs 21:
כִּימֵ֥י הַשָּׁמַ֖יִם עַל־הָאָֽרֶץ
o “…como los días de los cielos sobre la tierra…”: Mientras exista el universo.
Deut. 11, vs 22:
לָלֶ֥כֶת בְּכׇל־דְּרָכָ֖יו וּלְדׇבְקָה־בֽוֹ
o “…para caminar por todos sus caminos y para adherirse a Él…”: El comportamiento de Dios está condicionado a la actitud del pueblo de Israel, vis a vis Dios, y vis a vis la humanidad. El judío debe de adherirse a Dios y observar sus mandamientos con celo y con amor, no con deseo de recompensa para salvación eterna. El que ama de verdad, no busca recompensa sino que ama no sólo al prójimo sino a toda la creación, incluidos animales, cosas, etc… Es decir, desarrolla la actitud de amar.
Deut. 11, vs 23:
וְהוֹרִ֧ישׁ יְהֹוָ֛ה אֶת־כׇּל־הַגּוֹיִ֥ם הָאֵ֖לֶּה מִלִּפְנֵיכֶ֑ם וִֽירִשְׁתֶּ֣ם גּוֹיִ֔ם גְּדֹלִ֥ים וַעֲצֻמִ֖ים מִכֶּֽם
o “…y desheredará Jehová a todas las naciones esas de delante de ustedes y heredaréis naciones grandes y mas poderosas que ustedes…”: Servir a Dios conlleva su bendición, sin necesidad de que el humano aplique por ella. Es de naturaleza automática, en un universo ya programado por Dios, para que juzgue los pensamientos y las acciones del humano sancionándolas positiva o negativamente.
Deut. 11, vs 24:
כׇּל־הַמָּק֗וֹם אֲשֶׁ֨ר תִּדְרֹ֧ךְ כַּֽף־רַגְלְכֶ֛ם בּ֖וֹ לָכֶ֣ם יִהְיֶ֑ה מִן־הַמִּדְבָּ֨ר וְהַלְּבָנ֜וֹן מִן־הַנָּהָ֣ר נְהַר־פְּרָ֗ת וְעַד֙ הַיָּ֣ם הָאַֽחֲר֔וֹן יִהְיֶ֖ה גְּבֻלְכֶֽם
“…todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, para ustedes será, desde el desierto del Líbano hasta el río, el río Éufrates y hasta el mar grande será vuestra frontera…”: Los linderos de la tierra prometida son hasta el Jordán, no hasta el Éufrates. Sin embargo, aquí parece indicar que es hasta el río Éufrates, cosa contradictoria ya que Moisés estuvo en la ribera del río Jordán y no se le permitió cruzar este río para entrar en la tierra santa. Es posible que si Israel sirviera a Dios como es debido, Dios estaría dispuesto a ensanchar su territorio hasta el río Eúfrates, aunque no en virtud de conquista alguna que no fuera la puramente espiritual y para beneficio de la humanidad.
Deut. 11, vs 25:
פַּחְדְּכֶ֨ם וּמוֹרַֽאֲכֶ֜ם יִתֵּ֣ן ׀ יְהֹוָ֣ה אֱלֹֽהֵיכֶ֗ם עַל־פְּנֵ֤י כׇל־הָאָ֙רֶץ֙
o “…vuestro temor y vuestro miedo pondrá Jehová vuestro Dios sobre la faz de la tierra…”: Dios hará que las naciones de la tierra teman a los judíos porque contra Dios no se puede luchar y vencer, como sucedió con el Faraón, con el rey Balak Ben Tzipor y con tantos otros. De hecho, todos temen al poder judío y por eso muchos le odian; el sentimiento antisemita, bien interpretado, pudiera ser prueba de ello.