Gen. 47, vs 29:
יְמֵֽי־יַעֲקֹב֙ שְׁנֵ֣י חַיָּ֔יו שֶׁ֣בַע שָׁנִ֔ים וְאַרְבָּעִ֥ים וּמְאַ֖ת שָׁנָֽה
o “…los días de Jacob, años de su vida, ciento cuarenta y siete años…”: Jacob fue el patriarca de menor longevidad y además el de mayor tribulación. Su existencia fue marcada por el conflicto casi permanente. Su espíritu tuvo poco reposo. Desde el Israel antiguo hasta los judíos modernos, su descendencia habría de sufrir otro tanto, a través de su rebelde historia. Los judíos estamos entre dos fuegos: Dios por un lado y los gentiles por el otro. La única salida viable es la de cumplir con el rol para el cual fuimos creados, es decir, ministrar de manera espiritualmente aceptable para ambos. Convertirnos de un reino de “comerciantes” en un reino de “sacerdotes”.
Gen. 47, vs 29:
וַיִּקְרְב֣וּ יְמֵֽי־יִשְׂרָאֵל֮ לָמוּת֒
o “…y se acercaron los días de Israel (Jacob) para morir…”: La vida luce ser un proceso de continuo desgaste hasta que el humano pierde la habilidad de poder seguir sobreviviendo. Pareciera como si la muerte fuese un proceso degenerativo de las células humanas. Por eso, muchos consideran que se muere, de instante en instante, al sustituirse unas células por otras menos sanas. De hecho, cada siete años, cualquier humano ha prácticamente mutado todo su organismo celular.
Gen. 47, vs 29:
שִֽׂים־נָ֥א יָדְךָ֖ תַּ֣חַת יְרֵכִ֑י
o “…pon, por favor, tu mano debajo de mis testículos…”: En ese tiempo se hacía juramentar poniendo la mano debajo de los testículos porque era el lugar del pacto de la circuncisión entre Dios y Abrahán. De hecho, al hacer juramentar, se estaba haciendo un pacto entre la persona que lo solicitaba y el que juraba aceptando el compromiso voluntariamente. Esto generalmente se hacía cuando la situación se hallaba en el futuro y el individuo que lo solicitaba pudiera no estar vivo para testificar de su cumplimiento.
Gen. 47, vs 29:
אַל־נָ֥א תִקְבְּרֵ֖נִי בְּמִצְרָֽיִם
o “…no, por favor, me entierres en Egipto…”: Jacob quería ser enterrado en la tierra prometida por Dios a Abrahán, específicamente, en la cueva de Makpela donde Abrahán e Isaac, junto con Sarah y Rebeca, estaban enterrados ya. ושכבתי עם אבתי o “…y dormiré con mis padres…”. Jacob quería volver en espíritu y cuerpo a la tierra prometida de Canaán.
LA MUERTE
Si mi afecto, mi trabajada virtud y mi saber van a morir y lo bueno que hice va a quedar en el olvido, entonces, ¿Cuál es el sentido del vivir? ¿Verdad que la muerte parece algo ajeno, lo cual no encaja dentro del esquema de la vida? Luce ilógico y trágico. Por eso, los que tuvimos el privilegio de llegar a viejos, vemos como el cuerpo se deteriora y nuestra fuerza física vital decae. Esta ley, afecta a todo ser sin excepción, dentro del ámbito de nuestro universo físico, donde el ciclo de vida empieza, se desarrolla e inexorablemente termina. Entonces, ¿Cuál es la finalidad de empezar si su fin es terminar? ¿Cuán fútil y miserable parece el regalo de la vida cuando uno realiza que su existencia sólo va a representar una fracción infinitesimal, casi imperceptible, en la dimensión de la eternidad? ¿Es este, un regalo generoso viniendo del יהוה Dios piadoso, compasivo, tarde para la ira, grande en misericordia y verdadero? Para ilustrar este drama humano, permítame que use, por analogía, una anécdota atribuida al famoso estadista e inventor americano Benjamín Franklin, la cual reza, más o menos, así:
“…Alegre deambulaba un muchacho cuando lo llamé para ofrecerle una manzana bien hermosa. El niño la tomó de mi mano y me agradeció cortésmente por ello. Cuando ya se iba, lo requerí de nuevo para ofrecerle muchas más. El muchacho se alegró efusivamente y se apresuró a apoderarse de todas las que le di. En su afán de acapararlas todas, inadvertidamente, una de las más grandes y hermosas, cayó al suelo y se reventó. El niño se puso a llorar por ello…”. El prolijo inventor y estadista, con éste relato, quiso poner de relieve la condición humana, la cual no desea perder lo que ya tiene.
Ahora bien, conociendo esta condición humana, yo pregunto, ¿Por qué יהוה Dios bendito nos otorgó la vida, si luego nos la iba a quitar? ¿No sería más justo, para el humano, el no haber nacido del todo y así no tener conciencia de su decadencia y mortalidad? Si de verdad יהוה Dios bendito nos quiso hacer un regalo digno, ¿Por qué nos lo quitó después? ¿Dónde están la infinita divina benevolencia y la generosidad del divino Padre celestial?
Mi querido lector, yo no creo que יהוה Dios bendito sea, ni en lo más mínimo, cruel o insensible a la perspectiva humana que Él mismo creó y formó. Estoy convencido de que cuando יהוה Dios nos dio la vida, Él contempló la posibilidad de eternidad o de “no muerte” para nosotros porque, por encima de todo, Dios ama. De hecho, la misma Biblia lo confirma cuando reconoce que el humano sólo moriría cuando probase del árbol de la ciencia del bien y del mal. Por eso, del Padre Celestial, no puede venir injusticia o maldad de ninguna clase, como reza en Ezequiel 18, vs, 32:
“..כִּ֣י לֹ֤א אֶחְפֹּץ֙ בְּמ֣וֹת הַמֵּ֔ת נְאֻ֖ם אֲדֹנָ֣י יֱהֹוִ֑ה וְהָשִׁ֖יבוּ וִֽחְיֽוּ
o “…Porque no quiero la muerte del que muere, dice יהוה Dios, el Señor, convertios y viviréis..”. La muerte que nosotros conocemos en esta tierra, para la persona justa y buena que agrade a יהוה Dios, no puede ser final porque iría en contra de la misma esencia bondadosa del Creador del cielo y de la tierra, bendito Él y bendito Su Santo Nombre. De hecho, en Proverbios está escrito: “.. Para el justo, mejor es el día de su muerte que el día de su nacimiento, porque cuando nació, aun no se sabía como resultaría ser. Sin embargo, al morir siendo justo, ya se definió ante יהוה Dios y la humanidad, quizás para la eternidad.
El concepto de la muerte, según reza en Génesis, fue traído por el pecado de desobediencia del humano. Recordemos que a Adán le era entonces permitido comer de todos los árboles que existían en el jardín del Edén, incluido del árbol de la vida (eternidad condicional), a excepción del árbol del conocimiento del bien y del mal. Por eso cuando el humano, desobedeció el consejo divino y probó del árbol prohibido, יהוה Dios dijo: “…He aquí el humano es como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; no sea que ahora, en esa condición de rebeldía y deseos de independencia, alargue su mano y coma también del árbol de la vida y viva para siempre. Y lo expulsó del jardín del Edén y puso a Querubines para que con sus espadas encendidas, las cuales se revolvían en todas las direcciones
לשמור דרך עץ היים
impidieran el acceso del humano al árbol de la vida eterna..”.
Después de la expulsión del jardín del Edén, empezó la odisea humana sobre la tierra, es decir, יהוה Dios instauró el sufrimiento, el trabajo, los sinsabores, la infelicidad, y la muerte. Piense el lector, que de ninguna manera se pudiera decir que, lo que el mundo es hoy, es lo que era en el jardín del Edén, donde יהוה Dios bendito se preocupaba por casi todo y el humano ni sufría ni moría. Sin embargo, el castigo o la muerte, pudiera parecer desproporcionado, ya que comer del árbol prohibido no parecería un pecado tan grande, aunque en mi opinión sí que lo es. Me explico: Pensemos que la única limitación que el humano tenía en el jardín del Edén, obedecía al hecho de que él no era perfecto como Dios; por lo tanto, tenía que aprender a vivir con una limitación. Por eso, la serpiente le dijo a Eva que el día que comieran del árbol de la ciencia del bien y del mal, serían como יהוה Dios, es decir, no precisarían de nadie porque no tendría limitación alguna. Por consiguiente, יהוה Dios bendito no podía tolerar tal insolencia o rebeldía al ser equiparado el Creador con el creado.
Por otro lado, pienso que si existiese sabiduría, obediencia, temor y amor por יהוה Dios y por su obra universal, en este mundo en el cual vivimos, el pecado original, es justo que quedase abrogado porque la rebeldía de Adán, en forma de comportamiento inadecuado, se vería superada o redimida, con lo cual, no existiría más contencioso entre יהוה Dios y el humano justo. Pienso, que la muerte y la incompatibilidad deberán de seguir existiendo sólo mientras el humano persista en el pecado de rebeldía de Adán y desee seguir “divorciado” de יהוה Dios. Por eso, creo que, tanto el fin de la muerte para el justo, como la muerte eterna para el inicuo, se pudieran gestar en esta vida sobre la tierra. El justo sabe que su muerte física no va a ser el fin de su existencia porque él vive en relativa armonía en la memoria del Creador; vivir en יהוה Dios es estar de alguna manera, vivo, ya que la muerte no existe para יהוה Dios. El inicuo, sin embargo, en virtud de su imperfección y de la falta de deseo de conectar con la perfección (Dios), pudiera llegar a la conclusión de que la vida, en su experiencia, es más una maldición que otra cosa, y hasta pudiera preferir que la muerte pusiera fin a su existencia caótica y perversa en lugar de aspirar a la vida eterna. Pensemos que la vida con Dios es armoniosa y la vida sin Él es un calvario.
Filosóficamente hablando, debemos de morir a cada instante, para lo “viejo” para vivir o experimentar lo “nuevo”. La muerte significa el ayer o el pasado reflejado en nuestra memoria. Es obvio que para que haya un comienzo debe de haber un final. “..Cantad a יהוה Dios canción nueva…” está escrito en los Salmos de David. De hecho lo que más nos atemoriza de la muerte no es la experimentación de lo desconocido sino la perdida de todo lo que hemos conocido o el contenido de nuestra memoria. Lo conocido nos aprisiona emocionalmente y nos condiciona mediante el temor a perderlo. Por eso, el ser tradicional se afana en vivir en el pasado muerto, lo cual lo insensibiliza e inhabilita para vivir el presente con la debida intensidad y alegría. Fíjense en la mayoría mediocre de aquellos que alcanzan los sesenta años, como el ánimo les decae y se van retirando más y más inhibiéndose de interactuar con el medio ambiente. Esa es la edad donde las fobias se apoderan de la mente y la someten, las cuales no son más que miedos injustificados, producto de un vivir en el ayer más que en el hoy. Por el contrario, existen ejemplos de ancianos que han seguido participando activamente de la vida hasta su último momento. Un caso específico es el de Moisés, Deut. 34 vs 7: “..לא כהתה עינו ולא נס לחה o “…sus ojos no se oscurecieron y su vitalidad no decayó..”.
Finalmente, diré que el humano mientras piense en términos de tiempo y de espacio, se sujetará y se condicionará a la muerte, y tendrá miedo de ella. Sólo aquel que haya experimentado la santidad, es decir, la dimensión eterna, más allá del tiempo y del espacio, estará en medida de superar el miedo a la muerte porque su mente habrá descubierto la otra existencia la cual reside en la eternidad.
Gen. 47, vs 29:
שִֽׂים־נָ֥א יָדְךָ֖ תַּ֣חַת יְרֵכִ֑י וְעָשִׂ֤יתָ עִמָּדִי֙ חֶ֣סֶד וֶאֱמֶ֔ת אַל־נָ֥א תִקְבְּרֵ֖נִי בְּמִצְרָֽיִם
o “…pon, por favor, tu mano debajo de mis órganos genitales y haz para conmigo compasión y verdad; no por favor me entierres en Egipto…”: Dios prometió a Abrahán y a su descendencia la tierra de Canaán y Jacob le hace jurar a José que quiere ser enterrado en ella. De hecho, Jacob será enterrado en la cueva de Makpela con su padre Isaac y su abuelo Abrahán. La tierra prometida fue calificada por Dios como ארץ מנוחתי o “…la tierra de mi descanso…”: Israel tiene que ser el instrumento redentor que traiga la santidad a la humanidad y con ello, el contencioso entre Jehová Dios y la humanidad va a terminar, produciendo una existencia armoniosa para siempre, con lo cual, posiblemente, el pecado original y la muerte se habrán superado.
Gen. 47, vs 31:
וַיֹּ֗אמֶר הִשָּֽׁבְעָה֙ לִ֔י וַיִּשָּׁבַ֖ע ל֑וֹ
o “…y dijo: Júramelo y se lo juró…”: Jacob quería tener la seguridad de que José no fuera a desatender este ruego del padre. Los patriarcas debían de estar enterrados en la tierra prometida para confirmar su pacto de adhesión espiritual a Dios.
Gen. 48, vs 1:
וַיִּקַּ֞ח אֶת־שְׁנֵ֤י בָנָיו֙ עִמּ֔וֹ אֶת־מְנַשֶּׁ֖ה וְאֶת־אֶפְרָֽיִם
o “…y tomó a sus dos hijos con él, a Efraín y a Manases…”: José tiene la obligación de enseñar a sus hijos lo que acontece dentro del pacto de Dios con Abrahán y por eso los trae con él al lecho de muerte de su padre. Su estancia y educación en Egipto es transitoria, sin embargo, el pacto con Dios es sempiterno (para siempre). Efraín y Manases han sido educados en Egipto, en palacios y poco conocen de su pueblo Israel. José, al traerlos con él, los quiere integrar a la continuidad del Israel espiritual. Es responsabilidad del padre, el educar a los hijos en el sentido de prepararlos para que continúen ellos sirviendo a Dios a través del cumplimiento del pacto de Dios con Abrahán.
Gen. 48, vs 2:
וַיִּתְחַזֵּק֙ יִשְׂרָאֵ֔ל וַיֵּ֖שֶׁב עַל־הַמִּטָּֽה
o “…y se fortaleció Israel (Jacob) y se sentó sobre la cama…”: Al oír que su hijo José venía a verlo, Jacob sacó fuerzas de su espíritu y se sentó en la cama. Jacob era un hombre que vivía en el espíritu, en el sentido de que tenía altibajos emocionales grandes. De carácter depresivo y poco dado a la felicidad, en forma de distracción, en virtud de su sentido de sacrificio por el cumplimiento del deber. Su “felicidad” pasaba a través del cumplimiento del deber.
Gen. 48, vs 3:
אֵ֥ל שַׁדַּ֛י נִרְאָֽה־אֵלַ֥י בְּל֖וּז בְּאֶ֣רֶץ כְּנָ֑עַן וַיְבָ֖רֶךְ אֹתִֽי
o “…Dios Todopoderoso se apareció a mi en Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo…”: Jacob entiende ahora que Dios estuvo con él desde el principio, a pesar de todas las dudas que tuvo al respecto, amén de las vicisitudes por las que tuvo que transitar, como la muerte de Raquel y la desaparición de José, etc. Jacob reconoce que no sólo Dios estuvo con él sino que le bendijo con relación a la mayoría de las demás personas de este mundo. Reconoce haber sido un privilegiado por haber pertenecido al pacto de Dios con Abrahán.
Gen. 48, vs 4:
אֶת־הָאָ֧רֶץ הַזֹּ֛את
o “…A esta tierra…”: Jacob está hablándole a José en Goshen, en Egipto. Cuando se refiere a esta tierra, quiere decir a la tierra de Canaán, la tierra prometida.
Gen. 48, vs 5:
שְׁנֵֽי־בָנֶ֩יךָ֩ הַנּוֹלָדִ֨ים לְךָ֜ בְּאֶ֣רֶץ מִצְרַ֗יִם….לִי־הֵ֑ם
o “…tus dos hijos que te nacieron a ti en la tierra de Egipto…míos son…:”: Jacob le recuerda a José que sus hijos son descendientes de Jacob aunque nacieron en Egipto, en el sentido de que tienen la misma responsabilidad, como sus demás hijos, en el futuro Israel santificado que servirá al Creador, en virtud de la bendición y de la maldición (Toráh). Jacob decidió incorporarlos como hijos suyos, no de José, a efectos de las 12 tribus de Israel, como veremos más adelante cuando reemplace a Leví (exentos de heredad, en virtud del sacerdocio perpetuo con Dios) y a José, el cual tendrá dos porciones de herencia en Israel en vez de una sola: Una en Efraín y la otra en Manases.
Gen. 48, vs 6:
וּמוֹלַדְתְּךָ֛ אֲשֶׁר־הוֹלַ֥דְתָּ אַחֲרֵיהֶ֖ם לְךָ֣ יִהְי֑וּ
o “…y los que te nazcan después tuyos serán…”: Jacob adoptó a Efraín y a Manases como hijos propios, a efectos de las 12 tribus de Israel. Sin embargo, los hijos que pudiera tener José luego, no tendrían ese status especial de verse incorporados en las doce tribus de Israel sino que serían descendientes sin porción extra entre las 12 tribus de Israel. La Biblia no reconoce que José hubiera tenido otros hijos.
Gen. 48, vs 6:
עַ֣ל שֵׁ֧ם אֲחֵיהֶ֛ם יִקָּרְא֖וּ בְּנַחֲלָתָֽם
o “…por el nombre de sus hermanos serán llamados en sus herencias…”: Por los nombres de Efraín y Manases serán recordados entre las tribus de Israel, no por ser descendientes de la tribu de José.
Gen. 48, vs 7:
מֵ֩תָה֩ עָלַ֨י רָחֵ֜ל
o “…murió sobre mí Raquel…”: El término sobre mí yo lo interpreto como de repente, joven y para mi desventura dejándome solo, sin lo que ella representaba para mí.
Gen. 48, vs 8:
מִי־אֵֽלֶּה
o “…Quién son estos?…”: Jacob no pudo reconocer a sus dos nietos Efraín y Manases porque estaba casi ciego. Quizás veía algo y los confundió porque vendrían supuestamente vestidos como egipcios, por estar en la corte de Faraón.
Gen. 48, vs 9:
קָֽחֶם־נָ֥א אֵלַ֖י וַאֲבָרְכֵֽם
o “…tómalos por favor de mí y bendícelos…”: José, al oír que sus hijos iban a ser de Jacob a efectos de las doce tribus de Israel, se los da para que los bendiga como tales.
Gen. 48, vs 10:
וְעֵינֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ כָּבְד֣וּ מִזֹּ֔קֶן
o “…y los ojos de Israel estaban pesados por la vejez…”: La vejez es muy dura de llevar porque poco a poco uno es testigo de su decadencia y mortalidad.
Gen. 48, vs 11:
רְאֹ֥ה פָנֶ֖יךָ לֹ֣א פִלָּ֑לְתִּי וְהִנֵּ֨ה הֶרְאָ֥ה אֹתִ֛י אֱלֹהִ֖ים גַּ֥ם אֶת־זַרְעֶֽךָ
o “…ver tu cara no aspiraba ya y he aquí que me enseñó Dios también la de tu descendencia…”: Jacob reconoce que no le era fácil reconocer los caminos de Dios y solo desde la perspectiva de su pasado que es capaz de darse cuenta que Dios estuvo con él todo el tiempo. Dios le tuvo reservado mucho más de lo que él se imaginaba. A Dios no se le puede advertir en el presente porque es demasiado complejo para el humano, el cual necesita tiempo para analizar el alcance de la intervención divina. El humano piensa en términos de ayer, hoy y mañana y Dios actúa de manera eterna, es decir, trascendiendo el tiempo.
Gen. 48, vs 12:
וַיִּשְׁתַּ֥חוּ לְאַפָּ֖יו אָֽרְצָה
o “…y se arrodilló tocando su cabeza a tierra…”: José, al oír al padre decir que no contaba con ver su cara de nuevo, se postra a tierra en señal de sumisión y agradecimiento al Creador por tanta generosidad hacia ellos. La humillación ante Dios es virtud.
Gen. 48, vs 13:
אֶת־אֶפְרַ֤יִם בִּֽימִינוֹ֙ מִשְּׂמֹ֣אל יִשְׂרָאֵ֔ל וְאֶת־מְנַשֶּׁ֥ה בִשְׂמֹאל֖וֹ מִימִ֣ין יִשְׂרָאֵ֑ל
o “…a Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y a Manases a su izquierda, a la derecha de Israel…”: José quiso poner al mayor, Manases a la derecha del padre y a Efraín, el segundo, a su izquierda.
Gen. 48, vs 14:
עַל־רֹ֤אשׁ אֶפְרַ֙יִם֙
o “…sobre la cabeza de Efraín…”: Jacob cruzó sus brazos para poner su mano derecha en la cabeza de Efraín y su mano izquierda en la cabeza de Manases, contrario al orden natural por nacimiento que esperaba José.
Gen. 48, vs 15:
וַיְבָ֥רֶךְ אֶת־יוֹסֵ֖ף
o “…y bendijo a José…”: Observemos que bendijo a José a través de sus hijos, sin poner sus manos sobre José sino sobre las cabezas de sus hijos. La razón estriba en el hecho de que ambos hijos eran el fruto del vientre de José, mientras que José era el fruto del vientre de Jacob. Esto indica que los hijos representan genéticamente los méritos de los progenitores.
Gen. 48, vs 15:
הָֽאֱלֹהִ֡ים אֲשֶׁר֩ הִתְהַלְּכ֨וּ אֲבֹתַ֤י לְפָנָיו֙
o “…El Dios en cuya presencia caminaron mis padres delante…”: El Creador del cielo y de la tierra, el Dios personal, El que se preocupa por sus criaturas, el Dios Santo y verdadero que apareció a Abrahán y a Isaac, El Dios del pacto de la circuncisión: יהוה o Jehová.
Gen. 48, vs 16:
הַמַּלְאָךְ֩ הַגֹּאֵ֨ל אֹתִ֜י מִכׇּל־רָ֗ע
o “…El ángel salvador mío de todo mal…”: La protección viene de Dios por medio del ángel que lo protegió en su entrar y en su salir. Esto pudiera ser un simbolismo y no habría que tomárselo literalmente, en el sentido de que Dios se preocupa por la persona y no que existen ángeles al lado del individuo caminando con él, es decir, entrando y saliendo con el humano físicamente ya que los ángeles, de existir, operarían en el ámbito espiritual y no en el material.
Gen. 48, vs 16:
וְיִקָּרֵ֤א בָהֶם֙ שְׁמִ֔י וְשֵׁ֥ם אֲבֹתַ֖י אַבְרָהָ֣ם וְיִצְחָ֑ק
o “…y será llamado en ellos mi nombre y el nombre de mis padres Abrahán e Isaac…”: Efraín y Manases serán también parte de las 12 tribus de Israel (en lugar de Leví y de José.)
Gen. 48, vs 16:
וְיִדְגּ֥וּ לָרֹ֖ב
o “…y como los peces se multipliquen…”: Los peces se multiplican mucho más que los animales ya que la huevas que desprenden son numerosas.
Gen. 48, vs 18:
לֹא־כֵ֣ן אָבִ֑י כִּי־זֶ֣ה הַבְּכֹ֔ר שִׂ֥ים יְמִינְךָ֖ עַל־רֹאשֽׁוֹ
o “…no así mi padre porque este es el mayor; pon tu derecha sobre su cabeza…”: José intenta corregir al padre ya que presume que el hijo primogénito y no el menor es el merecedor de la bendición.
Gen. 48, vs 19:
אָחִ֤יו הַקָּטֹן֙ יִגְדַּ֣ל מִמֶּ֔נּוּ וְזַרְע֖וֹ יִהְיֶ֥ה מְלֹֽא־הַגּוֹיִֽם
o “…su hermano pequeño crecerá más que él y su descendencia será colmada entre las naciones…”: De hecho, a raíz de la separación del pueblo israelita, en virtud del reinado de Roboam, hijo del rey Salomón, la tribu de Efraín sería la que encabezaría a las diez tribus hermanas formando el estado de Israel, separándose así del reino de Judáh. Desafortunadamente, luego se aliaría Israel con el imperio Asirio y se asimilarían a ellos מְלֹֽא־הַגּוֹיִֽם o “…entre los gentiles…” quedando solamente Judáh hoy como representante exclusivo del pueblo de Israel.
Gen. 48, vs 20:
יְשִֽׂמְךָ֣ אֱלֹהִ֔ים כְּאֶפְרַ֖יִם וְכִמְנַשֶּׁ֑ה
o “…te ponga Dios como Efraín y como Manases…”: Esta bendición aún se dispensa en los foros ortodoxos. La bendición consistía en las dos porciones en el seno de las doce tribus de Israel que Jacob les iba a dar, en vez de una, es decir, la que le correspondería a José, su padre.
Gen. 48, vs 20:
וַיָּ֥שֶׂם אֶת־אֶפְרַ֖יִם לִפְנֵ֥י מְנַשֶּֽׁה
o “…y puso a Efraín por delante de Manases…”: De hecho, Efraín resultaría ser el líder de las diez tribus de Israel cuando se separaron los reinos de Judah del reino del norte de Israel. Sin embargo, después de haberse aliado a los asirios, Israel, capitaneado por la tribu de Efraín, quedaría asimilado y se perdería, quedando solamente Judah o los judíos como únicos representantes hasta hoy del Israel espiritual, confirmando el dicho en Profetas:
וערבה ליהוה מנחה יהודה וירושלים כימי עולם וכשנים קדמוניות
o “…y agradará a Jehová el presente de Judah y de Jerusalén como en los días del mundo y como en los años ancestrales…”: Sólo en Judah será reconocido al remanente del Israel espiritual o descendencia de Abrahán como sucedió en el tiempo del Rey David y del rey Salomón.
Gen. 48, vs 21:
וְהָיָ֤ה אֱלֹהִים֙ עִמָּכֶ֔ם וְהֵשִׁ֣יב אֶתְכֶ֔ם אֶל־אֶ֖רֶץ אֲבֹתֵיכֶֽם
o “…y estará Dios con ustedes y os hará volver a la tierra de vuestros padres…”: La promesa de Dios a los hijos de Israel se ha de cumplir. De hecho se cumplió cuatro generaciones después (175 años) cuando Moisés sacó a las huestes de Israel de Egipto y se cumplió de nuevo 2000 años después, es decir, en 1947 cuando se restauró el moderno estado de Israel, evento este, sin paralelo en la historia de la humanidad. Ninguna nación del mundo, después de 2000 años, recuperó su suelo patrio como lo hizo Israel, en virtud de la promesa bíblica: “…Os recogeré de los 4 rincones de la tierra y os traeré a la tierra que prometí a vuestros patriarcas.
Gen. 48, vs 22:
שְׁכֶ֥ם אַחַ֖ד עַל־אַחֶ֑יךָ
o “…una parte más que a tus hermanos…”: La tribu de Efraín y de Manases en reemplazo de la tribu de José.
Gen. 49, vs 1:
בְּאַחֲרִ֥ית הַיָּמִֽים
o “…en el final de los días…”: En el futuro lejano. Una manera muy somera de hablar la cual pudiera ser interpretada como el fin del orden actual, tal y como lo conocemos hoy y el comienzo de otro orden de cosas donde parece ser que el tiempo va a perder el carácter que tiene ahora de fragmentación para dar paso a otro estado de conciencia humana basada en la trascendencia o eternidad y en la integración con Dios. El estado trascendental abrirá caminos espirituales en la conciencia humana, en virtud de la consideración “holistica o total”, abandonando para siempre la perspectiva del pensamiento lineal, la cual persigue un resultado en función de la satisfacción del ego de cada cual. El ser trascendente, por amor, abandonara el centrismo del ego para proyectarse e integrarse en la humanidad tal y como hizo Dios cuando creó el universo, por amor y no con el fin de satisfacer una necesidad individual propia.
Gen. 49, vs 2:
הִקָּבְצ֥וּ וְשִׁמְע֖וּ בְּנֵ֣י יַעֲקֹ֑ב וְשִׁמְע֖וּ אֶל־יִשְׂרָאֵ֥ל אֲבִיכֶֽם
o “…Reunirse y escuchad, hijos de Jacob, escuchad a Israel vuestro padre…”: El problema mayor que el pueblo de Israel ha tenido a través de la historia está relacionado con su incapacidad para escuchar o atender al bien intencionado consejo ajeno. Israel no escucha porque es עם קשי ערף o “…pueblo de dura cerviz…”, como lo llamó Dios y generalmente no atiende a opiniones ajenas a la suya por testarudo. Es más, Israel tiende a negar la historia real y a re-inventarla según a él le conviene, negando la verdad histórica y proyectando sus prefabricadas fantasías (ego).
Gen. 49, vs 3:
רְאוּבֵן֙ בְּכֹ֣רִי אַ֔תָּה כֹּחִ֖י וְרֵאשִׁ֣ית אוֹנִ֑י
o “…Rubén, mi primogénito, tu eres mi fuerza y el principio de mi hombría…”: El primogénito es generalmente el que reemplaza al padre cuando este no está presente. Además y desde una perspectiva espiritual, es el que abre la matriz, es decir, el que se ofrece a Dios por ser בְּכֹ֣רִ el primogénito.
Gen. 49, vs 4:
כִּ֥י עָלִ֖יתָ מִשְׁכְּבֵ֣י אָבִ֑יךָ אָ֥ז חִלַּ֖לְתָּ יְצוּעִ֥י עָלָֽה
o “…porque subiste al lecho de tu padre, entonces te envileciste poniéndote a mi altura…”: Rubén se acostó con Bilhah, sierva de Raquel, la concubina de su padre Jacob y con ello incursionó en el ámbito espiritual de su padre dañando su dignidad. En otras palabras, le quitó cierta honra al padre por haber compartido su intimidad, lo cual equivale a desnudarlo. Dios condena al hijo que descubre la desnudez de sus padres, directa o indirectamente. La relación del humano con sus padres pertenece al ámbito de la relación con Dios. De hecho, el mandamiento: “…Honra a tu padre y a tu madre…” se encuentra entre los 5 mandamientos primeros, los cuales representan la interacción del humano con Dios. Los padres son pedacitos de Dios en nuestro camino terrenal. Los 5 mandamientos restantes representan la interacción del humano con la humanidad.
Gen. 49, vs 5:
שִׁמְע֥וֹן וְלֵוִ֖י אַחִ֑ים כְּלֵ֥י חָמָ֖ס מְכֵרֹתֵיהֶֽם
o “…Simeón y Leví, hermanos, instrumentos de violencia, son sus armas…”: Jacob los define como gente violenta y sangrienta, sin demasiada prudencia y sabiduría en sus pensamientos y obras. Impulsivos y extremistas, poco propensos a ventilar sus diferendos de manera civilizada y por ende pacíficamente. Esta es la violencia de los fundamentalistas. Jacob les está recordando el episodio de la violación de Dina, su hermana, cuando ella fue tomada por Siquem hijo de Hamor. En aquel entonces y mediante el ardid de la circuncisión, mataron a todos los varones del pueblo, en represalia. (Gen. 34, vs 1-31) un acto cruel y vengativo.
Gen. 49, vs 6:
בְּסֹדָם֙ אַל־תָּבֹ֣א נַפְשִׁ֔י בִּקְהָלָ֖ם אַל־תֵּחַ֣ד כְּבֹדִ֑י
o “…en su intimidad, no entre mi alma y entre su congregación no participe mi honra…”: Jacob desaprueba su falta de prudencia y de sabiduría, de tolerancia y de paz. Su radicalismo o extremismo no es apreciado por Jacob, hombre racional y pacífico. En el mundo del futuro, la violencia va a ser erradicada, en virtud del reino de la justicia y del derecho sobre el del poder brutal.
Gen. 49, vs 7:
אֲחַלְּקֵ֣ם בְּיַעֲקֹ֔ב וַאֲפִיצֵ֖ם בְּיִשְׂרָאֵֽל
o “…los fragmentaré en Jacob y los esparciré en Israel…”: Jacob quiere que los sentimientos de furor, ira, violencia, intolerancia, inflexibilidad, imprudencia, extremismo, etc., sean la excepción (sólo para caso de supervivencia), no la regla, en el carácter santificado del Israel espiritual.
Gen. 49, vs 8:
יְהוּדָ֗ה אַתָּה֙ יוֹד֣וּךָ אַחֶ֔יךָ
o “…Judah, a ti te alabarán tus hermanos…”: De Judah salieron el rey David y el rey Salomón con sus reinos. Después de la separación del reino de Israel del de Judah, sólo los judíos quedarían como el remanente de Israel. El reino de Israel o las otras diez tribus se asimilarían a los gentiles hasta hoy.
יהודה, JUDEA, LOS JUDÍOS, REMANENTE DE “DURA CERVIZ”
¿Cuáles son las credenciales del pueblo judío? ¿Existen razones poderosas para pensar que su origen y legado son divinos? Reflexionemos. La Biblia nos cuenta que en su lecho de muerte, el patriarca Jacob se dirigió a todos y a cada uno de sus hijos para profetizar acerca de lo que iba a acontecer en el lejano futuro. Tocante a יהודה Judah o al pueblo judío, en Génesis 49, VS 8-10, dijo lo siguiente: “…1. יהודה Judah, te alabarán tus hermanos; 2. tu mano en la cerviz de tus enemigos; tus hermanos se inclinarán ante ti, cachorro de león. 3. No será quitado el cetro de יהודה Judah ni el legislador de entre sus pies…”. ¿Qué significa todo este simbolismo? Veamos uno a uno:
1. “1. Te alabarán tus hermanos…”: Luce evidente que el remanente actual del Israel espiritual es prácticamente יהודה Judah ya que las demás tribus del patriarca Jacob se han asimilado (Israel-Jeroboam y los Asirios) y su identidad como tal, se ha perdido. Hoy, sólo el pueblo Judío encarna a la descendencia de Abrahán a través de su hijo Isaac, con la cual יהוה Dios en la Toráh o Biblia, hizo promesas de bendición y de maldición, ברכה וקללה. Bendición si en cada generación se reconociera la validez y se practicara la virtud de las enseñanzas de los mandamientos de la Biblia, y la maldición si se desconocieran o no se aplicaran estos mandamientos divinos. En este sentido, יהוה Dios no considera a los judíos como a cualquier otro pueblo. Somos, “.יהודה o El pueblo que lleva Su Santo Nombre, (יהוה o Jehová), es decir, el Tetragrámaton está incorporado en el nombre hebreo con el cual se le reconoce, (יהודה) o Judah. La alabanza ahora a los judíos viene de parte de los hermanos gentiles nobles que buscan la verdad, la compasión y la virtud y que reconocen en los יהודימ “Judíos”, la mano del יהוה Dios verdadero. En otras palabras, es la gloria de יהוה Dios reflejada en la historia de su pueblo escogido, unas veces para recompensa (bendición) y otras para castigo (maldición).
2. “…Tu mano en la cerviz de tus enemigos…”: Históricamente, el pueblo judío ha sobrevivido a todos los pueblos y se ha vengado de todos sus enemigos, no sólo de Egipto. Dos de los ejemplos más evidentes y de mayor relevancia los constituyen el documento “Nostra Aetate”, que el Concilio Ecuménico Vaticano II emitió, reconociendo la validez espiritual del pueblo Judío. En esto, la iglesia Católica Apostólica y Romana, se retractó y pidió perdón públicamente por los errores pasados, muy graves, como perseguir a los judíos y, cuando la iglesia, consideraba al pueblo judío como al mismísimo Satanás, hasta el punto de que, si un fiel católico veía en la calle a un judío, debía de persignarse por “cruzarse con Satanás”.El pueblo judío se sacó esta espina de muy adentro después de prácticamente dos milenios de animosidad.
El segundo ejemplo lo encontramos en la forma en que el pueblo judío, se “vengó” de España por el episodio de la Santa Inquisición, como se vengó también de Alemania, por el Holocausto, a través de la negativa imagen que el gran poder propagandístico judío mundialmente les creó. Por ejemplo, ¿Quién es este que hoy en día no conoce de las atrocidades que cometió contra los judíos la Alemania Nazi de Hitler? Incluso después de cincuenta años y de que Alemania reparara económicamente a Israel. El judío, desafortunadamente, aún no aprendió a perdonar ni sabe olvidar por hacer mal uso de la característica de eternidad impregnada en él. Sin embargo ¿Quién se acuerda del genocidio de Biafra a manos de Nigeria y de tantos otros pueblos que existieron en el mundo?
3. “…No será quitado el cetro de Judah ni el legislador de entre sus pies…”: Históricamente, los judíos hemos dominado la legislatura de los países más avanzados del mundo. Por ejemplo, ¿Quién pudiera negar la importancia para la moral pública o religiosa que tuvieron judíos como Jesús de Nazaret, para una cuarta parte de la población mundial (hijo de Dios para los Cristianos y profeta para los musulmanes); de Carlos Marx para otra cuarta parte del mundo (el comunismo y el socialismo); de Segismundo Freud para el pensamiento moderno liberal; de Einstein para la concepción relativa universal; de la Biblia, y sobre todo, de los Diez Mandamientos; etc.? Sin duda alguna, el judío está llamado, por decisión divina, a ser el legislador por antonomasia. Por haber sido llamado: עם סגולה מכל העמים וגוי קדש o “…Nación valiosa escogida de entre todos los pueblos de la tierra y pueblo santo…”. El remanente o retoño escogido por יהוה Dios, יהודה Judah, servirá para que la mano de יהוה Dios, en él, se manifieste de manera muy especial para recompensa y para castigo propio y por ende de la humanidad. En este sentido, hay que reconocer que, desgraciadamente, la santidad a Judah le llegará, desafortunadamente, más tarde que temprano, aunque le llegará. El judío fue escogido para la misión santa de cuestionar los valores del espíritu propio y del ajeno, en sumisión a יהוה Dios, su Santo Creador.
¿Si Judah es el remanente escogido por יהוה Dios para tal santa misión por qué somos los judíos un pueblo pendenciero (fariseo-legalista) y de comerciantes (materialistas) más que de sacerdotes (espirituales), tan amantes del dinero, de las tradiciones y de los rituales como las demás religiones del mundo? La pertinaz rebeldía del pueblo judío, en ojos de יהוה Dios, es sobremanera amarga, como reza en los siguientes versículos bíblicos:
Deut. 9, vs 6, “…Entérate Israel que no es por tu mérito o por tu justicia que יהוה , tu Dios, te da esta buena tierra para tomarla porque pueblo insignificante y de dura cerviz eres tú….sino por la promesa que hizo a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob…”.
En Deut. 9, vs 14, leemos: הרך ממני ואשמידם ואמחה את שמם מתחת השמים
“…(y dijo יהוה Dios a Moisés) déjame que los destruya y que borre su nombre y memoria de debajo del cielo…”. En Deut. 9, vs 24, “…Y dijo Moisés a Israel: ממרים הייתם עם יהוה מיום דעתי אתכם, o “…rebeldes habéis sido a יהוה Dios desde el día que yo os conocí…”. El pueblo judío fue y sigue siendo, hasta este mismo día de hoy, en extremo, contumaz y rebelde a יהוה Dios Bendito; rebelde a la verdad, al amor, a la justicia y al juicio (חסד ואמת צדקה ומשפּת). Rebelde a cumplir con los requisitos necesarios para ensalzar la virtud sobre el defecto; lo espiritual sobre lo material y la verdad sobre la mentira; rebelde incluso para tomar posesión de la tierra de Canaán, que יהוה Dios prometió a nuestros padres, ya que la mayoría de los judíos de hoy están de acuerdo en que se entregue a los Filisteos (modernamente llamados Palestinos) la tierra de יהודה Judah, tierra esta de donde procedemos todos los judíos. ¿Pudiera existir una rebeldía mayor? ¿Y todo a cambio de qué? De dólares americanos. A ver, ¿Qué otro pueblo del mundo vendería su suelo patrio y santo por dinero? Honestamente, creo que ninguno, sólo nosotros los materialistas judíos, adoradores aún del “Becerro De Oro”. Desgraciadamente, esta actitud despreciativa de la espiritualidad en beneficio de la materia, está en línea con la desafortunada actitud de Esaú para con su hermano Jacob al vender su primogenitura a cambio de un plato de potaje de lentejas….. (Génesis 2.5 vs: 29-34) y en línea con la adoración del עגל המסכה o “Becerro de Oro”.
Gen. 49, vs 8:
יָדְךָ֖ בְּעֹ֣רֶף אֹיְבֶ֑יךָ
o “…tu mano en la cerviz de tus enemigos…”: Los judíos siempre se han vengado de sus enemigos y a la postre, hasta nos han pedido perdón. (España por lo de la expulsión de los judíos en 1492; Alemania por lo del Holocausto; El Vaticano por el tribunal de la Santa Inquisición; etc.) Históricamente, los que hicieron daño a los judíos lo pagaron caro. Israel, aún no ha pedido perdón, a Dios ni a la humanidad, por sus excesos y errores históricos.
Gen. 49, vs 9:
גּ֤וּר אַרְיֵה֙ יְהוּדָ֔ה
o “…un cachorro de león es Judáh…”: Jacob lo compara a un cachorro de león en su fiereza, destreza, calma, sentido de agresión, presencia, etc….
Gen. 49, vs 10:
לֹֽא־יָס֥וּר שֵׁ֙בֶט֙ מִֽיהוּדָ֔ה וּמְחֹקֵ֖ק מִבֵּ֣ין רַגְלָ֑יו
o “..no será quitado el cetro de Judah ni el legislador de entre sus pies…”: El cetro y el legislador significan la contribución en el dominio de la jurisprudencia y de las letras o conceptos idealistas, los cuales caracterizarán a los judíos hasta que se llegue al nivel espiritual e intelectual aceptable para Dios o על כי יבא שילה o “…hasta que venga Shilo…”, lo cual representa el punto de reconciliación con la divinidad o trascendencia donde se habrá superado el pecado original y posiblemente, signifique la abolición de la muerte para siempre בלע המות. Dios quitaría entonces a los Querubines que custodiaban el árbol de la vida eterna para que el humano tuviera acceso a él de nuevo, como sucedió en el relato del paraíso, antes de que Adán y Eva comieran del árbol de la sabiduría del bien y del mal.
Gen. 49, vs 10:
ולו יקהת עמים
o “…y a él se congregarán los pueblos…”: Las teologías del mundo irán incorporando conceptos de la Torah de Moisés y se irán integrando a Judah casi sin darse cuenta, por crecimiento espiritual. Judah será el punto de reunión o convergencia de la humanidad con Dios. De hecho, en la Toráh está dicho: “….razonarás con tu prójimo para que no participes de su pecado (gentil)…”.
Gen. 49, vs 11-12:
חַכְלִילִ֥י עֵינַ֖יִם מִיָּ֑יִן וּלְבֶן־שִׁנַּ֖יִם מֵחָלָֽב
o “…sus ojos rojos del vino y sus dientes blancos de leche…”: El judío participará de las riquezas del mundo material hasta un punto de saciedad y hastío. Esta es la bendición: “…como la arena del mar…”, es decir, bienes materiales para luego participar de la otra bendición, la cual es: “…como las estrellas de los cielos…”, es decir, de los bienes espirituales.
Gen. 49, vs 13-28:
Jacob bendice y pronostica lo que va a resultar con sus otros hijos.
Gen. 49, vs 29:
אֲנִי֙ נֶאֱסָ֣ף אֶל־עַמִּ֔י
o “…yo voy a ser reunido a mi pueblo…”: Es de notar el hecho de que Jacob no dice que se va a acabar al morir sino que va a ser “reunido a su pueblo”. Esto indica que la muerte no es el fin de todo sino el fin de un episodio en la existencia del humano en esta tierra, la cual supongo continúa luego de otra forma más espiritual porque el sentimiento de ser reunido significa volver a la fuente de toda existencia. Lo contrario sería ser desechado o abandonado. Pensemos que si hay algo que de verdad no existe es el universo que nos rodea porque está en constante cambio. Sólo lo que no existe puede cambiar y negar su estatus anterior. La existencia real es la espiritual, la cual no está sujeta a tiempo, a espacio, ni a ninguna otra forma de limitación. Es vida en Dios.
Gen. 49, vs 30:
בַּמְּעָרָ֞ה אֲשֶׁ֨ר בִּשְׂדֵ֧ה הַמַּכְפֵּלָ֛ה
o “…En la cueva que está en el campo de Makpela…”: Actualmente, en Hebrón, aparentemente, en el recinto de lo que es hoy una mezquita. Sería muy importante que la ciencia cavara y pudiera sacar de allí algunas muestras de los restos mortales para que se pudiera confirmar que se tratan de los patriarcas y no de otros. Genéticamente, se pudiera comprobar que Abrahán y Sarah fueron los padres de Isaac y este con Rebeca, fueron los padres de Jacob y también de que vivieron aproximadamente en la época que dice la Biblia. En ello no veo pecado alguno ya que nos aseguraría sus identidades definitivamente, lo cual vendría a confirmar lo que reza en la Biblia.
Gen. 49, vs 33:
וַיִּגְוַ֖ע וַיֵּאָ֥סֶף אֶל־עַמָּֽיו
o “…y pereció y fue reunido a su pueblo…”: La Biblia asegura que si la intención de Jacob era la de ser reunido a su pueblo, al morir, así resultó. Lo confirma porque el relatador de la Biblia así lo reconoce. Moisés, el cual se supone que es el que escribió los 5 libros de la Biblia, de ninguna manera pudo haber sabido lo que se relata en Génesis porque sucedió mucho antes de su tiempo. Moisés, en la revelación, tuvo que ser informado acerca de ello al escribirlo.
LA SALVACIÓN Y LA VIDA ETERNA
Desde tiempos inmemoriales, el miedo a dejar un día de existir, llevó a muchos religiosos a imaginar y a sustentar la esperanza de alcanzar su salvación y la consecución de la vida eterna, a través de medios mundanos equivocados como el de la fe y la oración, los símbolos o imágenes y los rituales. Un ejemplo dramático lo tenemos en la obsesión que en este sentido embargaba a Martín Lutero. Nos cuenta la historia como él, por años, vivió en extremo angustiado, esforzándose a diario para poder “asegurarse” esa recompensa divina, dando al traste con lo que dijera Alberto Eistein en cierta ocasión: « ..Si el humano necesita del incentivo de la promesa de vida eterna o del miedo al castigo para aprender a hacer el bien, la humanidad está en grave crisis… ».
¿Qué tiene de malo el empeño de querer salvarse, se preguntará el lector? Mucho, me temo. Pienso que el individuo que persigue el objetivo de la salvación eterna personal, se comporta de manera egoísta, alejado de la dimensión del amor, de la bondad y de la autentica proyección en los demás. En ello, veo falta de humildad y de conocimiento de la condición humana, porque, el que así opera, piensa alcanzar un status desde el cual él pudiera reclamar que יהוה Dios bendito, en cierto modo, le debe algo a él en particular por su esfuerzo personal. Es obvio que cuando el individuo pone el énfasis en salvarse a sí mismo, se insensibiliza de algún modo, vis a vis del mundo que le rodea. Él se esfuerza en “merecer” la salvación, mediante ciertas prácticas, a menudo más plásticas y ritualistas que amorosas o virtuosas. Tengo razones para creer que ninguno, por santo que fuere, pudiera, en justicia, pensar que se “merece” la salvación y la vida eterna. La gloria eterna no es para el humano sino para Dios. Por eso, me cuesta mucho concebir que יהוה Dios bendito haya creado este mundo para Él deberle nada a nadie. יהוה Dios lo creó por amor y en mi opinión, el humano debe de abrirse y experimentar el amor, la sabiduría, la verdad, la virtud, la excelencia, la justicia, la humildad, etc., en vez de la arrogancia, la exigencia o el status personal. Pienso que si la salvación existe, esta viene en virtud del crecimiento espiritual y no de ninguna creencia en base a fe.
En este mundo donde la única seguridad real es la inseguridad y donde lo único permanente es el cambio, el ser humano “Farisaico-religioso”, quiere vivir en la fantasía de la seguridad y de la permanencia a través de las cuales él pueda garantizarse la salvación y la vida eterna; todo esto, posiblemente, debido al miedo que le tiene a la muerte o al estado de no-existencia. En mi opinión, este miedo sería el que manufacturaría la inadecuada concepción tradicional religiosa de la recompensa divina por hacer el bien. El bien no puede tener más recompensa que su verdad, es decir, el que persigue el bien con ánimo de recibir una recompensa, está practicando el Farisaísmo mercantilista y el egoísmo en vez de practicar el amor.
Dios bendito, merced a su infinito amor y bondad, se proyectó en el universo y nos trajo a este mundo, sin nosotros merecerlo, para que viviéramos en él. Ingratos y poco contentos con lo que Él nos dio, queremos más. Poco conocedores de nuestra pequeña condición rebelde humana, anhelamos alcanzar el status santo de יהוה Dios y de su eternidad, basado en supuestos merecimientos, prácticas ritualistas absurdas y creencias fantásticas. Es preciso entender que hacer el bien no requiere recompensa alguna porque el bien se auto-justifica. Aquel que busca una recompensa, se pierde en la fragmentación del egoísmo y no entendió la esencia del bien, la cual contempla el amor y la proyección en los demás. Además, si vivimos a diario en el egoísmo, en la angustia y en el conflicto, ¿Para qué anhelamos pues la vida eterna, para eternizar nuestro egoísmo, conflictos y angustias? Ojalá y fuéramos capaces de vivir sin egoísmos, conflictos ni angustias, siquiera, por un solo día.
La vida y la muerte no son para temerlas, por proceder de יהוה Dios bendito; deben de ser bienvenidas, en su tiempo. Hay que vivir el hoy con objetividad, intensidad, amor, bondad y felicidad, a pesar de ciertos sinsabores que la vida conlleva. Sólo una vida de bien pudiera demostrar a יהוה Dios bendito, que apreciamos todo lo que Él nos dio, sin apelar a exigencias ni a merecimientos de ninguna índole o especie, es decir, con humildad. La salvación y la vida eterna, son algo que compete a יהוה Dios bendito, no al humano. Si los humanos creemos que tenemos algunos merecimientos, también tenemos mucho de lo que tristemente avergonzarnos y arrepentirnos ante Él Creador del cielo y de la tierra, bendito Él y bendito Su Nombre!
Para aquellos que temen mucho a la muerte, les diré que es lógico y justo que el humano, cuando muere, exista de alguna manera en la memoria de יהוה Dios bendito, siempre y cuando יהוה Dios esté satisfecho para con él. En este sentido, pienso que la muerte no existe para el humano que agradó a יהוה Dios, porque vivir en la memoria de יהוה Dios, y teniendo en cuenta que יהוה Dios, es garantía de vida eterna, es estar vivo. Pienso que la muerte verdadera pudiera existir para aquel del cual יהוה Dios bendito se avergonzó porque no obró bien y lo quisiera, quizás, ignorar para siempre. Quede claro que esto que infiero es conjetura basada en razonamiento inductivo y deductivo y en el conocimiento relativo que tengo de la Torah y de la vida en general. Yo, ni ningún humano, pudiéramos garantizar nada al respecto. La única garantía imaginable es la incorporación y practica de la virtud, en función de amor y verdad.
Gen. 50, vs 1:
וַיִּפֹּ֥ל יוֹסֵ֖ף
o “ …y se dejo caer José…”: Prácticamente, y se desplomó José sobre su padre muerto porque para él fue una terrible separación aún y cuando Jacob era viejo y José, un hombre ya maduro. La perdida de los padres es una desconexión difícil de aceptar. Sin embargo, hasta que una persona no haya perdido a sus padres, no se puede desarrollar plenamente como individuo libre e independientemente. Cuando los padres mueren, entonces uno se enfrenta a su propia existencia sin relacionarla con sus progenitores y debe de encontrar sentido en su vida particular para seguir siendo feliz. Para los hijos que se han criado de manera correcta, es decir, con su propio espacio dentro del núcleo familiar, la muerte de los padres no es decisiva y pueden pasar por esa transición más bien que mal. Sin embargo, para aquellos hijos que se han criado muy junto a sus padres, sin el espacio necesario para ellos, como individuos, la transición se hace bien difícil quedando algunos marcados por mucho tiempo y otros algo perdidos porque se rompió su conexión y no encuentran en su individualidad motivo suficiente como para seguir viviendo feliz e independientemente.
Gen. 50, vs 2:
לַחֲנֹ֖ט אֶת־אָבִ֑יו
o “…para embalsamar a su padre…”: Esta práctica se hacía mucho en Egipto, sobre todo para los Faraones. José tuvo que embalsamar a su padre porque tenía que trasladarlo hasta la tierra de Canaán y ello llevaba mucho tiempo. No tuvo otra alternativa. Los egipcios creían en la perpetuación del cuerpo para la resurrección física. Los ortodoxos judíos también creen en la resurrección del cuerpo.
Yo pienso que existe la resurrección espiritual aunque no la física.
Gen. 50, vs 3:
אַרְבָּעִ֣ים י֔וֹם כִּ֛י כֵּ֥ן יִמְלְא֖וּ יְמֵ֣י הַחֲנֻטִ֑ים
o “…40 días porque así duraba el proceso de embalsamamiento…”: Este proceso requería su tiempo y no se esperó por otra causa.
Gen. 50, vs 4:
וַיְדַבֵּ֣ר יוֹסֵ֔ף אֶל־בֵּ֥ית פַּרְעֹ֖ה
o “…y habló José a la casa de Faraón…”: No acierto a entender por que José habló con la casa de Faraón y no con el Faraón directamente. ¿Será que se había distanciado José del Faraón y que ya no era el virrey? ¿Será que ese era el protocolo a seguir incluso por el virrey?
Gen. 50, vs 5:
אָבִ֞י הִשְׁבִּיעַ֣נִי
o “…mi padre me hizo jurar…”: José les plantea una situación en la cual él no tiene otro recurso que obedecer a la promesa que le hiciera al padre, en espera de que Faraón cooperara con él. José no le da opción al Faraón para que lo disuada porque es algo que está fuera de su alcance y poder ya que se comprometió con su padre, n virtud de juramento.
Gen. 50, vs 5:
וְאֶקְבְּרָ֥ה אֶת־אָבִ֖י וְאָשֽׁוּבָה
o “…y enterraré a mi padre y volveré…”: José participa a la casa de Faraón de que va a volver sin que el Faraón se lo pregunte.
Gen 50, vs 6:
כַּאֲשֶׁ֥ר הִשְׁבִּיעֶֽךָ
o “…como fuiste juramentado…”: Faraón le responde que cumpliera con su juramento, lo cual demuestra que era un hombre de valores espirituales.
Gen. 50, vs 8:
רַ֗ק טַפָּם֙ וְצֹאנָ֣ם וּבְקָרָ֔ם עָזְב֖וּ בְּאֶ֥רֶץ גֹּֽשֶׁן
o “…solamente sus niños, sus ovejas y sus vacas dejaron en la tierra de Goshen…”: Lo cual indica que la concurrencia y participación era impresionante.
Gen. 50, vs 9:
וַיְהִ֥י הַֽמַּחֲנֶ֖ה כָּבֵ֥ד מְאֹֽד
o “…y fue el campamento muy numeroso…”: La comitiva era muy numerosa y posiblemente, la integraban varias personalidades tanto hebreas como egipcias. Por el tamaño del campamento que subió con José, podemos inferir que José sino seguía siendo virrey era todavía un personaje bien importante.
Gen. 50, vs 10:
אֲשֶׁר֙ בְּעֵ֣בֶר הַיַּרְדֵּ֔ן
o “…que se encuentra más allá del Jordán…”: La comitiva circunvaló la tierra de Canaán para entrar cruzando el río Jordán. Antes de la entrada en la tierra prometida, observaron siete días de luto.
Gen. 50, vs 11:
אָבֵ֣ל מִצְרַ֔יִם
o “…luto de Egipto…”: Debido a que el campamento era egipcio, los moradores de la tierra confundieron el sepelio de Jacob con un entierro egipcio.
Gen. 50, vs 12:
וַיַּעֲשׂ֥וּ בָנָ֖יו ל֑וֹ כֵּ֖ן כַּאֲשֶׁ֥ר צִוָּֽם
o “…Y le hicieron sus hijos tal y como les había sido encomendado…”: Jacob tuvo que haberles dejado instrucciones para su sepelio y ellos se ajustaron a la voluntad expresa de su padre.
Gen. 50, vs 13:
וַיִּשְׂא֨וּ אֹת֤וֹ בָנָיו֙ אַ֣רְצָה כְּנַ֔עַן
o “…y lo cargaron sus hijos a la tierra de Canaán…”: Infiero que durante todo el largo camino, el féretro se hallaba encima de algún medio de transporte y antes de entrar a la tierra prometida, al cruzar el río Jordán, los hijos lo tomaron de allí y lo cargaron en sus hombros hasta el lugar de su sepultura, es decir, en Hebron, en la cueva de Makpela.
Gen. 50, vs 14:
וַיָּ֨שׇׁב יוֹסֵ֤ף מִצְרַ֙יְמָה֙ ה֣וּא וְאֶחָ֔יו
o “…y volvió José a Egipto él y sus hermanos…”: Tenían que volver a Egipto ya que sus niños y su ganado lo habían dejado allí. No era el tiempo propicio para permanecer en tierra de Canaán ya que sería cuatro generaciones, después de la bajada de Jacob a Egipto, cuando Moisés sacaría a las huestes hebreas de Egipto, después de que conocieran los rigores de la esclavitud y las técnicas de la agricultura egipcia, amén de otros conocimientos avanzados.
Gen. 50, vs 15:
ל֥וּ יִשְׂטְמֵ֖נוּ יוֹסֵ֑ף וְהָשֵׁ֤ב יָשִׁיב֙ לָ֔נוּ אֵ֚ת כׇּל־הָ֣רָעָ֔ה
o “…Quizás nos aborrecerá José y nos retribuirá por todo el mal (hecho)…”: Los hermanos de José, no le conocían bien y se pensaron que ahora que su padre ya no vivía, él iba a procurar vengarse de ellos, de alguna manera.
Gen. 50, vs 16:
וַיְצַוּ֕וּ אֶל־יוֹסֵ֖ף לֵאמֹ֑ר אָבִ֣יךָ צִוָּ֔ה לִפְנֵ֥י מוֹת֖וֹ לֵאמֹֽר
o “…y encomendaron a José diciendo: Tu padre encomendó antes de morir diciendo:…”: Los hermanos de José inventaron esta argucia para que José no tomara venganza. Poco sabían como siente y opera un corazón noble y entendido como era el de José.
Gen. 50, vs 17:
שָׂ֣א נָ֠א פֶּ֣שַׁע אַחֶ֤יךָ וְחַטָּאתָם֙
o “…levanta por favor el pecado de tus hermanos y sus culpas…”: Cuando uno no se venga, de alguna manera supera el pecado ajeno y lo neutraliza entendiendo la condición humana y buscando, en vez de retribución, perdón por los pecados de otros ya que en el fondo entiende que uno mismo también debe de llevar su pecado propio porque no hay persona que no peque. Lo importante es no reincidir en él ya que el pasado no se puede modificar. Para perdonar hay que amar.
Gen. 50, vs 17:
וַיֵּ֥בְךְּ יוֹסֵ֖ף בְּדַבְּרָ֥ם אֵלָֽיו
o “…y lloró José mientras le hablaban…”: José entendió que los hermanos estaban arrepentidos por el mal que le hicieron y eso le bastó y sobró porque él era un hombre noble y sabía perdonar porque sabía amar. Tanto es así que, cuando fue nombrado virrey, en ningún momento buscó la venganza de la mujer de Potifar, la cual lo había falsamente acusado de intentar violarla.
Gen. 50, vs 18:
וַיֵּלְכוּ֙ גַּם־אֶחָ֔יו וַֽיִּפְּל֖וּ לְפָנָ֑יו וַיֹּ֣אמְר֔וּ הִנֶּ֥נּֽוּ לְךָ֖ לַעֲבָדִֽים׃
o “…y fueron también sus hermanos y se prosternaron sobre sus caras y dijeron: Henos aquí a ti por siervos…”: Los hermanos reconocieron que el sueño venía de Dios y no se opusieron más a su voluntad.
Gen. 50, vs 19:
הֲתַ֥חַת אֱלֹהִ֖ים אָֽנִי
o “…Acaso yo estoy en el lugar de Dios?…”: José quiso decirles que si Dios perdona al pecador, él, como simple mortal, ¿no los iba a perdonar?
Gen. 50, vs 20:
אֱלֹהִים֙ חֲשָׁבָ֣הּ לְטֹבָ֔ה
o “…Dios lo pensó para bien…”: Dios puede trastornar los designios del corazón del humano y bendecir cuando el humano maldice. Por eso el refranero dice que el hombre propone y Dios dispone.
Gen. 50, vs 21:
וַיְנַחֵ֣ם אוֹתָ֔ם וַיְדַבֵּ֖ר עַל־לִבָּֽם
o “…y les consoló y les habló al corazón…”: José les demostró sus verdaderos sentimientos hacia ellos, sincerándose grandemente. En ausencia del padre, él quedó como elemento unificador de la familia.
Gen. 50, vs 22:
וַיְחִ֣י יוֹסֵ֔ף מֵאָ֥ה וָעֶ֖שֶׂר שָׁנִֽים
o “…y vivió José ciento diez años…”: José vivió 37 años menos que su padre Jacob. Vemos como, poco a poco, la longevidad disminuye en la medida en que transcurre el tiempo.
Gen. 50, vs 23:
וַיַּ֤רְא יוֹסֵף֙ לְאֶפְרַ֔יִם בְּנֵ֖י שִׁלֵּשִׁ֑ים
o “…y vió José a los hijos de Efraín hasta la tercera generación…”: José vivió una vida de armonía y de excelencia y disfrutó no sólo de su éxito personal sino del calor familiar.
Gen. 50, vs 24:
וֵֽאלֹהִ֞ים פָּקֹ֧ד יִפְקֹ֣ד אֶתְכֶ֗ם
o “…y Dios recordar, recordará a ustedes…”: José les profetiza que Dios Bendito no les iba a abandonar en Egipto y que después, en la cuarta generación, desde la bajada de Jacob a Egipto, mandaría a alguien para sacarlos y llevarlos (Moisés) e introducirlos a la tierra prometida de Canaán (Josué).
Gen. 50, vs 25:
וְהַעֲלִתֶ֥ם אֶת־עַצְמֹתַ֖י מִזֶּֽה
o “…y subiréis mis huesos de aquí..: José les juramentó a los hijos de Israel en el sentido de que, cuando fueran de vuelta a la tierra de Canaán, en cumplimiento de la promesa de Dios a los patriarcas, llevarían sus restos mortales para enterrarlos allí. Y así sucederá como veremos más adelante. Sin embargo, José no fue enterrado en la cueva de Makpelah, donde están Abrahán, Isaac, Jacob, Sarah, Rebeca y Leah, quizás porque no está su madre Raquel enterrada allí tampoco, sino en Belén. José fue enterrado en Siquem. Desdichadamente, demasiadas voces judías hoy, dentro y fuera de Israel, pretenden entregar el lugar del sepulcro de José a los Filisteos o modernos Palestinos con el fin de renunciar para siempre a una gran parte de la tierra de Judea, Samaria y Gaza.
Gen. 50, vs 26:
וַיַּחַנְט֣וּ אֹת֔וֹ וַיִּ֥ישֶׂם בָּאָר֖וֹן בְּמִצְרָֽיִם
o “…y lo embalsamaron y lo pusieron en una féretro en Egipto…”: Esto sucedió porque quería ser enterrado en la tierra prometida y no en Egipto. De hecho, veremos como cuando Moisés condujo a Israel fuera de Egipto, tomó el féretro de José para trasladarlo a la tierra prometida para su sepultura.