Gen. 1, vs 1:
בְּרֵאשִׁ֖ית
o “… En el principio…”: Por principio, se entiende en lo concerniente a la creación del universo del que formamos parte. Dios es la fuente u origen de todo cuanto existe o fue creado, antes y después de este universo. El universo no se creó de la nada sino procedente del caudal espiritual o fuente de vida divina. Dios, como se tratará de demostrar mas adelante, siempre tuvo que haber existido. Por otro lado, la primera letra o ב sólo tiene una apertura en el sentido de la lectura en hebreo, es decir, de derecha a izquierda, lo cual pudiera indicar que el humano no tiene acceso nada más que a lo revelado; lo demás es conocimiento oculto para él, como pudiera ser la esencia de la divinidad, por ejemplo.
¿SI DIOS ES PERFECTO, POR Y PARA QUÉ CREÓ EL UNIVERSO?
Definitivamente, יהוה Dios no creó el universo como respuesta a una necesidad o carencia que Él pudiera tener, ya que su condición de perfecto no precisa de absolutamente nada, sino, para proyectarse en el humano en virtud de los atributos principales de יהוה Dios, el cual despliega amor y generosidad y ambos, bien entendidos, significan proyección en los demás de parte del bien que Él es y representa, no la satisfacción de una necesidad propia; algo parecido aunque no igual, es por ejemplo, cuando una pareja contrae nupcias y decide procrear, no lo hace porque tengan la necesidad de tener prole en el sentido egoísta, sino como expresión de unión en el amor mutuo y de proyección de ese amor en la criatura que, eventualmente, va a nacer de los dos, por eso, cuando se ama de veras, no se hace egoístamente esperando una recompensa porque el amor requiere de altruismo y de proyección externa, no de retribución! De alguna manera, perseguir un resultado es buscar un interés particular y el amor no es interés. Por eso יהוה Dios se proyectó y creó el universo sin interés particular, sólo por amor. El amor bien entendido es sentirse feliz a través de compartir (compasión, verdad y justicia.) Con ello, יהוה Dios bendito nos enseña una cualidad a emular, la del amor puro y verdadero, el cual no pretende nada para sí a cambio. Cuando el humano emula en esto al Creador, se libera bastante de su ego fragmentario y se proyecta en la sociedad más y mejor al integrarse a la unidad, en virtud de la trascendencia espiritual.
Por otro lado, la gloria que el humano puede ofrecerle a יהוה Dios, no es oración o culto de adoración, ya que יהוה Dios no está sujeto a un problema de ego personal. La satisfacción que Dios, presumiblemente, pudiera derivar es la de ver como el humano imperfecto hace buen uso del libre albedrío que le dio. Dios confía en que, voluntariamente, lo emule y haga lo que es correcto y noble. ¿Por qué? Pues, porque el humano fue hecho a su imagen y a su semejanza y ello debe de significar que, a la corta, media o larga, pueda y deba conseguir cumplir a cabalidad con el rol para el cual fue creado, ejercitando su potencial divino, con respecto al amor, a la verdad, al juicio y a la justicia en este mundo todavía tan carente de ellos. Por eso, justo después de haber creado יהוה Dios al humano, se declara en Génesis 1, vs: 31: “….Y vio יהוה Dios que todo lo que había hecho era “ … ט֖וֹב מְאֹ֑ד… o muy bueno…”, en lugar de usar el término de “..טוב…” o “bueno” que normalmente usó cuando se trató de cualquier otra obra de los demás días o ciclos de la creación.
Referente al amor, quisiera traer a colación lo que el filósofo Erik Fromm, dijo: “…El amor es la única respuesta satisfactoria al drama existencial humano…”. Quede claro pues que יהוה Dios, como no tiene carencia de nada, no desea culto de adoración ni pretende glorificación mayor de la que ya Él infinitamente posee. Lo que Dios pretende del humano es que, este, haga honor a su condición y potencial espiritual, el cual emana del carácter santo del mismísimo Creador. Definitivamente, Dios puso su confianza en el humano, cosa que la mayoría de la humanidad no hace. Si Dios confió en el humano ¿Por qué deberíamos de desconfiar nosotros?
En cuanto al universo, por físico y por haber tenido un principio, no puede ser eterno ni infinito porque fue creado para un propósito prefijado. El día que este propósito se cumpla, posiblemente, su existencia dejará de tener sentido y puede que Dios decida eliminarlo. El Cosmos es la expresión de la Voluntad del plan Divino, y Dios es la primera causa de todas las causas, en calidad de Creador y sostenedor.
¿Qué es lo que existía antes de que el universo fuese creado? Pues lo que de verdad existe, es decir, וְר֣וּחַ אֱלֹהִ֔ים o “la realidad espiritual de Dios” la cual es eterna e infinita, sin principio ni final y de la cual todo emana. Lo real es lo espiritual, eterno e infinito, mientras que el universo físico fue creado como simbología de lo espiritual, algo así como un paralelo, no muy fiel, en la dimensión material, sujeto a los parámetros tiempo y espacio. Por eso, aquel que sólo cree en lo que ve, ignora la verdadera esencia de la creación, la cual es puramente espiritual. El término וְר֣וּחַ significa “viento” aunque lo que pretende decir es espíritu. El viento es el simbolismo que más se aproxima al espíritu porque es intangible, no se ve.
Finalmente, diré que lo indescriptible pertenece al ámbito del espíritu, como el amor, la virtud, la alegría, la justicia, etc.., mientras que todo lo material se define por su tamaño concreto. Lo concreto es lo manifestado y perceptible por los cinco sentidos mientras que lo espiritual tiene que ser percibido por el espíritu solamente. Lo que ven nuestros ojos es lo existe en el ámbito de lo tangible o definible. En definitiva, lo material está sujeto al ciclo de la impermanencia, es decir, nacer, crecer y morir, mientras que lo espiritual pertenece a la dimensión de lo abstracto, eterno e infinito.
Gen. 1, vs 1:
בָּרָ֣א אֱלֹהִ֑ים
o “…creó Dios…”: Dios no se manifiesta en la Biblia como Él es, sino que se muestra como Él quiere que el humano lo perciba, es decir, visto desde la perspectiva del hombre. Por eso Dios, se presenta originalmente como אֱלֹהִ֑ים o “… Dioses…”, en el plural, porque se manifiesta como todas las fuerzas de la creación, en virtud de su infinito y eterno poder creador diverso, aunque unificado, lo cual se confirma en virtud del uso de la tercera persona del singular בָּרָ֣א o “… creó…”, lo cual indica que es “uno y no varios”, de lo contrario, el versículo diría “crearon”, en el plural.
¿Pudo haberse creado יהוה Dios, “Nihil ex-Nihilo” o de la “nada?” Pienso que la idea del concepto de “la nada”, la cual emana de la mente humana, condicionada y sujeta a la materia, al tiempo y al espacio, es decir, al ciclo nacer-crecer-morir, pudiera hacernos especular en el sentido de que en algún punto del tiempo, pudo haber existido un estado hipotético “previo” a יהוה Dios. Sin embargo, razonemos que si, por un solo instante, “la nada”, de verdad hubiese existido, de ella o de su vacua esencia, nada pudiera haberse generado después y menos el todo que observamos en nuestro derredor. Por eso, lo que existe es prueba de que “la nada” jamás existió. Entonces, si “la nada”, en términos objetivos, nunca existió, יהוה Dios bendito, o la fuente de todo lo que existe, siempre estuvo presente, lo cual descarta cualquier idea de si Dios, en algún instante (sujeto al factor tiempo), se pudo haber originado. El concepto de “la nada” procede de la mente temporal del humano.
Cuando יהוה Dios bendito creó los cimientos del universo, instauró el tiempo y el espacio también, como marco en el cual el humano debía de desenvolverse, es decir, contemplando un propósito prefijado con un potencial humano de acción determinado (libre albedrío); Consecuentemente, resulta lógico pensar que יהוה Dios no esté ni sujeto, ni contenido en los parámetros tiempo-espacio que Él creó. A la pregunta ¿Qué pasó antes de la creación, previo a lo que los científicos denominan como el “Big Bang?” Los factores materia, tiempo y espacio aún no existían. La existencia en ese vacío material que la mente humana imagina, previo a la creación del universo, pudiera ser la forma de existencia superior, no física y por ende limitada, sino estrictamente espiritual, la cual por no estar sujeta al factor tiempo y espacio, es absoluta, infinita y eterna. Los factores tiempo-espacio que conocemos en este universo, permiten que exista cambio o evolución, con posibilidad de oportunidad de crecimiento espiritual para el humano.
Observemos que cuando establecemos el tiempo, mediante el calendario, lo hacemos en función de las rotaciones de la tierra y de otros astros que יהוה Dios creó para que nos sirvieran como base de medida, con el fin de organizar nuestros quehaceres mundanos, y a través del proceso de cambio, crecer en nuestra condición físico-espiritual humana. En otras palabras, el tiempo nos brinda una nueva oportunidad, en el escenario constituido por el espacio, para una acción más refinada y representa una medida del proceso de cambio de un estado a otro; por ejemplo: El corregir errores pasados mediante un cambio de actitud, gracias al factor tiempo y espacio en virtud del crecimiento espiritual o expansión de la conciencia.
Hay que concluir, pues, que la eternidad no pudiera estar sujeta a principio ni a final, porque lo perfecto no es mejorable (Platón), es decir, יהוה Dios no precisa del tiempo ni del espacio, como marco en el cual Él pudiera perseguir mejoramiento alguno de su ya infinita e inmejorable condición. Consecuentemente, es lícito asumir que nadie pudo haber creado a יהוה Dios porque, aparentemente, nunca hubo un principio anterior a יהוה Dios ni jamás habrá una continuación “después”. El “antes y después” implican tiempo y יהוה Dios creó el tiempo para el humano, el cual tiene un origen, un ayer y un mañana. Pensemos que si el tiempo pudiera contener a יהוה Dios, entonces sería más grande que Él. El tiempo es más grande que el humano porque morimos y nos deja atrás, entre las páginas del libro de la historia real que pienso יהוה Dios bendito celosamente conserva en su santa, eterna e infinita memoria para el día del juicio final.
Finalmente, diré que Dios es el único que crea בָּרָ֣א mientras que el humano sólo descubre y ensambla lo que Dios creó, es decir, lo que existía y el humano lo ignoraba hasta el preciso momento en que lo descubrió.
Gen. 1, vs 1:
אֵ֥ת הַשָּׁמַ֖יִם וְאֵ֥ת הָאָֽרֶץ
o “…a los cielos y a la tierra…”: Primero se declaran los cielos y luego la tierra, lo cual pudiera indicar que los cielos son más importantes que la tierra.
Gen. 1, vs 2:
וְהָאָ֗רֶץ
o “…y la tierra…”: De los cielos no se dice nada aunque de la tierra sí. Consecuentemente, ello deja la puerta abierta para cualquier posibilidad incluso de vida extra-terrenal, lo cual pudiera reforzar la eventualidad de la existencia de seres más evolucionados y menos evolucionados que nosotros.
Gen. 1, vs 2:
הָיְתָ֥ה תֹ֙הוּ֙ וָבֹ֔הוּ וְחֹ֖שֶׁךְ עַל־פְּנֵ֣י תְה֑וֹם
o “…caótica, desolada, oscura sobre la faz del abismo…”: En estado muy elemental, incapaz de albergar vida. Recordemos que la vida resultó posible luego, en virtud de todo un desarrollo del medio ambiente. El marco de condiciones se debía de fraguar antes de que la vida apareciera en la tierra.
Gen. 1, vs 2:
וְר֣וּחַ אֱלֹהִ֔ים
o “… y el espíritu de Dios…”: Era la voluntad divina la que planificaba. Hay que reconocer que el espíritu de Dios no tiene nada que ver con ningún tipo de energía porque toda energía forma parte del mundo físico y Dios no tiene representación en el ámbito material, sujeto al tiempo y al espacio. El espíritu, por puro, no tiene las limitaciones que puede uno encontrar en la dimensión tiempo-espacio. Por ejemplo, el alma, la alegría, la dignidad, el amor, la virtud, etc., pertenecen a la dimensión espiritual y no se pueden medir ni calibrar porque son de naturaleza infinita e indefinible en el marco tiempo-espacio. No tienen representación concreta porque son de género abstracto y por ende indescriptible. La energía, en cambio, se puede percibir por los sentidos físicos y se puede cuantificar.
Gen. 1, vs 2:
מְרַחֶ֖פֶת עַל־פְּנֵ֥י הַמָּֽיִם
o “…se movía sobre la faz de las aguas…”: El término מְרַחֶ֖פֶת o “…se movía…” viene a indicarnos que el amor, la voluntad, la inteligencia y la sabiduría divinas tenían un propósito y operaban en las aguas de forma dinámica, en el sentido de crear y proteger la vida en el planeta tierra. Por otro lado, la Biblia parece indicarnos que el proceso de la vida se inició en el agua, lo cual está corroborado por el mundo científico. Por eso se busca agua en los demás planetas como el elemento más básico de la vida. La funcion del agua es diluir los elementos para que puedan se absorbidos por otros elementos en las cantidades precisas para sostener su vida
Gen. 1, vs 3:
וַיֹּ֥אמֶר אֱלֹהִ֖ים
o “…y dijo Dios…”: En realidad es más que decir; es la voluntad divina en acción en función del propósito que Dios tenía en consideración. Se trata de la fase de implementación más que de la fase de concepción.
Gen. 1, vs 3:
יְהִ֣י א֑וֹר וַֽיְהִי־אֽוֹר
o “…que sea la luz y fue la luz…”:
“Y DIJO DIOS, QUE SEA LA LUZ (ENERGÍA) Y FUE LA LUZ.”
Desde entonces, el universo representa una singular fuente de energía e inteligencia de la cual emana todo cuanto existe en forma de fluctuaciones y ondas dentro de un campo unificado. Todo luce ser energía, incluso la materia, la cual fue definida por Einstein como una forma de energía empacada compuesta por átomos subdivididos en partículas subatómicas (protones, neutrones y electrones). Las concepciones previas Ptolomea y Newtoniana, consistente en catalogar a la materia como algo fijo o estático, se modificó dando paso a la nueva corriente de pensamiento y formando un nuevo paradigma en la relación espíritu-materia, de la cual está compuesto también el ser humano, ya que tanto la mente como el cuerpo, en su base, representan una concentración localizada de diferentes formas de energía, a excepción del espíritu, el cual no está formado de energía de ninguna clase.
La concepción tradicional del espíritu como algo abstracto, espectral o fantasmal y del organismo humano como algo tangible y estático se reformó a la luz de los nuevos descubrimientos de la mecánica quántica acercando las diferencias existentes entre el pensamiento y la materia. En este sentido, en la rama medica futurista se habla ya de una nueva perspectiva y disciplina con respecto a la medicina tradicional, la cual contemplaría “el todo”, espíritu, mente y cuerpo a la vez, entendiendo que el espíritu representa al ser y a la voluntad libre o causa; la mente a la unidad de proceso o “interface” y el cuerpo, al marco donde se refleja la consecuencia por la acción libre (relación psicosomática.)
Para entender bien esta relación, es preciso constatar que en el organismo humano se advierten una categoría de sustancias químicas generadas por el pensamiento o sensación, conocidas con el nombre de Neuro-peptidas, las cuales se encuentran distribuidas a través del organismo en receptáculos localizados en varios órganos importantes. Esto hace que, como consecuencia de un pensamiento determinado, se produzca una reacción física manifiesta en ellos. Por ejemplo, cuando nos dan un susto, el corazón late más aprisa, las manos tiemblan y hay secreción de las glándulas sudoríficas, entre otras reacciones más. Todo esto sucede en una fracción de segundo aunque sus consecuencias duren en eliminarse a veces horas o días. También se pueden auto-activar estas sustancias químicas en condiciones de estrés diario y no solamente como reacción a una emergencia en tiempo de crisis. La falta de armonía interna produce un bloqueo de energía entre el organismo y la fuente de energía cósmica. De ahí que paradójicamente, en determinadas circunstancias, experimentemos falta de energía y cansancio cuando en el universo lo que sobreabunda es la energía. Por eso, es necesario desbloquear los mecanismos que hemos advertida o inadvertidamente activado al romper la armonía con la fuente originaria de la energía cósmica. Por ejemplo, pensemos que existen personas que son capaces de estar concentradas produciendo gran capacidad de actividad, sin que por ello se sientan agotadas o ni siquiera cansadas. El secreto reside en la armonía interna y externa que el individuo exitoso es capaz de orquestar. Ello obedece al entendimiento y al sometimiento a las leyes naturales que gobiernan el universo, las cuales, se representan en la Biblia como מצות o mandamientos divinos. Estos no se pueden romper sin causarnos daño ya sea a corto o a largo plazo. Por eso está dicho:
לפני יהוה תטהרו o “… Delante de Dios limpiaros…”, lo cual se refiere a las impurezas en el carácter. Es preciso entender que persiguiendo la compasión, la verdad, la justicia y la razón, se llega al mismo resultado que observando el mandamiento divino.
Gen. 1, vs 4:
וַיַּ֧רְא אֱלֹהִ֛ים אֶת־הָא֖וֹר כִּי־ט֑וֹב
o “…y vio Dios a la luz, la cual era buena…”: Esto demuestra que Dios se cercioró bien de que era buena, en su parecer, es decir, obedecía al propósito dentro del esquema del servicio del humano a Dios. Digo esto porque la luz, o la energía, no pueden ser ni buenas ni malas ya que no tienen carácter propio. El carácter se lo da la intencionalidad humana en el ejercicio del libre albedrío.
Gen. 1, vs 4:
וַיַּבְדֵּ֣ל אֱלֹהִ֔ים בֵּ֥ין הָא֖וֹר וּבֵ֥ין הַחֹֽשֶׁךְ
o “…Y separó Dios entre la luz y la oscuridad…”: Aquí pudiera estar la primera mención del universo de dimensión dual, es decir, la luz y la oscuridad, el bien y el mal, el día y la noche, el frío y el calor, etc.. La separación de la luz vis a vis de la oscuridad, indica que la oscuridad posee características diferentes a las de la luz representando dos perspectivas de un mismo universo en dualidad o conflicto aparente más que real porque ambas son realmente complementarias y sirven a una misma unidad. Bajo un punto de vista espiritual, el mundo de la dualidad es el mundo del conflicto, es decir, el mundo del contraste entre dos polos aparentemente antagónicos. El humano ha de entender estos aparentes opuestos y transcenderlos para alcanzar la armonía, la cual incorpora a ambos en un mismo propósito superior
.LA DUALIDAD Y LA ARMONÍA UNIVERSAL U ORDEN SUPERIOR
Observando como operan las fuerzas en el universo, vemos como existen elementos que uno pudiera considerar como opuestos, por ejemplo: El día y la noche; la vida y la muerte; el bien y el mal; el femenino y el masculino; el positivo y el negativo; el fuego y el agua; el frío y el calor; la alegría y la pena; el cansancio y el reposo; etc. Este orden universal compuesto de dualidades tiende a confundir, de alguna manera, cuando uno pretende definir algo desde una perspectiva unipolar. Parece como si el conflicto existencial estuviera a la base de todo y lo inevitable de la confrontación, en virtud de esta bipolaridad, fuese un hecho irreversible. Sin embargo, este fenómeno de la dualidad, debe de ser bien entendido porque aunque parezcan fuerzas mutuamente exclusivas entre sí, desde una perspectiva global o unitaria, son absolutamente necesarias, en tiempos alternativos, y se complementan formando un ente unitario en armonía; me explico:
La dualidad viene a oponer dos realidades, una frente a la otra y ambas, aparentemente, incompatibles entre sí. Cada realidad, desde su propia perspectiva, se atiene a su condición mostrándose intolerante vis a vis de la presencia de su opuesta. Sin embargo, cada opuesto tiene su reino en su tiempo y ambos se complementan alternativamente en sus funciones, es decir, a veces, el carácter de uno, como mejor se entiende y se define, es en función de su opuesto. Es cierto que a primera vista, este sistema dualista pudiera entenderse como conflictivo o confrontador; sin embargo, para el sabio de mente y bueno de corazón, no resulta así. Por ejemplo, es fácil entender como la cooperación y la tolerancia, en vez de la confrontación y el exclusivismo, son los que, de verdad, tienen futuro en un universo en paz y no en guerra. Una cooperación que entiende y hace posible que entidades aparentemente opuestas operen complementándose las unas a las otras, en tiempos alternativos, formando un conjunto en armonía. Esta armonía es posible merced al carácter fuertemente marcado y a la aparente intransigencia de un opuesto para con el otro, aunque cada uno en su tiempo. En otras palabras, si la noche decidiera ser más tolerante con su opuesto, el día, y comprometer o perder parte de su carácter de intransigencia, entonces la relación trabajo-descanso se vería seriamente amenazada, poniendo en peligro la propia esencia. Es algo así como sostenerse en equilibrio sobre los dos pies en vez de sobre uno solo. El entendimiento del orden universal o cósmico, constituido por todos los elementos duales que la componen, apunta al hecho de una realidad unitaria y superior constituida a partir de dos elementos aparentemente opuestos. Esta perspectiva contempla una misma realidad espiritual superior a la que sirven ambos polos aparentemente antagónicos.
¿Cuál es la enseñanza en términos de la interacción social humana? El humano puede resultar diferente y hasta puede parecer incompatible vis a vis de otro. Sin embargo, cada cual tiene algo único que aportar para enriquecer a la totalidad que representa la humanidad como entidad única. Este algo, debe de ser comprendido dentro del esquema de la diversidad y de mayor riqueza de opciones disponibles. La intolerancia proviene de un enfoque unipolar porque la dualidad y la diversidad bien entendidas deben de contemplar necesariamente la existencia de ambos antónimos presentes, en tiempos alternativos para ofrecer dos perspectivas en vez de una. Por ejemplo, se necesita estar sometido, en diferentes tiempos, al intenso calor y al intenso frío para poder realizar que, cuando se está justo en el medio, se está gozando de una temperatura agradable. Sin los extremos de rigor, esto no sería perceptible a la inteligencia relativa humana.
Finalmente, la ley pendular consiste en que el péndulo va desde un extremo hasta el otro para volver luego al anterior. Este movimiento es necesario para encontrar el centro ideal en el cual cesará todo movimiento. Esto representaría el haber llegado al punto de crecimiento espiritual ideal para que el conflicto no se manifieste más. Se habría alcanzado el estado de trascendencia, el Nirvana o el punto de no retorno a la dualidad.
Parashat Bereshit – English reading