Gen. 25, vs 19:
וְאֵ֛לֶּה תּוֹלְדֹ֥ת יִצְחָ֖ק
o “…y estas son las generaciones de Isaac…”: La Biblia enseña que la humanidad es una cadena que se traspasa de padres a hijos. En ningún momento se indica que existe la reencarnación en las mismas personas ya muertas, sino a través de los hijos.
Gen. 25, vs 20:
וַיְהִ֤י יִצְחָק֙ בֶּן־אַרְבָּעִ֣ים שָׁנָ֔ה בְּקַחְתּ֣וֹ אֶת־רִבְקָ֗ה
o “…Y era Isaac de cuarenta años cuando tomó a Rebeca…”: Isaac vivió una época larga con su padre antes de casarse. Fue precisamente cuando murió Sara su madre cuando se sintió vacío y con deseos de casarse. Isaac vivía en Beersheva con su padre y no con su madre la cual vivía en Hebron.
Gen. 25, vs 21:
וַיֶּעְתַּ֨ר יִצְחָ֤ק לַֽיהֹוָה֙ לְנֹ֣כַח אִשְׁתּ֔וֹ כִּ֥י עֲקָרָ֖ה הִ֑וא
o “…Y suplicó Isaac a Jehová Dios (después de 19 años de infertilidad) a favor de su esposa porque era estéril…”: Las cuatro madres que hicieron posible las 12 tribus de Israel, precisaron del concurso de Dios para poder dar a luz a sus hijos. En este caso, vemos como Isaac tiene que suplicar a Dios para que le conceda hijo y recordemos como Isaac mismo, vino al mundo por intervención espectacular de Dios ya que Sarah tenía 90 años cuando le concibió. Todo ello denota el carácter milagroso del Israel espiritual como
עם סגולה מכול העמים וגוי קדוש
o “…pueblo especial de entre todos los pueblos y nación santa…”.
Gen. 25, vs 21:
וַיֵּעָ֤תֶר לוֹ֙ יְהֹוָ֔ה וַתַּ֖הַר רִבְקָ֥ה אִשְׁתּֽוֹ
o “…Y lo aceptó Dios y dio a luz Rebeca su mujer…”: Debido a que las vocales no existían en la Biblia original, la primera palabra de la frase de la petición de Isaac a Dios וַיֵּעָ֤תֶר corresponde exactamente, letra por letra, a la primera palabra de la frase de la respuesta de Dios a Isaac וַיֵּעָ֤תֶר. No es casualidad. En este caso, aparentemente, La Biblia quiere informar de que el pacto de Dios con Abrahán y con su simiente, está compuesto por dos partes iguales: El compromiso de Dios para con Israel y el compromiso de Israel para con Dios, en el sentir de la frase bíblica: “…Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo (santo)…”. Dios atendió a la demanda de Isaac tal y como Isaac atendía a las demandas de Dios. Los que piensan que Dios va a hacer el trabajo del humano, enviando a un Mesías para que resuelva los problemas del mundo, andan errados porque Dios sólo va a cumplir la parte del pacto que le corresponde, no la del humano, la cual compete 100% al humano el cumplirla. ¡No hay Mesías! Así que a crecer espiritualmente porque ese es el camino del encuentro espiritual con Dios.
Gen. 25, vs 22:
וַיִּתְרֹֽצְצ֤וּ הַבָּנִים֙ בְּקִרְבָּ֔הּ
o “…Y luchaban entre sí los hijos dentro de ella…”: En la matriz de Rebeca, luchaban los hermanos en vez de vivir en armonía el uno con el otro ya que eran hijos de unos mismos padres. Esto molestó a Rebeca mucho ya que no entendía la esencia y razón del conflicto y la violencia entre hermanos. La humanidad se auto-destruye en banales y fútiles reyertas intestinas. Es preciso entender que la humanidad es una y de que el mandamiento de: “…amar al prójimo como a sí mismo…”, viene a enfatizar este hecho.
Gen. 25, vs 22:
אִם־כֵּ֔ן לָ֥מָּה זֶּ֖ה אָנֹ֑כִי וַתֵּ֖לֶךְ לִדְרֹ֥שׁ אֶת־יְהֹוָֽה
o “…Si es así, ¿para qué existo? Y fue a consultar a Jehová (Dios)…”: Rebeca, filosóficamente hablando, no entiende la naturaleza del conflicto y cuestiona la razón de la existencia humana. Si de su mismo vientre van a ser engendrados dos hijos ¿por qué habrían de antagonizar eliminándose el uno al otro? ¿Por qué la humanidad se envidia y hasta se matan los unos a los otros, siendo todos hermanos en Adán y Eva? ¿Cual es la razón y finalidad de un mundo en el cual Dios crea la vida para que haya confrontación y no cooperación, odio y no amor? Rebeca se pregunta cual es el camino de la santidad. A. Machado, solía decir: “…caminante, no hay camino; se hace camino al andar…”. La Biblia da a entender, sin embargo, lo siguiente: “…Caminante, sí hay camino; se transita por él al amar…”. El problema principal consiste en que el humano rara vez busca belleza. Prefiere ver carencias y defectos en los demás, es decir, se identifica con lo feo más fácilmente que con lo bello. ¿Saben por qué? Porque no es consciente de la belleza que existe en él y ese es su punto de referencia.
Gen. 25, vs 23:
וַיֹּ֨אמֶר יְהֹוָ֜ה לָ֗הּ שְׁנֵ֤י (גיים) [גוֹיִם֙] בְּבִטְנֵ֔ךְ וּשְׁנֵ֣י לְאֻמִּ֔ים מִמֵּעַ֖יִךְ
o “…Y le dijo Jehová Dios a ella (Rebeca): Dos naciones en tu vientre y dos pueblos en tus entrañas…”: Dios le está anunciando que, en el mundo, la diversidad y el conflicto son necesarios y que cada una de las dos naciones seguirá un curso diferente formando su propia cultura y camino. Es el mundo de la dualidad, el cual se debate en la dimensión tiempo espacio (sufrimiento y muerte). Para superar este mundo de la dualidad, es preciso integrarse al mundo espiritual, el cual trasciende tiempo y espacio donde no existe ni tiempo ni muerte.
Gen. 25, vs 23:
יִפָּרֵ֑דוּ וּלְאֹם֙ מִלְאֹ֣ם יֶֽאֱמָ֔ץ וְרַ֖ב יַעֲבֹ֥ד צָעִֽיר
o “…Se separará pueblo de pueblo y competirán en esfuerzo y el (pueblo) mayoritario, servirá al (pueblo) pequeño…”: Dios separa las voluntades y sus experiencias para que luego, desde perspectivas distintas se enfrenten entre sí con el fin de que compitan en el terreno espiritual y se complementen mutuamente. Bien entendido, es una cooperación en la confrontación, parecido a la problemática del matrimonio, la cual está compuesta del masculino y del femenino (Yin-Yang) en función de dos fuerzas independientes que se unen en una o se complementan. Por otro lado, el hecho de que la fuerza pequeña o menos numerosa sea la que se enseñoree sobre la grande, tiene que ver con la selectividad de la elite o la excelencia, la cual no abunda precisamente porque es calidad en vez de cantidad. El mayor (Esaú) iba a personificar a la fuerza bruta y el menor (Jacob o Israel) iba a encarnar a las fuerzas sutiles del pensamiento, a través del cultivo del intelecto al servicio de la expansión de la conciencia. Rebeca pareció satisfecha con la respuesta porque no replicó.
Gen. 25, vs 24:
וַיִּמְלְא֥וּ יָמֶ֖יהָ לָלֶ֑דֶת וְהִנֵּ֥ה תוֹמִ֖ם בְּבִטְנָֽהּ
o “…y se cumplieron sus días para dar a luz y he aquí mellizos en su vientre…”: La bendición de Dios fue doble. De hecho, no tendrían más hijos.
Gen. 25, vs 25:
וַיֵּצֵ֤א הָרִאשׁוֹן֙ אַדְמוֹנִ֔י כֻּלּ֖וֹ כְּאַדֶּ֣רֶת שֵׂעָ֑ר וַיִּקְרְא֥וּ שְׁמ֖וֹ עֵשָֽׂו
o “…y salió el primero rojizo todo, velludo de piel y le dieron por nombre Esaú…”: El versículo lo describen con cierta característica animal.
Gen. 25, vs 26:
וְיָד֤וֹ אֹחֶ֙זֶת֙ בַּעֲקֵ֣ב עֵשָׂ֔ו
o “…y su mano (Jacob) asida del talón de Esaú…”: Esaú representa el aspecto animal del humano y Jacob el espiritual. Ello simboliza la constante lucha entre la facultad de pensamiento o la razón y la fuerza bruta. La razón no puede permitir dejar en paz a los que, con actitud prepotente, se imponen a los demás por la fuerza bruta. Al final, la fuerza bruta será sometida a la fuerza de la razón y del derecho para siempre.
Gen. 25, vs 27:
עֵשָׂ֗ו אִ֛ישׁ יֹדֵ֥עַ צַ֖יִד אִ֣ישׁ שָׂדֶ֑ה
o “…Esaú, hombre diestro en la caza, hombre de campo…”: El prototipo de Esaú personificaba al individuo curtido, extrovertido, agresivo, valiente, optimista, luchador, diestro en el manejo de armas y en la supervivencia en condiciones naturales difíciles, en pocas palabras, el hombre de ambición y de descontroladas pasiones que reacciona al medio ambiente exterior y que desconoce las fuerzas espirituales internas del ser.
Gen. 25, vs 27:
וְיַעֲקֹב֙ אִ֣ישׁ תָּ֔ם יֹשֵׁ֖ב אֹהָלִֽים
o “…y Jacob hombre armonizado, el cual habitaba en tiendas de campaña…”: Jacob encarnaba al ser pacífico, introvertido, meditabundo, perfeccionista, frío y calculador, tranquilo, planificador, en pocas palabras, al ser pensante y espiritual el cual actúa en vez de reaccionar, en control de sus pasiones mundanas porque es consciente y se hace responsable por las consecuencias de sus acciones.
Gen. 25, vs 28:
וַיֶּאֱהַ֥ב יִצְחָ֛ק אֶת־עֵשָׂ֖ו כִּי־צַ֣יִד בְּפִ֑יו וְרִבְקָ֖ה אֹהֶ֥בֶת אֶֽת־יַעֲקֹֽב
o “…y amó Isaac a Esaú porque era proveedor a pedir de boca y Rebeca amaba a Jacob…”: Esaú era el individuo de mundo, atrevido, fanfarrón que sabia conseguir las cosas de manera muy práctica e inteligente y por eso el padre, a mi entender, le admiraba más que lo amaba. Sin embargo, Jacob era el hombre poco reluciente aunque más sabio y bondadoso, por eso su madre lo tenía en mayor consideración ya que, posiblemente, la servia de consejero y de mejor compañía.
Gen. 25, vs 29:
וַיָּ֥זֶד יַעֲקֹ֖ב נָזִ֑יד וַיָּבֹ֥א עֵשָׂ֛ו מִן־הַשָּׂדֶ֖ה וְה֥וּא עָיֵֽף
o “…y cocinó Jacob un guisado y vino Esaú del campo y el estaba hambriento…”: Jacob era auto-suficiente y sabía cocinar porque era varón de casa y no gustaba mucho de las aventuras de la calle. Era introvertido y pensador. Esaú, sin embargo, era hombre de la calle y aparentemente, solía venir a casa para comer y para dormir. Por eso vemos que Esaú necesita de Jacob y no Jacob de Esaú.
Gen. 25, vs 30:
הַלְעִיטֵ֤נִי נָא֙ מִן־הָאָדֹ֤ם הָאָדֹם֙ הַזֶּ֔ה כִּ֥י עָיֵ֖ף אָנֹ֑כִי
o “…Permíteme, por favor, devorar del rojo, rojo este porque estoy cansado yo…”: El término הַלְעִיטֵ֤נִי o “devorar” indica la condición bastante animal de Esaú lo cual dio pie a Jacob a intentar sacar partido espiritual de ello. El término אָנֹ֑כִי o “…Yo, en el sentido más egoísta…”, indica centrismo. Esaú estaba centrado en sí mismo y tenía poca consideración hacia los demás.
Gen. 25, vs 31:
וַיֹּ֖אמֶר יַעֲקֹ֑ב מִכְרָ֥ה כַיּ֛וֹם אֶת־בְּכֹרָֽתְךָ֖ לִֽי
o “…Y dijo Jacob: Vende hoy tu primogenitura a mí…”: Jacob conocía a su hermano por adentro y le lanzó una trampa espiritual porque presentía que el hermano iba a caer en ella. Jacob le invita a Esaú a que se pronuncie acerca de lo que él piensa con relación a los valores espirituales inherentes a la primogenitura. Jacob escogió el momento y el lugar oportunos ya que el hermano estaba cansado y hambriento y le tentó con un guisado muy vistoso y seductor. Jacob está usando aquí un ardid estratégico de naturaleza femenina (Yin), una mezcla de sutilidad y de astucia, porque le está envolviendo al hermano, el cual presenta características marcadas de varón (Yang.)
Gen. 25, vs 32:
וַיֹּ֣אמֶר עֵשָׂ֔ו הִנֵּ֛ה אָנֹכִ֥י הוֹלֵ֖ךְ לָמ֑וּת וְלָמָּה־זֶּ֥ה לִ֖י בְּכֹרָֽה
o “…y dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir (de hambre), ¿ y de que me sirve la primogenitura?…”: Esaú está cayendo en la trampa que le tendió el hermano y está reconociendo abiertamente que no le tiene respeto alguno al concepto de la primogenitura ni a lo que espiritualmente representa. Jacob está demostrando que Esaú, aunque es el primogénito, no hace honor a su condición espiritual y por consiguiente no merece conservarla. Este es un universo en el cual, el que no sabe apreciar lo que tiene para defenderlo, corre el serio peligro de perderlo.
Gen 25, vs 33:
וַיֹּ֣אמֶר יַעֲקֹ֗ב הִשָּׁ֤בְעָה לִּי֙ כַּיּ֔וֹם וַיִּשָּׁבַ֖ע ל֑וֹ וַיִּמְכֹּ֥ר אֶת־בְּכֹרָת֖וֹ לְיַעֲקֹֽב
o “…Y dijo Jacob: Júrame hoy (que eso es lo que de verdad piensas) y le juró (Esaú) y compró su primogenitura para Jacob…”: Jacob insta a Esaú, a que, a través del juramento, seria y oficialmente, considere el alcance y las implicaciones de lo que está diciendo y Esaú, llevado por el impulso de la satisfacción por el deseo físico, jura, menospreciando de hecho la primogenitura, como reza en el versículo siguiente.
Gen 25, vs 34:
וַיִּ֥בֶז עֵשָׂ֖ו אֶת־הַבְּכֹרָֽה
o “… y despreció Esaú la primogenitura (espiritual)…”.
Gen. 26, vs 1:
וַיֵּ֧לֶךְ יִצְחָ֛ק אֶל־אֲבִימֶ֥לֶךְ מֶֽלֶךְ־פְּלִשְׁתִּ֖ים גְּרָֽרָה
o “…y se fue Isaac a Abimelec, rey de los Filisteos en Guerar…”: Los filisteos (palestinos) habitaban en la tierra de Canaán, lo cual demuestra que son anteriores a los israelitas en la tierra prometida. La ciudad de Guerar corresponde muy posiblemente a Gaza, la cual hace frontera con el Sinaí, Egipto.
Gen. 26, vs 2:
אַל־תֵּרֵ֣ד מִצְרָ֑יְמָה
o “…No desciendas a Egipto…”: Dios no quiere que Isaac se traslade a la tierra de Egipto. Desea que resida en la tierra prometida en filistea (palestina), porque allí le va a bendecir. Dios tenía reservado, para Jacob (Israel) y su descendencia, el traslado a Egipto.
Gen. 26, vs 3:
גּ֚וּר בָּאָ֣רֶץ הַזֹּ֔את וְאֶֽהְיֶ֥ה עִמְּךָ֖
o “…Habita en la tierra esta y yo estaré contigo…”: Dios parece estar condicionando la bendición a la tierra adonde habita Isaac. Esto es así porque representa la promesa que Dios le hizo a su padre Abrahán en el sentido de darle esa tierra a él y a su descendencia (Isaac) después de él, como reza al final del versículo:
וַהֲקִֽמֹתִי֙ אֶת־הַשְּׁבֻעָ֔ה אֲשֶׁ֥ר נִשְׁבַּ֖עְתִּי לְאַבְרָהָ֥ם אָבִֽיךָ
o “… Y confirmaré el juramento que juré a Abrahán tu padre…”.
Gen. 26, vs 3:
וַאֲבָרְכֶ֑ךָּ כִּֽי־לְךָ֣ וּֽלְזַרְעֲךָ֗ אֶתֵּן֙ אֶת־כׇּל־הָֽאֲרָצֹ֣ת הָאֵ֔ל
o “…y te bendeciré ya que a ti y a tu descendencia daré todas esta tierras de Dios…”: La tierra santa que Dios escogió, para que su “Nombre” o el símbolo de la cercanía de su santa presencia moraba en el Templo, en Jerusalén. Tierra con carácter espiritual de la cual iba a emanar la ley de Dios en el sentir:
כי מציון תצה תורה ודבר יהוה מירושלים
o “…ya que de Sión (Israel) saldrá la ley (Biblia) y la palabra de Jehová desde Jerusalén…”.
Gen. 26, vs 4:
וְהִתְבָּרְכ֣וּ בְזַרְעֲךָ֔ כֹּ֖ל גּוֹיֵ֥י הָאָֽרֶץ
o “…y serán bendecidas en tu simiente todas las naciones de la tierra…”: A través de la santificación de Israel, se verán bendecidas todas las naciones de la tierra porque la santidad le será transmitida a Israel, indirectamente, cuando ellos la aprecien en los valores espirituales de la Torah de Moisés, no en la הלכה o religión farisaica rabínica la cual secuestró al judaísmo desde hace 2,000 años.
Gen. 26, vs 5:
עֵ֕קֶב אֲשֶׁר־שָׁמַ֥ע אַבְרָהָ֖ם בְּקֹלִ֑י וַיִּשְׁמֹר֙ מִשְׁמַרְתִּ֔י מִצְוֺתַ֖י חֻקּוֹתַ֥י וְתוֹרֹתָֽי
“…Por haber escuchado Abrahán mi voz y guardar mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes…”: Dios le recuerda a Isaac, la importancia que tiene el escuchar e implementar, en la vida de todos los días, el precepto divino porque es así como la vida florece en este universo el cual juzga y sanciona todo cuanto el humano, en general, y el judío, en particular, hacen. (ley kármica de causa y efecto).
Gen. 26, vs 6:
וַיֵּ֥שֶׁב יִצְחָ֖ק בִּגְרָֽר
o “…y habitó Isaac en Guerar…”: Vemos como Isaac obedeció al consejo divino. Tengamos en cuenta que el humano tiene libertad de acción, en virtud del libre albedrío y pudiera, si así lo deseara, desatender el consejo divino. Isaac escogió seguir el consejo de Dios.
Gen. 26, vs 7:
אֲחֹ֣תִי הִ֑וא
o “…mi hermana es…”: Isaac, como habitaba en la tierra de los Filisteos, opta por la misma alternativa de Abrahán, su padre, cuando descendió a este mismo lugar en Gerar, la de decir que su esposa era su hermana con el fin de salvaguardar su vida; sin embargo, Sara sí era media hermana de Abrahán mientras que Rebeca era prima hermana, solamente.
Gen. 26, vs 8:
וַיַּשְׁקֵ֗ף אֲבִימֶ֙לֶךְ֙ מֶ֣לֶךְ פְּלִשְׁתִּ֔ים בְּעַ֖ד הַֽחַלּ֑וֹן
o “…Y espió Abimelec, rey de los Filisteos, a través de la ventana…”. El rey Abimelec, al oír que Isaac decía de Rebeca que era su hermana, sospechó que estaba mintiendo como le había hecho Abrahán, su padre, y por eso le espió por la ventana… ¡y vaya si tenía razón!
Gen. 26, vs 8:
יִצְחָק֙ מְצַחֵ֔ק אֵ֖ת רִבְקָ֥ה אִשְׁתּֽוֹ
o “…Isaac flirteando con Rebeca su mujer…”: El término מְצַחֵ֔ק o “flirtear”, significa también jugar, aunque aquí, este no es el sentido exacto.
Gen. 26, vs 10:
מַה־זֹּ֖את עָשִׂ֣יתָ לָּ֑נוּ כִּ֠מְעַ֠ט שָׁכַ֞ב אַחַ֤ד הָעָם֙ אֶת־אִשְׁתֶּ֔ךָ וְהֵבֵאתָ֥ עָלֵ֖ינוּ אָשָֽׁם
o “…Qué es esto que hiciste con nosotros, casi alguien del pueblo pudo haberse acostado con tu mujer y eso nos traería un pecado…”: Abimelec aún recuerda la amonestación de Dios en el episodio con Abrahán, su padre, y temió por él y por su pueblo, ahora con su hijo Isaac.
Gen. 26, vs 10:
כִּ֠מְעַ֠ט שָׁכַ֞ב אַחַ֤ד הָעָם֙ אֶת־אִשְׁתֶּ֔ךָ
o “…casi se iba a acostar alguno del pueblo con tu esposa…”: Abimelec le quiere hacer responsable a Isaac por cualquier intento de apropiación de Rebeca ya que él la presentó en la sociedad como su hermana y no como su esposa.
Gen. 26, vs 11:
וַיְצַ֣ו אֲבִימֶ֔לֶךְ אֶת־כׇּל־הָעָ֖ם לֵאמֹ֑ר הַנֹּגֵ֜עַ בָּאִ֥ישׁ הַזֶּ֛ה וּבְאִשְׁתּ֖וֹ מ֥וֹת יוּמָֽת
o “…y ordenó Abimelec a todo el pueblo diciendo: El que toque a este hombre (Isaac) y a su esposa, morir, morirá…”: Como Abimelec ya había vivido la experiencia similar con Abrahán, su padre, cuando se le apareció Dios en sueños y le amenazó, se asustó tanto que, esta vez, promulgó un edicto con el fin de no ser castigado por Dios. Es de notar el hecho que Dios no se le apareció, en esta instancia, con Isaac.
Gen. 26, vs 12:
מֵאָ֣ה שְׁעָרִ֑ים
o “…cien puertas…”: Esto significa “ciento por uno”, lo cual es una forma de decir que cosecho cien veces lo que sembró (muchísimo.)
Gen. 26, vs 13:
וַיִּגְדַּ֖ל הָאִ֑ישׁ וַיֵּ֤לֶךְ הָלוֹךְ֙ וְגָדֵ֔ל עַ֥ד כִּֽי־גָדַ֖ל מְאֹֽד
o “…Y se engrandeció el hombre y yendo y volviendo, se siguió engrandeciendo hasta que creció sobremanera…”: En esta frase, tres veces se hace el uso de la raíz del mismo vocablo ( וַיִּגְדַּ֖ל וְגָדֵ֔ל גָדַ֖ל ) para significar que se hizo muy, muy rico.
Gen. 26, vs 14:
וַיְקַנְא֥וּ אֹת֖וֹ פְּלִשְׁתִּֽים
o “…Y le envidiaron los Filisteos…”: Por el hecho de ser tan próspero en tierra ajena, era natural que los ciudadanos le miraran con envidia ya que ellos no tenían esa abundancia. Los Filisteos ignoraban que, lo que le hacía tan exitoso, era la bendición de Dios a su padre Abrahán y a él, y no el saber hacer estrictamente comercial de Isaac.
Gen. 26, vs 15:
וְכׇל־הַבְּאֵרֹ֗ת אֲשֶׁ֤ר חָֽפְרוּ֙ עַבְדֵ֣י אָבִ֔יו בִּימֵ֖י אַבְרָהָ֣ם אָבִ֑יו סִתְּמ֣וּם פְּלִשְׁתִּ֔ים וַיְמַלְא֖וּם עָפָֽר
o “…Y todos los pozos que habían cavado los siervos de su padre, del tiempo de Abrahán, su padre, los habían cerrado los Filisteos y los habían cubierto de polvo (tierra)…”: Esto parece bien estúpido porque si los pozos eran tan necesarios para las cosechas, ¿por qué los filisteos los cubrían? Por un lado, vemos que le envidiaban a Isaac por ser prospero y por el otro no se daban por enterados acerca de las causas de su éxito, es decir, las fuentes abundantes de agua.
Gen. 26, vs 16:
וַיֹּ֥אמֶר אֲבִימֶ֖לֶךְ אֶל־יִצְחָ֑ק לֵ֚ךְ מֵֽעִמָּ֔נוּ כִּֽי־עָצַ֥מְתָּ מִמֶּ֖נּוּ מְאֹֽד
o “…Y dijo Abimelec a Isaac: Vete de con nosotros porque ya prosperaste más que nosotros mucho…”: Abimelec no se atrevió a hacerle daño, sin embargo, le expulsó de su tierra. En justicia, Dios no podía tampoco exigir de Abimelec que la gente se le sublevara a causa de Isaac, en virtud de su poder y riqueza. Este fenómeno sucede también con el pueblo judío, el cual, donde va, se enriquece sobremanera y domina, hasta provocar un día la ira de los ciudadanos, los cuales terminan por expulsarlos en función de ser demasiado exitosos.
Gen. 26, vs 17:
וַיֵּ֥לֶךְ מִשָּׁ֖ם יִצְחָ֑ק וַיִּ֥חַן בְּנַֽחַל־גְּרָ֖ר וַיֵּ֥שֶׁב שָֽׁם
o “…y se fue de allí Isaac y acampó en el valle de Guerar y se instaló allí…”: Isaac buscó un lugar diferente, lejos de la ciudad, para tratar de evitar confrontación alguna con los filisteos.
Gen. 26, vs 18:
וַיְסַתְּמ֣וּם פְּלִשְׁתִּ֔ים אַחֲרֵ֖י מ֣וֹת אַבְרָהָ֑ם
o “…y los cerraron los filisteos, después de la muerte de Abrahán…”: Se transluce que los filisteos no quisieron cerrarlos mientras Abrahán vivía porque posiblemente se pensarían que la relación de Dios era con él y no con su hijo Isaac.
Gen. 26, vs 19:
וַיִּ֨מְצְאוּ־שָׁ֔ם בְּאֵ֖ר מַ֥יִם חַיִּֽים
o “…y encontraron allí un pozo de aguas vivas…”: Dios estaba con Isaac y le hacía prosperar adonde iba. El agua era el elemento base para su prosperidad.
Gen. 26, vs 20:
וַיָּרִ֜יבוּ רֹעֵ֣י גְרָ֗ר עִם־רֹעֵ֥י יִצְחָ֛ק לֵאמֹ֖ר לָ֣נוּ הַמָּ֑יִם וַיִּקְרָ֤א שֵֽׁם־הַבְּאֵר֙ עֵ֔שֶׂק כִּ֥י הִֽתְעַשְּׂק֖וּ עִמּֽוֹ
o “…Y se pelearon los pastores de Guerar contra los pastores de Isaac diciendo: Nuestra es el agua, y llamó el nombre del pozo, contienda porque contendieron con él …”: Isaac era un hombre de paz y eludía toda posibilidad de confrontación, sin embargo, sus pastores contendieron con los pastores del lugar para defender lo que habían hallado. Seguramente, los habitantes de Guerar, instigados por Abimelec, presionaron a Isaac para que se fuera lo antes posible (antisemitismo) de allí también.
Gen. 26, vs 21:
וַֽיַּחְפְּרוּ֙ בְּאֵ֣ר אַחֶ֔רֶת וַיָּרִ֖יבוּ גַּם־עָלֶ֑יהָ וַיִּקְרָ֥א שְׁמָ֖הּ שִׂטְנָֽה
o “…Y cavaron otro pozo y se pelearon también por él y le llamó por nombre enemistad…”: Isaac no se enfrentaba a ellos sino que se limitaba a darle nombre al nuevo pozo para sentar un precedente psicológico y se marchaba a otro lugar. Parece como si Isaac pretendiera que Dios intercediera a su favor con el fin de que los Filisteos le dejaran en paz. Él se amparaba en el derecho más que en la fuerza y contienda.
Gen. 26, vs 22:
וְלֹ֥א רָב֖וּ עָלֶ֑יהָ וַיִּקְרָ֤א שְׁמָהּ֙ רְחֹב֔וֹת וַיֹּ֗אמֶר כִּֽי־עַתָּ֞ה הִרְחִ֧יב יְהֹוָ֛ה
o “…y no se pelearon acerca del pozo y llamó su nombre anchuras y dijo: Ya que ahora ensanchó Dios…”: Efectivamente, Dios, en opinión de Isaac, fue el que ensanchó sus posesiones al permitir que los Filisteos le dejaran en paz.
Gen. 26, vs 24:
אָנֹכִ֕י אֱלֹהֵ֖י אַבְרָהָ֣ם אָבִ֑יךָ אַל־תִּירָא֙
o “…Yo Soy el Dios de Abrahán tu padre, no temas…”: Infiero que esta manifestación no fue como las demás sino más reveladora, por eso le dice: “ … Soy el Dios de Abrahán tu padre…”, he inmediatamente después le dice: “…No temas…”. La presencia del Dios verdadero, cuando es reveladora en cierto grado produce un gran temor porque Dios es como un fuego consumidor. También se le pudiera dar otra interpretación a esto diciendo que Dios le dijo a Isaac no temas porque, como veremos más adelante, el rey Abimelec vino a visitarle con el jefe de su armada Ficol para intimidarle.אָנֹכִ֕י o “…yo, en el sentido posesivo…”, cuando se aplica al humano, significa un centrismo en su ego. Sin embargo, cuando se aplica a Dios, significa un centrismo procedente ya que en Dios no hay egocentrismo. Él es justo, amoroso y verdadero.
Gen. 26, vs 25:
וַיִּ֧בֶן שָׁ֣ם מִזְבֵּ֗חַ וַיִּקְרָא֙ בְּשֵׁ֣ם יְהֹוָ֔ה
o “…Y edificó allí un altar y proclamó el Nombre de Jehová (Dios)…”: Como resultado de la revelación de Dios a él, su conciencia se expandió y se hizo más sensible porque ya estuvo en medida de exclamar el Nombre de Dios, lo que significa que adquirió por medio de esta revelación especial, el conocimiento que le faltaba para reconocer la presencia divina en grado superlativo, es decir, en la trascendencia.
Gen. 26, vs 26:
וּפִיכֹ֖ל שַׂר־צְבָאֽוֹ
o “…y Ficol jefe del ejercito…”: Abimelec, aparentemente, quiere amenazarle indirectamente trayendo con él al jefe del ejercito. Su presencia es una amenaza velada o indirecta.
Gen. 26, vs 27:
וְאַתֶּם֙ שְׂנֵאתֶ֣ם אֹתִ֔י וַתְּשַׁלְּח֖וּנִי מֵאִתְּכֶֽם
o “…Y ustedes me habéis aborrecido y expulsado de con ustedes…”: Isaac, confiado, en virtud del amparo de Dios, se enfrenta al rey Abimelec y a sus acompañantes.
Gen. 26, vs 28:
וְנִכְרְתָ֥ה בְרִ֖ית עִמָּֽךְ
o “…y hagamos pacto contigo…”: Abimelec desea asegurarse de que el hecho de haber expulsado a Isaac, no le va a traer malas consecuencias por parte de Dios y por eso desea pactar con él, argumentando que no han atentado contra él ni que le han hecho daño sino que le han hecho bien ya que le han permitido que se hiciera rico en sus tierras. Es probable que Abimelec temiera que Isaac le pidiera a Dios venganza por haber sido expulsado y agraviado por el cierre de los pozos.
Gen. 26, vs 29:
וַנְּשַׁלֵּֽחֲךָ֖ בְּשָׁל֑וֹם אַתָּ֥ה עַתָּ֖ה בְּר֥וּךְ יְהֹוָֽה
o “…y te enviaremos en paz a ti, ahora eres bendito de Jehová…”: Abimelec tiene miedo de que Isaac, como es bendito de Jehová, le maldiga y él y su país sufran las consecuencias de esa maldición. Por eso, desea asegurarse que a través del pacto, no habrá maldición posible. Abimelec sabe que actuó malamente expulsándole y tiene miedo de ser castigado por Dios.
Gen. 26, vs 30:
וַיַּ֤עַשׂ לָהֶם֙ מִשְׁתֶּ֔ה וַיֹּאכְל֖וּ וַיִּשְׁתּֽוּ
o “…E hizo a ellos un banquete y comieron y bebieron…”: Isaac les demuestra, en cambio, hospitalidad y buenos deseos.
Gen. 26, vs 31:
וַיִּשָּׁבְע֖וּ אִ֣ישׁ לְאָחִ֑יו וַיְשַׁלְּחֵ֣ם יִצְחָ֔ק וַיֵּלְכ֥וּ מֵאִתּ֖וֹ בְּשָׁלֽוֹם
o “…Y juraron, uno a su hermano, y los despidió Isaac y se fueron de con él en paz…”: Pactaron como pactan los hermanos, es decir, en buena lid y los despidió Isaac y se fueron sin temores, rencores ni deseos de venganza.
Gen. 26, vs 32:
מָצָ֥אנוּ מָֽיִם
o “…Encontramos agua…”: Isaac estaba preocupado porque no encontraban agua y por fin la encontraron. La importancia del agua para la supervivencia humana y del ganado era vital en ese tiempo y lugar.
Gen. 26, vs 34:
אֶת־יְהוּדִ֔ית בַּת־בְּאֵרִ֖י הַֽחִתִּ֑י וְאֶת־בָּ֣שְׂמַ֔ת בַּת־אֵילֹ֖ן הַֽחִתִּֽי
o “…a Judit, hija de bery, el Heteo y a Basemat, hija de Elon, el Heteo…”: Las dos mujeres que tomó Esaú para sí eran Heteas y no tenían muy Buena reputación.
Gen. 26, vs 35:
וַתִּהְיֶ֖יןָ מֹ֣רַת ר֑וּחַ לְיִצְחָ֖ק וּלְרִבְקָֽה
o “…Y sirvieron (las dos mujeres que tomó Esaú) de amargura de espíritu para Isaac y Rebeca…”: Tanto Judit como Basemat resultaron ser malas nueras para sus suegros. Las personas tenemos el potencial para inspirar o para defraudar. De cada uno de nosotros es la elección. El que obra malamente no está buscando su propio bien.
Gen 27, vs 1:
וַֽיְהִי֙ כִּֽי־זָקֵ֣ן יִצְחָ֔ק וַתִּכְהֶ֥יןָ עֵינָ֖יו מֵרְאֹ֑ת
o “…y sucedió que era viejo Isaac y se atrofiaron sus ojos para poder ver…”: Isaac perdió la vista y lo atribuyó a su vejez, sin embargo, viviría, varias décadas más. Quizás se había apoderado de él cierto pesimismo en virtud de su ceguera.
Gen 27, vs 2:
לֹ֥א יָדַ֖עְתִּי י֥וֹם מוֹתִֽי
o “…No sé el día de mi muerte…”: ¿No es esta la problemática de todo ser humano? La mente romántica quisiera pensar que esos personajes tan importantes como Isaac, los cuales hasta hablaban con Dios, sabían cuando iban a morir y otras cosas más que nosotros hoy no sabemos. Sin embargo, no es así porque cualquiera de nosotros pudiera desarrollar una amistad con Dios tan maravillosa como la de estos hombres especiales. Pensemos que ellos, en su día, fueron importantes aunque hoy ya no lo sean más que en el recuerdo y, solamente nosotros, los vivos aquí y ahora, somos los que podemos hacer algo para agradar a Dios con el fin de que la humanidad siga adelante. Nuestros antepasados virtuosos, en su tiempo, ya hicieron su parte y ahora nos toca a nosotros el relevo.
Gen. 27, vs 4:
וַעֲשֵׂה־לִ֨י מַטְעַמִּ֜ים כַּאֲשֶׁ֥ר אָהַ֛בְתִּי וְהָבִ֥יאָה לִּ֖י וְאֹכֵ֑לָה בַּעֲב֛וּר תְּבָרֶכְךָ֥ נַפְשִׁ֖י
o “…y hazme un guisado como me gusta y tráemelo y comeré para que te bendiga mi alma…”: Extraño el capricho de Isaac, el cual, pide a Esaú su primogénito que le traiga una buena comida para que su espíritu le bendiga. ¿Será que en el único campo en el que Esaú podía verdaderamente sobresalir era en el material e Isaac como lo sabía, le ordenó eso en vez de pedirle algo espiritual? ¿Será que Isaac, ya de viejo, había perdido parte de su espiritualidad y confundió lo espiritual con lo material? ¿Será que Isaac quería satisfacer su estomago primero porque, quizás, fuese de buen comer, para luego, en la saciedad del espíritu satisfecho, bendecir al hijo de manera más emocional, es decir, cuerpo y alma en el sentir:
ואכלת ושבעת וברכת את יהוה אלוהיך
o “…y comerás y te hartarás y bendecirás a Jehová tu Dios…”?
Gen. 27, vs 4:
וְאֹכֵ֑לָה בַּעֲב֛וּר תְּבָרֶכְךָ֥ נַפְשִׁ֖י בְּטֶ֥רֶם אָמֽוּת
o “…y lo comeré para que te bendiga mi alma antes de morir…”: Isaac considera que debe de satisfacer su apetito primero para que su espíritu esté en condiciones de bendecir, lo cual me parece algo absurdo aunque entiendo que un ser satisfecho esté más alegre y optimista que un ser con necesidades básicas insatisfechas. Isaac, posiblemente, disfrutaba mucho con la comida.
Gen. 27, vs 5:
וְרִבְקָ֣ה שֹׁמַ֔עַת בְּדַבֵּ֣ר יִצְחָ֔ק אֶל־עֵשָׂ֖ו בְּנ֑וֹ
o “…y Rebeca escuchaba mientras hablaba Isaac a Esaú su hijo…”: Rebeca tenía razones para escuchar porque Dios le había anunciado a ella, cuando estuvo embarazada, que, de los dos pueblos que ella tenía en su vientre, el mayor serviría al menor, es decir, Esaú debería de servir a Jacob. Consecuentemente, el que debería de recibir la bendición era Jacob y no Esaú, como pretendía erróneamente hacer Isaac.
Gen. 27, vs 6:
וְרִבְקָה֙ אָֽמְרָ֔ה אֶל־יַעֲקֹ֥ב בְּנָ֖הּ
o “…y Rebeca dijo a Jacob su hijo…”: Rebeca no pierde tiempo y acude a Jacob para que reclame lo que espiritualmente le pertenece, según le fuere anunciado a ella en su día.
Gen. 27, vs 7:
וַאֲבָרֶכְכָ֛ה לִפְנֵ֥י יְהֹוָ֖ה לִפְנֵ֥י מוֹתִֽי
o “…Y te bendeciré delante de Jehová (Dios) antes de mi muerte…”: La bendición que Isaac iba a dar a su hijo transmitiría el pacto de Dios con Abrahán a su descendencia, por eso era importante la bendición oficial. De ser bendecido Esaú, Israel o el pueblo espiritual sería a través de su descendencia y no a través de la descendencia de Jacob.
Gen. 27, vs 8:
וְעַתָּ֥ה בְנִ֖י שְׁמַ֣ע בְּקֹלִ֑י לַאֲשֶׁ֥ר אֲנִ֖י מְצַוָּ֥ה אֹתָֽךְ
o “…Y ahora mi hijo, escucha mi voz en lo que voy a ordenar a ti…”: Rebeca sabía que lo que iba a ordenar a Jacob, no le iba a resultar fácil de aceptar porque Jacob era hombre cabal y correcto. Por eso le pidió de antemano que se dejara de guiar por ella. Rebeca conocía la voluntad de Dios y por eso interfirió en la bendición padre-hijo, según Gen. 25, vs 23
וְרַ֖ב יַעֲבֹ֥ד צָעִֽיר o “…y el mayor servirá al joven…”. Rebeca no pudo tomar partido y amar más a Jacob que a Esaú porque ambos eran hijos suyos.
Gen. 27, vs 9:
שְׁנֵ֛י גְּדָיֵ֥י עִזִּ֖ים טֹבִ֑ים
o “…dos cabritos jovencitos y Buenos…”: Isaac tenía que ser de muy buen comer porque un solo cabrito, aparentemente, no bastaba; tuvieron que ser dos. También pudiera ser que con cada cabrito, ella hubiera hecho un cocinado diferente.
Gen. 27, vs 10:
וְהֵבֵאתָ֥ לְאָבִ֖יךָ וְאָכָ֑ל בַּעֲבֻ֛ר אֲשֶׁ֥ר יְבָרֶכְךָ֖ לִפְנֵ֥י מוֹתֽוֹ
o “…Y los traerás a tu padre y comerá con el fin de que te bendiga antes de su muerte…”: A primera vista, parece que Rebeca le está recomendando apropiarse de la bendición del hermano de manera ilícita. Sin embargo, esto no es así ya que cuando ella le preguntó a Dios, a raíz del embarazo, para qué quería la vida si sus dos hijos iban a contender el uno contra el otro, Dios le contestó que el mayor serviría al menor, lo cual quería significar que la bendición espiritual debería de ir a Jacob, que era el menor, y no a Esaú, el mayor. En virtud de esto es que ella se atrevió a desobedecer a la voluntad del esposo en la bendición del pacto. Rebeca actuó sabia y sanamente porque la mujer que desobedece al marido para que se cumpla la voluntad divina es mujer virtuosa y no rebelde. En contraposición, recordemos como Eva instó a Adán a que comiera del árbol prohibido, invitándolo a desobedecer a Dios. Rebeca exonera aquí a Eva y demuestra que la ayuda que Dios le brindó a Adán, al crear a la mujer para que paliara su soledad, podía ser buena. Si bien Eva escogió la desobediencia, Rebeca prefirió hacer la voluntad de Dios, por encima de todo.
Gen. 27, vs 11:
עֵשָׂ֤ו אָחִי֙ אִ֣ישׁ שָׂעִ֔ר וְאָנֹכִ֖י אִ֥ישׁ חָלָֽק
o “…Esaú mi hermano es hombre velloso y yo lampiño…”: Jacob le recuerda a la madre que aunque Isaac no veía, sí podía saber quien era quien en virtud de que él tenía pocos vellos en el cuello y en las manos y Esaú muchos.
Gen. 27, vs 12:
וְהֵבֵאתִ֥י עָלַ֛י קְלָלָ֖ה וְלֹ֥א בְרָכָֽה
o “…Y traiga sobre mí maldición y no bendición…”: Jacob no quiere decepcionar para evitar el suscitar de su padre ira y maldición en vez de aprobación y bendición. Jacob aún no realiza todo lo que Dios tiene planeado para él y se muestra temeroso porque entiende la importancia del quinto mandamiento, en el sentido de: כבוד אב ואם u “…honrar al padre y a la madre…” en lugar de defraudarlos.
Gen. 27, vs 13:
עָלַ֥י קִלְלָתְךָ֖ בְּנִ֑י
o “…sobre mí (caiga) tu maldición mi hijo…”: Rebeca sabe que si el padre le maldice, ella como madre fue la culpable por haberle aconsejado tal proceder. De hecho, ella no tiene recelos por ello porque sabe que está cumpliendo con la voluntad de Dios y no con la de la madre egoísta, la cual prefiere a un hijo sobre el otro.
Gen. 27, vs 14:
וַיֵּ֙לֶךְ֙ וַיִּקַּ֔ח וַיָּבֵ֖א לְאִמּ֑וֹ וַתַּ֤עַשׂ אִמּוֹ֙ מַטְעַמִּ֔ים כַּאֲשֶׁ֖ר אָהֵ֥ב אָבִֽיו
o “…y fue y tomó (los cabritos) y los trajo a su madre e hizo su madre guisados como le amaba su padre…”: El término אָהֵ֥ב o “…amaba…” significa más que gustar. Rebeca se esmero en ello para satisfacer el gusto de su esposo.
Gen. 27, vs 15:
תִּקַּ֣ח רִ֠בְקָ֠ה אֶת־בִּגְדֵ֨י עֵשָׂ֜ו בְּנָ֤הּ
o “…y tomó Rebeca las ropas de Esaú, su hijo…”: La idea de Rebeca era acertada porque la ropa absorbe el sudor de la persona y, en virtud de que Esaú era un hombre de campo, su sudor debería de ser bien penetrante y particular, no como el de Jacob, el cual vivía en casa y posiblemente no se esforzaba físicamente tanto.
Gen. 27, vs 16:
וְאֵ֗ת עֹרֹת֙ גְּדָיֵ֣י הָֽעִזִּ֔ים הִלְבִּ֖ישָׁה עַל־יָדָ֑יו וְעַ֖ל חֶלְקַ֥ת צַוָּארָֽיו
o “…y las pieles de los cabritos tiernos vistió sobre las manos y sobre parte de su cuello…”: Esaú era muy velloso y Jacob no, por eso Rebeca intenta esta artimaña con el fin de confundir a Isaac su esposo para que este haga la voluntad de Dios y no la suya propia.
Gen. 27, vs 17:
וַתִּתֵּ֧ן אֶת־הַמַּטְעַמִּ֛ים וְאֶת־הַלֶּ֖חֶם אֲשֶׁ֣ר עָשָׂ֑תָה בְּיַ֖ד יַעֲקֹ֥ב בְּנָֽהּ
o “…y dio los guisados y el pan que hizo en las manos de Jacob su hijo…”:
Gen. 27, vs 18:
מִ֥י אַתָּ֖ה בְּנִֽי
O “… ¿Quién eres tú mi hijo?…”: Isaac reconoció que era uno de sus hijos pero estaba seguro cuál de ellos, quizás porque oía también malamente o porque la voz, natural o fingida, de Jacob lucía parecida a la de Esaú.
Gen. 27, vs 19:
וַיֹּ֨אמֶר יַעֲקֹ֜ב אֶל־אָבִ֗יו אָנֹכִי֙ עֵשָׂ֣ו בְּכֹרֶ֔ךָ
o “…Y dijo Jacob a su padre, yo soy Esaú tu primogénito…”: Jacob se atrevió deliberadamente a engañar a su padre porque se sabía más capaz que su hermano, en el sentido de cumplir con la labor futura del Israel espiritual. Su hermano Esaú no se merecía tal bendición porque le decepcionó al venderle y despreciar la primogenitura.
Gen. 27, vs 19:
תְּבָרְכַ֥נִּי נַפְשֶֽׁךָ
o “…para que me bendiga tu alma…”: Jacob, haciendo gala de su saber espiritual, sabe que es el alma y no el estómago lo importante cuando se confiere la bendición del pacto.
Gen. 27, vs 20:
וַיֹּ֕אמֶר כִּ֥י הִקְרָ֛ה יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ לְפָנָֽי
o “…y dijo (Jacob) porque יְהֹוָ֥ה tu Dios la puso delante de mí…”: Jacob quiere dar la impresión a Isaac de que Dios pretendió hacérselo fácil poniéndole al animalito para que le bendijera.
Gen. 27, vs 21:
גְּשָׁה־נָּ֥א וַאֲמֻֽשְׁךָ֖ בְּנִ֑י הַֽאַתָּ֥ה זֶ֛ה בְּנִ֥י עֵשָׂ֖ו אִם־לֹֽא
o “…acércate por favor y te palparé mi hijo para ver si eres mi hijo Esaú o no…”: Definitivamente, Isaac tenía sus dudas y quería asegurarse antes de proferir la bendición oficial en la presencia de Dios.
Gen. 27, vs 22:
הַקֹּל֙ ק֣וֹל יַעֲקֹ֔ב וְהַיָּדַ֖יִם יְדֵ֥י עֵשָֽׂו
o “…la voz es voz de Jacob y las manos, manos de Esaú…”: Isaac duda y le parece que la voz es de Jacob aunque las manos lucen como las de Esaú. Isaac pudo reconocer la voz de Jacob aunque parece que Dios le confundió en virtud de lo que está dicho a continuación.
Gen. 27, vs 23:
וְלֹ֣א הִכִּיר֔וֹ
o “…Y no lo reconoció…”: De ninguna manera lo podía reconocer ya que la voluntad de Dios era que bendijese a Jacob y no a Esaú.
Gen. 27, vs 24:
אַתָּ֥ה זֶ֖ה בְּנִ֣י עֵשָׂ֑ו
o “…¿Tú eres mi hijo Esaú?…”: Isaac seguía teniendo dudas…
Gen. 27, vs 25:
וְאֹֽכְלָה֙ מִצֵּ֣יד בְּנִ֔י
o “…y comeré de la caza de mi hijo…”: Isaac parece estar orgulloso de que su hijo es un buen cazador y proveedor. En ello no parece haber mucho de espiritualidad sino lo contrario. De alguna manera, parece como si Isaac, en función de su vejez, hubiera perdido parte de su lucidez espiritual.
Gen. 27, vs 26:
גְּשָׁה־נָּ֥א וּשְׁקָה־לִּ֖י בְּנִֽי
o “…acércate por favor y bésame mi hijo…”: Isaac, posiblemente, tenía el deseo de satisfacer su emoción con el beso del hijo, aunque también quisiera asegurarse de que se trataba de Esaú al olerle el sudor de sus ropas.
Gen. 27, vs 27:
רֵ֣יחַ בְּנִ֔י כְּרֵ֣יחַ שָׂדֶ֔ה אֲשֶׁ֥ר בֵּרְכ֖וֹ יְהֹוָֽה
o “…El olor de mi hijo es como el olor del campo que bendijo Dios…”: Isaac era un amante del campo, del universo, de la humanidad y de Dios. En esto, lucía ser un ser algo extrovertido.
Gen. 27, vs 28:
מִטַּל֙ הַשָּׁמַ֔יִם וּמִשְׁמַנֵּ֖י הָאָ֑רֶץ
o “…Del rocío del cielo y de las grosuras de la tierra…”: Primero viene la bendición desde el cielo y luego la bendición desde la tierra. Recordemos que el humano es espíritu y materia. La bendición espiritual es la más importante porque es la característica particular que distingue al humano de toda la creación de Dios.
Gen. 27, vs 29:
(וישתחו) [וְיִֽשְׁתַּחֲו֤וּ] לְךָ֙ לְאֻמִּ֔ים
o “…Y se inclinen a ti naciones..”: El rol de Israel es el de liderar al mundo para llevarlo a Dios, en virtud, en amor, en dignidad, en justicia, en verdad, en juicio, etc.. Es preciso esforzarse para llegar a ser el pueblo de sacerdotes y la nación santa, y abandonar decididamente lo que nos hemos convertido los judíos, pueblo de comerciantes y gente común e ignorante, en términos de espiritualidad, por haberle dado tanta importancia a la adquisición de dinero y bienes materiales a expensas de los valores espirituales.
Gen. 27, vs 30:
וַיְהִ֗י כַּאֲשֶׁ֨ר כִּלָּ֣ה יִצְחָק֮ לְבָרֵ֣ךְ אֶֽת־יַעֲקֹב֒ וַיְהִ֗י אַ֣ךְ יָצֹ֤א יָצָא֙ יַעֲקֹ֔ב מֵאֵ֥ת פְּנֵ֖י
o “…Y sucedió que cuando terminó Isaac de bendecir a Jacob y cuando salió Jacob de delante de Isaac su padre que Esaú su hermano vino de su cacería…”: Dios hace maravillas que la mente humana no puede concebir, bendito su santo Nombre, por los siglos de los siglos, amén. Dios sincronizó el evento porque no quiso que se encontraran juntos ante el Padre para evitar el enfrentamiento.
Gen. 27, vs 31:
יָקֻ֤ם אָבִי֙ וְיֹאכַל֙ מִצֵּ֣יד בְּנ֔וֹ בַּעֲבֻ֖ר תְּבָרְכַ֥נִּי נַפְשֶֽׁךָ
o “…levántese mi padre y coma de la caza de su hijo para que me bendiga tu alma…”: Interpreto que la finalidad de que el padre comiera era para que le bendijera a él. El énfasis marcado en su persona más que en la persona de su padre.
Gen. 27, vs 32:
מִי־אָ֑תָּה וַיֹּ֕אמֶר אֲנִ֛י בִּנְךָ֥ בְכֹֽרְךָ֖ עֵשָֽׂו
o “…¿Quién eres tu? Y dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito Esaú…”: Tanto Isaac como Esaú lucen ajenos a lo que de verdad había sucedido. La sorpresa para ambos fue total.
Gen. 27, vs 33:
וַיֶּחֱרַ֨ד יִצְחָ֣ק חֲרָדָה֮ גְּדֹלָ֣ה עַד־מְאֹד֒
o “…y se estremeció Isaac con estremecimiento muy grande…”; Como se trataba de la bendición que le acreditaría al receptor de ella como al continuador del pacto entre Dios y Abrahán, Isaac se perturbó grandemente, ya que, según él entendía, su voluntad fue traicionada, por el engaño de su hijo, a causa de su ceguera. Nada sabía Isaac, en este momento, de la voluntad de Dios. Esto infiere que Rebeca nunca le comentó su encuentro con Dios cuando le aseguró que: “…el hijo mayor, (Esaú) serviría al menor (Jacob)…”. Infiero que es posible que Dios hubiera cegado a Isaac para que la bendición la diera por error a Jacob en vez de a Esaú, ya que conocía la voluntad del corazón de Isaac.
Gen. 27, vs 33:
וָאֲבָרְכֵ֑הוּ גַּם־בָּר֖וּךְ יִהְיֶֽה
o “…y (como) le bendije también bendito será…”: La bendición a Jacob ya no podía ser revocada porque fue hecha oficialmente con la conciencia de la presencia de Dios.
Gen. 27, vs 34:
וַיִּצְעַ֣ק צְעָקָ֔ה גְּדֹלָ֥ה וּמָרָ֖ה עַד־מְאֹ֑ד
o “…y (Esaú) gritó con grande exclamación, muy amarga…”: El enojo de Esaú fue mayúsculo ya que creyó que por ser él, el primogénito y el preferido del padre, Dios le iba a escoger para la continuación del pacto. Juicio este carente de realismo, en virtud de cómo opera el mundo espiritual. Esaú consideraba a la espiritualidad como medio para engrandecer su ego, cuando en realidad, la espiritualidad es servir de medio en forma de sacrificio, por amor a Dios y a la humanidad.
Gen. 27, vs 34:
בָּרְכֵ֥נִי גַם־אָ֖נִי אָבִֽי
o “…bendíceme también a mí, mi padre…”: Esaú quería que su padre duplicase la bendición y eso no podía ser ya que no podían existir dos pueblos que reclamasen el pacto de Dios con Abrahán. Otro desacierto espiritual que lo hacía poco merecedor de tal empeño.
Gen. 27, vs 35:
וַיֹּ֕אמֶר בָּ֥א אָחִ֖יךָ בְּמִרְמָ֑ה וַיִּקַּ֖ח בִּרְכָתֶֽךָ
o “…Y dijo, vino tu hermano, con engaño, y tomó tu bendición…”: Isaac todavía no había realizado lo que pasó y acusó a Jacob de haber sido el instigador, cuando en realidad, Jacob, lo que hizo fue la voluntad de la madre, la cual a su vez, lo que hizo fue servir a la voluntad declarada de Dios a ella, en el sentido de que “… El mayor (Esaú) serviría al menor (Jacob)…”. El término בִּרְכָתֶֽךָ o “…tu bendición…” denota la firme determinación de Isaac de bendecir a Esaú y no a Jacob.
Gen. 27, vs 36:
הֲלֹא־אָצַ֥לְתָּ לִּ֖י בְּרָכָֽה
o “…¿No has reservado bendición para mí?…”: Esaú reclama, como hijo primogénito de Isaac, su bendición. No cree que no pueda bendecirle a él también.
Gen. 27, vs 37:
מָ֥ה אֶֽעֱשֶׂ֖ה בְּנִֽי
o “…Qué haré mi hijo…”: Isaac luce verdaderamente impotente ante la situación en la que se encuentra. La bendición fue hecha y no puede ser retractada.
Gen. 27, vs 38:
הַֽבְרָכָ֨ה אַחַ֤ת הִֽוא־לְךָ֙ אָבִ֔י בָּרְכֵ֥נִי גַם־אָ֖נִי אָבִ֑י
o “…¿La bendición es sólo una mi padre? Bendíceme también a mí, mi padre…”: Esaú, poco conocedor de las cuestiones espirituales, reclama la bendición también. El padre le bendecirá con otra bendición aunque no con la del pacto de Abrahán. La repetición del término viene a enfatizar el deseo de Esaú de coger a Isaac, su padre, por los sentimientos de padre.
Gen. 27, vs 39:
הִנֵּ֞ה מִשְׁמַנֵּ֤י הָאָ֙רֶץ֙ יִהְיֶ֣ה מֽוֹשָׁבֶ֔ךָ וּמִטַּ֥ל הַשָּׁמַ֖יִם מֵעָֽל
o “…He aquí de las grosuras de la tierra será tu habitación y del rocío del cielo de arriba…”: La bendición que da Isaac a su hijo Esaú es la inversa de la que dio a Jacob. Primero, la bendición de la tierra y luego la del cielo. En otras palabras, le bendijo más en la materia que en el espíritu.
Gen. 27, vs 40:
וְעַל־חַרְבְּךָ֣ תִֽחְיֶ֔ה
o “…y por tu espada vivirás…”: La violencia será tu patrón natural de conducta. El poder de la fuerza bruta y no del derecho y la justicia (espiritual).
Gen. 27, vs 40:
וְאֶת־אָחִ֖יךָ תַּעֲבֹ֑ד
o “…y a tu hermano servirás…”: La fuerza bruta no te bastará para quitarte del yugo de tu hermano, el cual con su inteligencia sutil y astuta, te dominará y te redimirá con su derecho porque la inteligencia sirve para resolver los problemas de la tierra.
Gen. 27, vs 40:
תָּרִ֔יד וּפָרַקְתָּ֥ עֻלּ֖וֹ מֵעַ֥ל צַוָּארֶֽךָ
o “…y cuando te fortalezcas, descargarás su yugo de tu cerviz…”: A menudo, hemos visto en la historia como la fuerza bruta acierta a imponer su ley y supera a las fuerzas sabias y del derecho; sin embargo, a la larga, se demuestra inadecuada para liderar y se tiene que someter, tarde o temprano, a la voluntad de la inteligencia y del derecho.
Gen. 27, vs 41:
וַיִּשְׂטֹ֤ם עֵשָׂו֙ אֶֽת־יַעֲקֹ֔ב……..וְאַֽהַרְגָ֖ה אֶת־יַעֲקֹ֥ב אָחִֽי
o “… y odió Esaú a Jacob………..y asesinaré a Jacob mi hermano…”: Aquí inmediatamente se ve como la bendición del padre se hace realidad ya que Esaú echó mano del odio y la violencia, en virtud de que decidió, en su corazón, asesinar a su hermano cuando su padre ya hubiera fallecido, para no causarle pena en vida (Caín y Abel). Esto tiene su reflejo y proyección en lo que hicieron algunas naciones gentiles con Israel, en el sentido de querer aniquilarlo para siempre (la solución final de Faraón en Egipto, la de Hamán en el imperio Persa; la del canciller Alemán Adolfo Hitler, la de los Palestinos; etc…) en el sentir de:
בכל דור ודור עימדים עלינו לכלותינו
o “…en cada generación se levantan contra nosotros (Israel) para exterminarnos…”.
והקדוש ברוך הוא מצילנו מידם
o “…y El Santo Bendito Él (como pueblo) nos salva (milagrosamente) de sus manos…”.
Gen. 27, vs 42:
וַיֻּגַּ֣ד לְרִבְקָ֔ה אֶת־דִּבְרֵ֥י עֵשָׂ֖ו בְּנָ֣הּ הַגָּדֹ֑ל
o “…y fue anunciada Rebeca acerca de las palabras de Esaú su hijo el mayor…”: La amenaza de Esaú de asesinar a su hermano Esaú la hizo públicamente y Rebeca se enteró. Se ignora quien fue el o la informante de Rebeca.
Gen. 27, vs 42:
וַתִּשְׁלַ֞ח וַתִּקְרָ֤א לְיַעֲקֹב֙
o “…y (ella) envió y llamó a Jacob…”: Se transluce que, en opinión de Rebeca, Jacob tenía que huir de la casa de sus padres para esconderse en algún lugar donde Esaú no lo pudiera encontrar. Jacob actuó con inteligencia porque es consciente de la influencia de la ira en el ser humano cuando este no tiene dominio sobre sus emociones.
Gen. 27, vs 43:
ק֧וּם בְּרַח־לְךָ֛ אֶל־לָבָ֥ן אָחִ֖י חָרָֽנָה
o “…Levántate y escápate (ve) con Laban mi hermano en Harán…”: Rebeca, con gran pesar, reconoce que Esaú pudiera cumplir su amenaza pronto ya que considera que Isaac pudiera morir en cualquier momento, en virtud de su avanzada edad y prefiere separarlos urgiendo a Jacob a que huyera a casa de Laban su hermano, en Haran.
Gen. 27, vs 44:
יָמִ֣ים אֲחָדִ֑ים עַ֥ד אֲשֶׁר־תָּשׁ֖וּב חֲמַ֥ת אָחִֽיךָ
o “…unos cuantos días hasta que se aplaque la ira de tu hermano…”: Rebeca conocía a su hijo Esaú y sabía que era de carácter fuerte pero que pasados unos días, se le pasaría la ira y volvería a la normalidad, como reza después:
וְשָׁכַח֙ אֵ֣ת אֲשֶׁר־עָשִׂ֣יתָ לּ֔וֹ
o “… y se le olvide lo que le hiciste…”. Rebeca sabía además que, en el fondo, a Esaú no le interesaban los asuntos espirituales, lo cual, tenía que hacerle comprender que no tenía sentido asesinar al hermano por eso.
Gen. 27, vs 46:
קַ֣צְתִּי בְחַיַּ֔י מִפְּנֵ֖י בְּנ֣וֹת חֵ֑ת אִם־לֹקֵ֣חַ יַ֠עֲקֹ֠ב אִשָּׁ֨ה מִבְּנֽוֹת־חֵ֤ת כָּאֵ֙לֶּה֙ מִבְּנ֣וֹת הָאָ֔רֶץ לָ֥מָּה לִּ֖י חַיִּֽים
o “…Fastidio tengo de mi vida a causa de la hijas de Het. Si tomara Jacob una mujer de las hijas de Het, como estas, chicas de la tierra (ordinarias), ¿para qué quiero la vida?…”: Rebeca, con sutileza de mujer, prepara la ida de Jacob a casa de su hermano Labán y justifica su huída para escapar de la amenaza de su hermano Esaú. También, a causa de las dos mujeres que había tomado Esaú, las cuales les amargaban la vida, tanto a ella como a Isaac.
Gen. 28, vs 1:
וַיִּקְרָ֥א יִצְחָ֛ק אֶֽל־יַעֲקֹ֖ב וַיְבָ֣רֶךְ אֹת֑וֹ וַיְצַוֵּ֙הוּ֙ וַיֹּ֣אמֶר ל֔וֹ לֹֽא־תִקַּ֥ח אִשָּׁ֖ה מִבְּנ֥וֹת כְּנָֽעַן
o “…y llamó Isaac a Jacob y le bendijo y le encomendó diciendo: No cogerás mujer de entre las hijas de Canaán…”: Isaac entendió por qué Rebeca actuó a favor de Jacob y por eso le llamó en paz, le bendijo y le encomendó de que no tomase a una Canaanita por mujer ya que Dios había maldecido a Canaán, cuando Noé lo maldijo a causa del comportamiento inadecuado de Ham su hijo. Ellas eran vulgares y posiblemente hasta descaradas, sin educación, principios ni moral.
Gen. 28, vs 2:
מִבְּנ֥וֹת לָבָ֖ן אֲחִ֥י אִמֶּֽךָ
o “ (toma mujer) de las hijas de Labán, hermano de tu madre…”: Isaac hizo caso al consejo de Rebeca y accedió a que Jacob tomara por mujer a una prima hermana con el fin de que fuese como su madre, Rebeca, en virtud de la decisión que había tomada su padre Abrahán.
Gen. 28, vs 3:
יְבָרֵ֣ךְ אֹֽתְךָ֔ וְיַפְרְךָ֖ וְיַרְבֶּ֑ךָ
o “…(y el Dios Todopoderoso) te bendecirá, te hará exitoso y te multiplicará…”: Tres importantes bendiciones. יְבָרֵ֣ךְ o bendecir significa estar protegido por Dios, él y todo lo que le pertenece. וְיַפְרְךָ֖ o tener éxito en todo lo que haga y finalmente, וְיַרְבֶּ֑ךָ o procrear o tener una familia numerosa. Hoy, la familia numerosa no se aprecia como antes porque el humano vive afligido por la lucha consumista, es decir, en pos de los bienes materiales y no de los espirituales. La familia numerosa es una gran bendición espiritual porque todos se fortalecen en ella.
Gen 28, vs 4:
וְיִֽתֶּן־לְךָ֙ אֶת־בִּרְכַּ֣ת אַבְרָהָ֔ם לְךָ֖ וּלְזַרְעֲךָ֣ אִתָּ֑ךְ לְרִשְׁתְּךָ֙ אֶת־אֶ֣רֶץ מְגֻרֶ֔יךָ
o “… Y te dará la bendición de Abrahán para ti y tu descendencia contigo, por herencia, a la tierra en la que habitas (Israel) que Dios dio a Abrahán…”: Esta es la bendición que Jacob le sustrajo a Esaú, la cual se traducirá en las 12 tribus de Israel y después solamente en el remanente, en Judah o los Judíos.
Gen 28, vs 5:
וַיִּשְׁלַ֤ח יִצְחָק֙ אֶֽת־יַעֲקֹ֔ב וַיֵּ֖לֶךְ פַּדֶּ֣נָֽה אֲרָ֑ם
o “…y envió Isaac a Jacob y se fue a Padan Aram…”: Contrariamente a lo que haría en su momento Abrahán, en el sentido de enviar a Isaac a la tierra de sus padres, Isaac permitiría que su hijo Jacob, volviera a la tierra de Ur de los Caldeos. Tampoco Dios se opondría a esto.
Gen 28, vs 6:
וַיַּ֣רְא עֵשָׂ֗ו כִּֽי־בֵרַ֣ךְ יִצְחָק֮ אֶֽת־יַעֲקֹב֒
o “…y vio Esaú que bendijo Isaac a Jacob…”: Esaú estaba celoso del hermano y reaccionaba a lo que el hermano hacía como si Jacob fuese el primogénito y Esaú el segundo. El liderazgo espiritual se demuestra con las acciones acertadas que uno toma.
Gen. 28, vs 7:
וַיִּשְׁמַ֣ע יַעֲקֹ֔ב אֶל־אָבִ֖יו וְאֶל־אִמּ֑וֹ וַיֵּ֖לֶךְ פַּדֶּ֥נָֽה אֲרָֽם
o “… Y escuchó Jacob a su padre y a su madre y se marchó a la tierra de Padán Aram…”: Una de las cualidades más importantes de los hijos es atender a los consejos sabios de los padres. No quiero decir con ello que todo lo que aconsejan los padres resulte necesariamente bueno, sino que de entre todo lo que ellos aconsejan, hay bastante de bueno, entre los errores que, como humanos, cometen por no estar lo suficientemente preparados o por dejarse de llevar por los sentimientos tradicionalistas, en vez de actuar con el conocimiento, la razón y la sabiduría necesarias para una supervivencia de calidad.
Gen. 28, vs 8:
וַיַּ֣רְא עֵשָׂ֔ו כִּ֥י רָע֖וֹת בְּנ֣וֹת כְּנָ֑עַן בְּעֵינֵ֖י יִצְחָ֥ק אָבִֽיו
o “…y vio Esaú que eran malas las hijas de Canaán a los ojos de Isaac su padre…”: Se ve que Esaú no se había dado por enterado todavía de que eran malas hasta que lo realizó a través de la opinión del padre. Esaú, no había desarrollado buen criterio porque era extrovertido y poco sabía de los valores del espíritu.
Gen 28, vs 9:
וַיִּקַּ֡ח אֶֽת־מָחֲלַ֣ת ׀ בַּת־יִשְׁמָעֵ֨אל בֶּן־אַבְרָהָ֜ם אֲח֧וֹת נְבָי֛וֹת עַל־נָשָׁ֖יו ל֥וֹ לְאִשָּֽׁה
o “…y tomó a Mahalat hija de Ismael, hijo de Abrahán, hermana de Nebayot, además de sus mujeres, por mujer…”: Como Jacob fue enviado a escoger mujer entre la familia de la madre, Esaú fue a buscar él también, por mujer, entre la familia del padre. Esto parece una reacción emocional sin mucho sentido común propio de un individuo como Esaú que tenía poco desarrollo espiritual.