Levítico 25, vs 2:
וְשָׁבְתָ֣ה הָאָ֔רֶץ שַׁבָּ֖ת לַיהֹוָֽה
O “…Y que descanse la tierra descanso para Jehová…”: Mientras Israel moraba en la tierra prometida, la tierra estaba sujeta al descanso sabático igual que los humanos porque necesitaba recobrarse de su desgaste natural en el orden espiritual y material con el fin de responder al ciclo de la creación universal.
Levítico 25, vs 3:
שֵׁ֤שׁ שָׁנִים֙ תִּזְרַ֣ע שָׂדֶ֔ךָ וְשֵׁ֥שׁ שָׁנִ֖ים תִּזְמֹ֣ר כַּרְמֶ֑ךָ וְאָסַפְתָּ֖ אֶת־תְּבוּאָתָֽהּ
o “…Seis años sembrarás tu campo y seis años podarás tu viña y recogerás su producto…”: La tierra podía ser sometida a labor durante seis años seguidos, lo cual simboliza el ciclo activo de la creación universal o זכר למעשה בראשית.
Levítico 25, vs 4:
וּבַשָּׁנָ֣ה הַשְּׁבִיעִ֗ת שַׁבַּ֤ת שַׁבָּתוֹן֙ יִהְיֶ֣ה לָאָ֔רֶץ שַׁבָּ֖ת לַיהֹוָ֑ה שָֽׂדְךָ֙ לֹ֣א תִזְרָ֔ע וְכַרְמְךָ֖ לֹ֥א תִזְמֹֽר
“…y en el año Séptimo, gran reposo será para la tierra, descanso para Dios; tu campo no sembrarás y tu viña no recogerás…”: El ciclo de reposo o שבת debe de ser respetado, no sólo para los humanos y los animales sino para el campo también porque forma parte de la creación de Dios o זכר למעשה בראשית. Los términos שַׁבָּ֖ת לַיהֹוָ֑ה o “…Sábado de Jehová…” significa que hay que dedicárselo al espíritu para conectar con Dios, en virtud del desarrollo de la facultad intelectual y espiritual en el humano. En este santo período que cierra el ciclo de seis periodos de trabajo, los bienes materiales hay que dejarlos a un lado para invertir el tiempo en la expansión de la mente y la conciencia con el fin de alcanzar un día la trascendencia, la cual armonizará nuestra frágil y turbulenta existencia.
Levítico 25, vs 5:
אֵ֣ת סְפִ֤יחַ קְצִֽירְךָ֙ לֹ֣א תִקְצ֔וֹר
o “…lo que crezca de la producción no recogerás…”: Sólo se podía recoger para alimentarse, no para negociar.
Levítico 25, vs 6:
וְ֠הָיְתָ֠ה שַׁבַּ֨ת הָאָ֤רֶץ לָכֶם֙ לְאׇכְלָ֔ה לְךָ֖ וּלְעַבְדְּךָ֣
o “…y será reposo para la tierra y ustedes podréis comer de ella, tu, tus siervos, etc…”: Lo único que estaba permitido recoger era lo necesario para comer, el dueño, sus siervos y toda su casa. No se podía comerciar con el producto de la tierra en el año de reposo. Había que dejarlo, seguramente, para que la tierra se fortaleciera con el producto reciclado al descomponerse en ella. También descansaba el espíritu humano en el año sabático porque no había la consumición por sembrar ni por recoger para vender su producción porque era período de paz espiritual, en aras de la reconciliación espiritual con Dios, con la humanidad y con la tierra.
Levítico 25, vs 7:
וְלִ֨בְהֶמְתְּךָ֔ וְלַֽחַיָּ֖ה אֲשֶׁ֣ר בְּאַרְצֶ֑ךָ תִּהְיֶ֥ה כׇל־תְּבוּאָתָ֖הּ לֶאֱכֹֽל
o “…y para tus animales y las bestias de tu tierra será toda la producción para comer…”: El aspecto ecológico es importantísimo porque todo lo que fue creado sirve al propósito de mantener la tierra en condiciones optimas habitables.
Levítico 25, vs 8:
שֶׁ֚בַע שַׁבְּתֹ֣ת שָׁנִ֔ים שֶׁ֥בַע שָׁנִ֖ים
o “…siete semanas de años de siete años…”: Cuarenta y nueve años en total. Siete ciclos de siete años.
Levítico 25, vs 9 :
וְהַֽעֲבַרְתָּ֞ שׁוֹפַ֤ר תְּרוּעָה֙ בַּחֹ֣דֶשׁ הַשְּׁבִעִ֔י בֶּעָשׂ֖וֹר לַחֹ֑דֶשׁ בְּיוֹם֙ הַכִּפֻּרִ֔ים תַּעֲבִ֥ירוּ שׁוֹפָ֖ר בְּכׇל־אַרְצְכֶֽם
“…y pasarás y harás sonar el cuerno de carnero como llamado en el mes séptimo, en el día décimo, en el día de las expiaciones haréis pasar el sonido del cuerno de carnero por toda la tierra…”: Había que proclamar la entrada del año 50 o año del jubileo. Por dos años no se trabajaba la tierra, es decir, por el año sabático el cual cerraba el ciclo siete veces siete años, perteneciente al año 49 y por el año 50 del Jubileo.
Levítico 25, vs 10 :
וּקְרָאתֶ֥ם דְּר֛וֹר בָּאָ֖רֶץ לְכׇל־יֹשְׁבֶ֑יהָ
o “…y proclamaréis la libertad en la tierra a todos sus habitantes…”: El año del jubileo era año santo y toda posesión vendida, debía de regresar a su dueño original o a su familia. Recordemos que la tierra es sagrada y no se podía ni comprar ni vender porque pertenece a Dios. Lo que se podían vender eran las cosechas que iban desde el momento de la transacción de venta hasta el año del jubileo. De esta manera, no podían existir latifundios o acumulación de tierras por parte de los especuladores. Este principio económico evitaba el que se especulara con la tierra.
LA LIBERTAD
Thomas Jefferson, presidente de USA dijo en cierta ocasión: “…El precio de la libertad es la eterna vigilancia…”. Es obvio que el humano es renuente a considerar la libertad dentro de los parámetros de una dinámica siempre cambiante. Prefiere pretender pararla en el tiempo y poseerla. Con ello, desafortunadamente, la reduce, confiriéndola sentimiento, complicándola con el pensamiento, organizándola, creándose una imagen de ella y encasillándola en su memoria y finalmente conquistándola, con el fin de que no se le escape, con la esperanza de tener acceso a ella cuando lo desee. Para no caer en este error, es preciso comprender que la experiencia de la libertad pasada interfiere con la experiencia de la libertad actual y al traer la memoria de la libertad vieja experimentada, ella eclipsa la percepción de la nueva libertad. Por eso, la verdadera libertad es dinámica, siempre nueva y reclama: “…Vivir y morir a cada instante…”, como diría Jiddu Krishnamurti, o “…vivir en el permanente amanecer de la eternidad…”, como diría William Blake, lo cual significa morir para lo viejo y renacer ante lo nuevo.
Para que tenga lugar la experiencia fresca de la libertad reflejada en el presente, se debe de dejar a un lado las experiencias pasadas y el condicionamiento a libertades pasadas. Es obvio que la memoria pretende adueñarse de la experiencia. Sin embargo, tan absurdo parece adueñarse de la libertad o de la felicidad, como el pretender adueñarse de un amanecer en la playa, de agarrar el viento que acaricia nuestras mejillas, o de detener el ritmo del tiempo. En esencia, la libertad es inspiración, conciencia y oportunidad de un presente único que jamás volverá a repetirse. Quede claro que para concebir lo nuevo o descubrir lo desconocido, es preciso tener atrevimiento y sentirse confortable en la inseguridad pionera y creativa, libre de las ataduras de la memoria o de lo conocido. Obsérvese que perseguir la seguridad y la tradición, porque provienen de la memoria o del pasado, conducen al conservadurismo más reaccionario y anacrónico. Por eso, apelar a la memoria significa limitar solamente el movimiento, desde lo conocido hacía lo conocido y no hacia lo desconocido.
En definitiva, el humano, para gozar de la experiencia de una percepción más libre, y por ende, de una vida llena de logros nuevos importantes, tiene que tener muy presente su condición de dualidad y de relatividad, porque él no es un ente absoluto como יהוה Dios, el cual puede existir, sin compararse con nadie ni nada y percibir directamente, es decir, sin relacionar el hecho o el objeto con otro. Por ejemplo, el humano, para comprender bien el alcance de la libertad o de la felicidad, debe de entender, primero su antónimo, es decir, el opuesto. Es obvio que para definir, precisa de dos puntos de referencia. Esto es lo que se conoce como conocimiento relativo; por eso, para disfrutar de una temperatura agradable, debemos de ser conscientes de ambos polos extremos opuestos con el fin de ubicarse en el justo medio, entre el extremo calor y el extremo frío.
Finalmente, diré que, en esencia, la concepción de una libertad más amplia, viene necesariamente, de la mano del descubrimiento de una verdad nueva superior. Por eso, la libertad de ayer pudiera muy bien resultar en la esclavitud de hoy por haberse quedado ya obsoleta. Por ejemplo, la revolución Francesa, la cual liberó al pueblo de la monarquía para entregarla en manos de una república la cual creó un caos mayor que imperó por años y que desembocó en un régimen absolutista como el de Napoleón Bonaparte, él cual se auto-coronó Emperador.
Levítico 25, vs 10 :
וְשַׁבְתֶּ֗ם אִ֚ישׁ אֶל־אֲחֻזָּת֔וֹ וְאִ֥ישׁ אֶל־מִשְׁפַּחְתּ֖וֹ תָּשֻֽׁבוּ
o “…y volveréis cada hombre a su herencia y cada hombre a su familia volverán…”: La tierra volvía a la familia que la heredó desde el tiempo de Josué, cuando este hizo el reparto de tierras por familia para todo Israel, al entrar en la tierra prometida procedente del éxodo de Egipto.
Levítico 25, vs 11:
לֹ֣א תִזְרָ֔עוּ וְלֹ֤א תִקְצְרוּ֙ אֶת־סְפִיחֶ֔יהָ
o “…no sembraréis y no recogeréis lo que se produzca de manera natural…”: En el año del jubileo, no se podía trabajar como tampoco se podía trabajar el año anterior ya que era el séptimo año del último ciclo de siete años antes del Jubileo. Dos años seguidos sin plantar ni recoger nada más que lo necesario para subsistir.
Levítico 25, vs 12:
מִ֨ן־הַשָּׂדֶ֔ה תֹּאכְל֖וּ אֶת־תְּבוּאָתָֽהּ
o “…del campo comeréis su producto…”: No era permitido recoger para vender sino recoger para comer solamente.
Levítico 25, vs 13:
תָּשֻׁ֕בוּ אִ֖ישׁ אֶל־אֲחֻזָּתֽוֹ
o “…volverán cada uno a su herencia…”: Debido a que sólo las cosechas se podían vender, la tierra volvía a su dueño de origen.
Levítico 25, vs 14:
אַל־תּוֹנ֖וּ אִ֥ישׁ אֶת־אָחִֽיו
o “…no engañe hombre a su hermano…”: El comercio debía de ser legítimo y sin trampa ni argucia. Hoy en día el vendedor se suele aprovechar del comprador mintiendo lo cual no es procedente. Las transacciones comerciales no tienen por que ser necesariamente fraudulentas o engañosas para ganarse el sustento. Se puede vivir siendo honesto y diciendo la verdad aunque, a veces, uno se perjudique. El cliente, en estos casos, suele reconocer la honestidad del vendedor y vuelve a comprar de él y lo que es más significativo, se lo recomienda a los demás. No se debe de menospreciar el aspecto espiritual en aras de conseguir un beneficio económico mayor. Lo valores espirituales son superiores a los materiales.
Levítico 25, vs 15-16:
בְּמִסְפַּ֤ר שָׁנִים֙ אַחַ֣ר הַיּוֹבֵ֔ל תִּקְנֶ֖ה מֵאֵ֣ת עֲמִיתֶ֑ךָ בְּמִסְפַּ֥ר שְׁנֵֽי־תְבוּאֹ֖ת יִמְכׇּר־לָֽךְ
o “…conforme al número de años a contar después del jubileo comprarás de tu prójimo y conforme al número de los años de producción te venderá él a ti…”: La tierra no se podía vender porque era santa. Solamente las cosechas estaban a la venta. En el momento del Jubileo, el que quisiera, podía vender 42 cosechas futuras, es decir, 6 cosechas por 7 ciclos, hasta el próximo jubileo.
Levítico 25, vs 17:
וְלֹ֤א תוֹנוּ֙ אִ֣ישׁ אֶת־עֲמִית֔וֹ וְיָרֵ֖אתָ מֵֽאֱלֹהֶ֑יךָ
O “…Y no engañe un hombre a su prójimo y temerás a tu Dios…”: Cuando uno engaña a su prójimo significa que no tiene temor de Dios. No se trata solamente de que impere la justicia entre todos para beneficio de todos. El temor de Dios hay que tenerlo presente porque es lo único que puede detenerlo a uno cuando va a cometer algún pecado. El vacío de este temor de Dios es muy peligroso para la sociedad porque tiende a endiosar al individuo y a hacerlo injusto, avaricioso y egoísta. Consecuentemente, cuando se multiplican casos como este, la confrontación impera en lugar de la cooperación, lo cual debilita la unidad de la entidad social.
Levítico 25, vs 18:
וִֽישַׁבְתֶּ֥ם עַל־הָאָ֖רֶץ לָבֶֽטַח
o “…y habitaréis sobre la tierra seguros…”: Esta seguridad procede de dos fuentes: La primera es de Dios porque en definitiva Él es el que nos da la paz, como reza al final de la bendición sacerdotal en la Biblia cuando dice: וישם לך שלום o “…y te otorgará la paz…”: Esta paz tiene mucho que ver con la paz del espíritu y נחת רוח no tanto con la paz en el ámbito material. Se trata de lo que en Hebreo se conoce como o “…paz del espíritu…” lo que equivale a vivir en armonía. La segunda procede de la interacción con la sociedad porque cuando uno se gana la confianza de los demás, en virtud de esforzarse por ser justo, recibe de muchos el reconocimiento y la admiración contribuyendo a afianzar la unidad de la entidad social.
Levítico 25, vs 19:
וְנָתְנָ֤ה הָאָ֙רֶץ֙ פִּרְיָ֔הּ וַאֲכַלְתֶּ֖ם לָשֹׂ֑בַע וִֽישַׁבְתֶּ֥ם לָבֶ֖טַח עָלֶֽיהָ
o “…y dará la tierra su fruto y comeréis hasta saciaros y habitaréis seguros sobre ella…”: Dios puso a los cielos y a la tierra de testigo por nuestras obras. Si somos justos, generosos y amamos al prójimo como a nosotros mismos, la tierra abrirá su vientre y nos dará su bendición y su abundancia. Si por el contrario somos egoístas y nos comportamos injustamente, se cerraran los cielos y no lloverá, con lo cual la tierra no dará su fruto y pronto nos expulsará o vomitará de ella. Por otro lado, si obramos bien, Dios se preocupará de que nuestros enemigos no puedan hacernos daño para que vivamos en paz. Como ejemplo, tengo que traer a colación al estado moderno de Israel, el cual erradicó el Nombre de Jehová Dios de la מגולת שחרור o “…declaración de independencia…”, en el 1947, y desde ese nefasto día no hubo un solo día de paz para sus habitantes, hasta el mismo día de hoy y no lo habrá hasta que se haga justicia con Dios y se revoque la declaración de independencia para enmendarla a favor, no sólo de insertar el Nombre de Jehová Dios sino de que se le pida excusas a Dios y al mundo por haber actuado de manera tan ingrata e infame contra Jehová Dios, el Creador del cielo y de la tierra.
Levítico 25, vs 20:
מַה־נֹּאכַ֖ל בַּשָּׁנָ֣ה הַשְּׁבִיעִ֑ת הֵ֚ן לֹ֣א נִזְרָ֔ע וְלֹ֥א נֶאֱסֹ֖ף אֶת־תְּבוּאָתֵֽנוּ
o “…¿Qué comeremos en el año séptimo si no plantamos y no recogemos nuestro producto?…”: El humano suele desconfiar de la providencia divina la cual sostiene a todo lo que existe desde que fue creado.
Levítico 25, vs 21:
וְצִוִּ֤יתִי אֶת־בִּרְכָתִי֙ לָכֶ֔ם בַּשָּׁנָ֖ה הַשִּׁשִּׁ֑ית וְעָשָׂת֙ אֶת־הַתְּבוּאָ֔ה לִשְׁלֹ֖שׁ הַשָּׁנִֽים
“…y encomendaré mi bendición sobre ustedes en el año sexto para que ella produzca el equivalente a tres años…”: ¿Por qué tres años? Porque tendrá que producir para el sexto año, el séptimo y el primero del ciclo siguiente ya que en el séptimo no se pudo sembrar para recoger en el primero del ciclo siguiente. Dios provee con bendición a los que en él confían al mismo tiempo que se esfuerzan por alcanzar la excelencia en sus obras.
Levítico 25, vs 22:
וּזְרַעְתֶּ֗ם אֵ֚ת הַשָּׁנָ֣ה הַשְּׁמִינִ֔ת
o “…y sembraréis en el año octavo…”: Se trata del primer año del ciclo siguiente después del Jubileo.
Levítico 25, vs 23:
כִּי־לִ֖י הָאָ֑רֶץ
o “…porque mía es la tierra…”: La tierra de cultivo no se puede comprar ni vender porque pertenece a Dios, no al humano. Este principio pudiera hacer del mundo en el que vivimos, un lugar mucho más justo y por ende más pacífico, en virtud de que no existirían especuladores de tierras evitando así el latifundio.
Levítico 25, vs 23:
כִּֽי־גֵרִ֧ים וְתוֹשָׁבִ֛ים אַתֶּ֖ם עִמָּדִֽי
o “…porque foráneos y habitantes sois conmigo…”: Los humanos no somos dueños de la tierra porque la usamos por algún tiempo y luego nos vamos y la dejamos. El término עִמָּדִֽי o “…conmigo…” quiere decir que la presencia de Dios está manifestada en la tierra aunque nosotros no la veamos. La tierra pertenece a Dios.
Levítico 25, vs 24:
וּבְכֹ֖ל אֶ֣רֶץ אֲחֻזַּתְכֶ֑ם גְּאֻלָּ֖ה תִּתְּנ֥וּ לָאָֽרֶץ
o “…y de toda la tierra de vuestra heredad, salvación daréis a la tierra…”: Josué distribuyó la tierra prometida entre la 12 tribus de Israel y a cada familia le fue asignada su casa por heredad perpetua. Si alguno vendía sus cosechas, al llegar el año del jubileo, debía de recuperarla de nuevo, él o su familiar más cercano.
Levítico 25, vs 25-28:
Aquí se expresan las diferentes modalidades para recuperar la tierra antes del Jubileo.
Levítico 25, vs 29:
וְאִ֗ישׁ כִּֽי־יִמְכֹּ֤ר בֵּית־מוֹשַׁב֙ עִ֣יר חוֹמָ֔ה
o “…y el hombre que comprare casa en ciudad amurallada…”: Por ciudad amurallada se entiende ciudad, urbe o metrópoli. Un año duraba el período de reposesión por el vendedor, asumiendo que fuera capaz de conseguir el dinero necesario para ello.
Levítico 25, vs 30:
לַצְּמִיתֻ֛ת לַקֹּנֶ֥ה אֹת֖וֹ לְדֹרֹתָ֑יו לֹ֥א יֵצֵ֖א בַּיֹּבֵֽל
o “…en permanencia para el comprador por sus generaciones, no saldrá libre en el jubileo…”: Cualquier casa comprada en una urbe o metrópoli podía ser rescatada durante el periodo de un año. Transcurrido este, sería propiedad del comprador para siempre y no podría ser rescatada ni en el jubileo porque el Jubileo aplicaba solamente a las propiedades en el sector rural o agrícola no en el urbano.
Levítico 25, vs 31:
סָבִ֔יב עַל־שְׂדֵ֥ה הָאָ֖רֶץ
o “…alrededor del campo en tierra abierta…”: Las casas rurales o aldeas agrícolas sí podían ser rescatadas en el año del jubileo o antes, a condición de que estuvieran disponibles y un familiar pagara el precio por su rescate.
Levítico 25, vs 32:
וְעָרֵי֙ הַלְוִיִּ֔ם בָּתֵּ֖י עָרֵ֣י אֲחֻזָּתָ֑ם גְּאֻלַּ֥ת עוֹלָ֖ם תִּהְיֶ֥ה לַלְוִיִּֽם
“…y las ciudades de los levitas, las casas de su heredad, rescatables perpetuamente serán para los levitas…”: Las ciudades de refugio o de los levitas no podían ser vendidas a perpetuidad.
Levítico 25, vs 33-34:
Aquí se contempla las ventas realizadas por lo Levitas y su redención.
Levítico 25, vs 35:
וְכִֽי־יָמ֣וּךְ אָחִ֔יךָ וּמָ֥טָה יָד֖וֹ עִמָּ֑ךְ וְהֶֽחֱזַ֣קְתָּ בּ֔וֹ גֵּ֧ר וְתוֹשָׁ֛ב וָחַ֖י עִמָּֽךְ
o “…y si empobreciere tu hermano y extendiere su mano en petición de ayuda, lo fortalecerás y como forastero o ciudadano vivirá contigo…”: Existe una obligación hacia los hermanos, en caso de necesidad extrema, en el sentido de acogerlos bajo el propio techo y de ayudarlos hasta que se puedan independizar de nuevo, siempre y cuando su comportamiento no cause problemas graves a la familia que lo acogió. El hermano anfitrión debía de ayudar al hermano necesitado sin perjudicarse grandemente él, su mujer o sus hijos.
Levítico 25, vs 36:
אַל־תִּקַּ֤ח מֵֽאִתּוֹ֙ נֶ֣שֶׁךְ וְתַרְבִּ֔ית
o “…no tomarás de él beneficio ni intereses…”: Cuando se trata de un hermano, hay que ayudarle a que se pueda independizar lo antes posible. En este sentido, no se puede hacer negocio a expensas de él sino ayudarle para que se libere cuanto antes. Cierto sacrificio por los hermanos es aconsejable para que perdure el amor fraternal.
Levítico 25, vs 37:
אֶ֨ת־כַּסְפְּךָ֔ לֹֽא־תִתֵּ֥ן ל֖וֹ בְּנֶ֑שֶׁךְ
o “…tu dinero no lo darás a usura…”: No se podían cargar intereses al capital y menos prestar a usura.
Levítico 25, vs 38:
לָתֵ֤ת לָכֶם֙ אֶת־אֶ֣רֶץ כְּנַ֔עַן
o “…para dar a ustedes la tierra de Canáan…”: La tierra prometida fue dada a Israel, en virtud del pacto patriarcal; ni fue por merecimientos propios, ni por conquista en buena lid ya que Dios se parcializó a favor de Israel.
Levítico 25, vs 39:
לֹא־תַעֲבֹ֥ד בּ֖וֹ עֲבֹ֥דַת עָֽבֶד
o “…no le harás trabajar en calidad de esclavo…”: Para con los hermanos israelitas, uno tenía que tener cierta consideración porque formaban parte del pueblo santo de Dios, en el sentido de estar todos hermanados en la santa misión de לתקן עולם במלכות שדי o “…arreglar el mundo para el reino del Todopoderoso…” .
Levítico 25, vs 40:
כְּשָׂכִ֥יר כְּתוֹשָׁ֖ב יִהְיֶ֣ה עִמָּ֑ךְ עַד־שְׁנַ֥ת הַיֹּבֵ֖ל יַעֲבֹ֥ד עִמָּֽךְ
o “…como asalariado o como ciudadano será contigo hasta el año del Jubileo trabajará contigo…”: El trabajador israelita debía de estar al servicio de su patrono, como empleado, hasta el año del Jubileo.
Levítico 25, vs 41:
וְאֶל־אֲחֻזַּ֥ת אֲבֹתָ֖יו יָשֽׁוּב
o “…y a la herencia de sus padres volverá…”: El año del Jubileo, el empleado israelita quedaba libre y volvía a la propiedad de sus padres para administrarla ya que no tenía que pagar nada para redimirla.
Levítico 25, vs 42:
כִּֽי־עֲבָדַ֣י הֵ֔ם אֲשֶׁר־הוֹצֵ֥אתִי אֹתָ֖ם מֵאֶ֣רֶץ מִצְרָ֑יִם לֹ֥א יִמָּכְר֖וּ מִמְכֶּ֥רֶת עָֽבֶד
“…porque Mis siervos son, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. No serán vendidos como esclavos…”: El pueblo de Israel debía de consolidarse entre sus habitantes porque todos tenían un objetivo espiritual en común, en el sentido de servir a Dios y a la humanidad en capacidad de: ממלכת כהנים וגוי קדוש o “…un reino de sacerdotes y nación santa…” . Cada miembro de la casa de Israel fue hecho para ser cabeza y no cola con el fin de poder contribuir positivamente en el mundo espiritual y en el mundo de la excelencia.
Levítico 25, vs 43:
לֹא־תִרְדֶּ֥ה ב֖וֹ בְּפָ֑רֶךְ וְיָרֵ֖אתָ מֵאֱלֹהֶֽיךָ
o “..No le oprimirás con dureza y temerás a tu Dios…”: El comportamiento hacia otro conciudadano israelita debía de ser más considerado porque era siervo de Dios por encima de todo al pertenecer al pacto patriarcal.
Levítico 25, vs 44-45:
Aquí se mencionan a los extranjeros los cuales no tienen heredad ni posesión en Israel, en virtud de no pertenecer al pacto patriarcal. Ellos podían permanecer indefinidamente como esclavos porque el Jubileo no les beneficiaba a ellos directamente para nada.
Levítico 25, vs 46:
וּבְאַ֨חֵיכֶ֤ם בְּנֵֽי־יִשְׂרָאֵל֙ אִ֣ישׁ בְּאָחִ֔יו לֹא־תִרְדֶּ֥ה ב֖וֹ בְּפָֽרֶךְ
o “…y a tus hermanos, los hijos de Israel, el hombre contra su hermano no actuará con él con dureza…”: El espíritu de nación al servicio de Dios debía de imperar en el seno del pueblo de Israel. Debía de existir cierta consideración especial para el israelita, lo cual no implica que debía de existir racismo ni favoritismo marcado entre humanos.
Levítico 25, vs 47-55:
Aquí se menciona el caso de un israelita trabajando al servicio de un extranjero. El israelita debía de ser redimido si el extranjero se enseñoreaba con rigor sobre él. Podía ser redimido por un familiar o un israelita, antes del Jubileo. Este pagaría por su rescate para incorporarlo a su tierra al proporcionarle trabajo. Con ello, se instruía a Israel a que no permitiera que un israelita sirviera con rigor ante un extranjero, en virtud de que pertenecía al pueblo santo de Dios. El pueblo de Israel debe de ser solidario el uno con el otro, si es que ha de permanecer unido. עם ישראל עברים זה לזה
Levítico 26, vs 1:
לֹֽא־תַעֲשׂ֨וּ לָכֶ֜ם אֱלִילִ֗ם וּפֶ֤סֶל וּמַצֵּבָה֙ לֹֽא־תָקִ֣ימוּ לָכֶ֔ם
“…no os haréis dioses (de fundición), ni escultura, ni estatua os levantaréis…”: Cualquier manifestación de la divina presencia en el ámbito físico está prohibida porque Jehová Dios es espíritu y no está sujeto al tiempo ni al espacio ni puede tener definición. Pensemos que toda materia tiene bordes o limites y de ninguna manera pudiera contener o representar al Dios infinito. Además, Dios no puede ser percibido a través de los cinco sentidos sino espiritualmente.
Levítico 26, vs 2:
אֶת־שַׁבְּתֹתַ֣י תִּשְׁמֹ֔רוּ
o “…los días de mi reposo guardaréis…”: Los 52 Sábados del año más todas las fiestas decretadas por Dios, son días que no pertenecen al humano porque fueron declarados como días de Dios. En ellos no se ha de hacer obra alguna, ir de compras, planificar, etc… Santa convocación para que el énfasis se ponga exclusivamente en el espíritu y no en la materia. El sábado es la protección del judío que vive en la diáspora, sobre todo, porque es lo que en verdad lo mantiene al margen de la vorágine comercial que lo tritura todo en este mundo moderno de consumismo. Cuando se pierde el sábado, la asimilación es cuestión de poco tiempo porque se pasa de la קדושה o “…santidad…” al חול o ”…secularismo…”, muy fácilmente.
Levítico 26, vs 2:
וּמִקְדָּשִׁ֖י תִּירָ֑אוּ אֲנִ֖י יְהֹוָֽה
o “…y Mi santuario temeréis, Yo Jehová…”: El símbolo de la cercanía de la divina presencia el cual se manifestaba en el Tabernáculo de Reunión, era la representación simbólica, en la mente del pueblo de Israel, de la presencia de Dios y como tal, requería de una disciplina extrema, amen de un comportamiento de gran altura. Los castigos severos que Dios ejecutaba en medio de Israel se debían al hecho de que el símbolo divino se manifestaba en Israel. Hoy las cosas son algo diferentes porque el símbolo divino ya no se manifiesta explícitamente en el seno de Israel. Sin embargo, Dios aún conserva un estándar de justicia diferente vis a vis de Israel con relación a los demás pueblos de la tierra, en virtud del pacto patriarcal. Dios le pasa la factura a los judíos por haberlos sacado de Egipto y por todas las mercedes que hizo con nosotros a través de miles de años. Hemos visto como civilizaciones como la egipcia, la babilónica, la persa, la asiría, la romana, etc…han sido dejadas atrás en el tiempo, mientras que Israel sigue existiendo como antaño.