Gen. 32, vs 4:
וַיִּשְׁלַ֨ח יַעֲקֹ֤ב מַלְאָכִים֙
o “…y envió Jacob mensajeros…”: El término mensajero también quiere decir “ángel”. La intención fue que entraran en contacto con Esaú para darle un mensaje de paz con el fin de, eventualmente, aplacarle. Jacob quería determinar las intenciones que traía su hermano con relación a la amenaza de muerte que profirió en su día de furor contra él cuando le “usurpó”, a instancias de su madre, la bendición del pacto con Dios. Jacob era muy calculador e intentaba anticiparse a las situaciones para actuar con cierta ventaja. Esta característica la hemos heredado los judíos.
Gen. 32, vs 5:
כֹּ֤ה אָמַר֙ עַבְדְּךָ֣ יַעֲקֹ֔ב עִם־לָבָ֣ן גַּ֔רְתִּי וָאֵחַ֖ר עַד־עָֽתָּה
o “…así dice tu siervo Jacob: Con Laban viví y estuve hasta ahora…”: Jacob usa la retórica “tu siervo” ante el hermano para tratar de reducirle psicológicamente, pretendiendo darle a entender que la bendición que le usurpó, no le sirvió de mucho ya que ni siquiera se había independizado todavía. Sin embargo, Esaú si era independiente y dirigía a un enorme grupo de guerreros.
Gen. 32, vs 7:
הֹלֵ֣ךְ לִקְרָֽאתְךָ֔ וְאַרְבַּע־מֵא֥וֹת אִ֖ישׁ עִמּֽוֹ
o “…(Esaú) viene a tu encuentro y cuatrocientos hombres con él…”: Esaú parecía tener como un pequeño ejercito que lo acompañaba, lo cual atemorizó grandemente a Jacob porque pensaría que el hermano venía a vengarse por lo de la suplantación cuando usurpó, a instancias de su madre, la bendición del pacto de Abrahán y de Isaac con Dios.
Gen. 32, vs. 8:
וַיַּ֜חַץ אֶת־הָעָ֣ם אֲשֶׁר־אִתּ֗וֹ וְאֶת־הַצֹּ֧אן וְאֶת־הַבָּקָ֛ר וְהַגְּמַלִּ֖ים לִשְׁנֵ֥י מַחֲנֽוֹת
o “… Y dividió al pueblo que estaba con él y a las ovejas y a las vacas y a los camellos en dos campamentos…”: Ante la eventualidad de lo que Jacob consideraba como peligro de ataque de su hermano Esaú, decidió separar su campamento en dos para que uno fuese adelante y el otro detrás con el fin de ver que es lo que sucedía con el primer campamento. Si era atacado y destruido, el campamento de atrás huiría como está dicho en el Gen. 32, vs 9:
אִם־יָב֥וֹא עֵשָׂ֛ו אֶל־הַמַּחֲנֶ֥ה הָאַחַ֖ת וְהִכָּ֑הוּ וְהָיָ֛ה הַמַּחֲנֶ֥ה הַנִּשְׁאָ֖ר לִפְלֵיטָֽה
o “…Si viniere Esaú al campamento de vanguardia y lo hiriere entonces el campamento restante en la retaguardia escaparía. Vemos como Jacob actúa de manera sabía ante la incógnita que representaba el encuentro con su hermano Esaú y sus 400 hombres. Jacob es hombre confiado en Dios aunque no por ello, menos precavido. Jacob entiende que Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos, no a los que ingenua e irresponsablemente se piensan que Dios va a venir a sacarles “las castañas del fuego” mientras que ellos, confiados en Dios, se abstienen de actuar, rezando en vez de atendiendo a sus responsabilidades como debieran. Jacob se prepara para lo peor aunque confía en que Dios le ayudará. Esta luce ser la actitud correcta en la vida. No se puede ni se debe solamente de estar a expensas de que Dios venga a ayudarle a uno. El humano es libre y debe de actuar de manera correcta para agradar a Dios. Uno se prepara para lo peor y espera que suceda lo mejor.
Gen. 32, vs 10:
וַיֹּ֘אמֶר֮ יַעֲקֹב֒ אֱלֹהֵי֙ אָבִ֣י אַבְרָהָ֔ם וֵאלֹהֵ֖י אָבִ֣י יִצְחָ֑ק
o “…Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abrahán y Dios de mi padre Isaac…”: Vemos como Jacob, lo primero que hizo fue separar al pueblo en dos y lo segundo, dirigirse al Dios de su padre Abrahán y al Dios de su padre Isaac. Esta actitud hace honor al refranero Castellano en eso de: “….A Dios rogando y con el mazo dando…”. Vemos también que Jacob separa al Dios de Abrahán del Dios de Isaac porque entiende que lo que Abrahán representó para Dios no es lo mismo que Isaac, ya que cada humano tiene una perspectiva diferente y una relación distinta con Dios. Jacob apela a los méritos de los dos progenitores, por separado, para dar mayor respaldo a su causa.
Gen. 32, vs 10:
יְהֹוָ֞ה הָאֹמֵ֣ר אֵלַ֗י שׁ֧וּב לְאַרְצְךָ֛ וּלְמוֹלַדְתְּךָ֖ וְאֵיטִ֥יבָה עִמָּֽךְ
o “…Jehová, El que me dice vuelve a tu tierra y a tu parentela y te irá bien…”: Jacob apela al saber de Dios El cual le aconsejó que volviera y con ello se encontrara con su hermano Esaú. Jacob de esta manera luce hacer a Dios responsable por la integridad de sus dos campamentos.
Gen. 32, vs 11:
כִּ֣י בְמַקְלִ֗י עָבַ֙רְתִּי֙ אֶת־הַיַּרְדֵּ֣ן הַזֶּ֔ה וְעַתָּ֥ה הָיִ֖יתִי לִשְׁנֵ֥י מַחֲנֽוֹת
o “…porque con mi cayado atravesé este (río) Jordán y ahora soy dueño de dos campamentos…”: Jacob reconoce que lo que él consiguió es consecuencia de la gracia divina a su favor, ya que no tenía nada entonces y ahora tiene tanto. Jacob confía en Dios aunque, en definitiva, no pueda presagiar la actitud de Dios porque no existe humano que pueda saber de antemano como Dios va a actuar. Resulta muy aventurado y riesgoso hacer predicciones en cuanto al comportamiento futuro de Dios.
Gen. 32, vs 12:
הַצִּילֵ֥נִי נָ֛א מִיַּ֥ד אָחִ֖י
o “…líbrame, por favor, de la mano de mi hermano…”: Jacob infiere que Dios le debería de ayudar y por eso le implora por ello.
Gen. 32, vs 12:
וְהִכַּ֔נִי אֵ֖ם עַל־בָּנִֽים
o “…y me herirá a la madre con sus hijos…”: Jacob es un gran abogado y sabe presentar su causa ante Dios, el Juez Supremo, cuando le recuerda que salve a la madre con su cría, es decir, al humano que Dios creó y al cual le dijo: “…Multiplicaos y fructificaos y llenad la tierra y sojuzgadla…”. El pueblo Judío conserva este dramatismo de Jacob cuando percibe que su supervivencia está en peligro. Por otra parte, Jacob tiene en muy mala consideración a su hermano Esaú; lo considera como un salvaje criminal.
Gen. 32. vs 13:
וְאַתָּ֣ה אָמַ֔רְתָּ הֵיטֵ֥ב אֵיטִ֖יב עִמָּ֑ךְ וְשַׂמְתִּ֤י אֶֽת־זַרְעֲךָ֙ כְּח֣וֹל הַיָּ֔ם אֲשֶׁ֥ר לֹא־יִסָּפֵ֖ר מֵרֹֽב׃
o “…Y tu (Dios) dijiste te ha de ir bien y te puse a ti y a tu simiente como la arena del mar, la cual no se puede contar de multitud…”: Jacob también exhorta a Dios a honrar su palabra en el sentido de que le protegería a él y a su descendencia. Otro recurso de buen abogado el cual sabe presentar su caso desde diferentes ángulos con el fin de que su causa triunfe. Jacob pretende así medio-manipular la voluntad divina pretendiendo influir en Dios con sus irrefutables argumentos.
Gen. 32, vs 14:
וַיִּקַּ֞ח מִן־הַבָּ֧א בְיָד֛וֹ מִנְחָ֖ה לְעֵשָׂ֥ו אָחִֽיו
o “…y cogió de lo que tenía a mano un presente para Esaú su hermano…”: Jacob recurre al aspecto materialista, es decir, a los presentes o bienes materiales para ofrecérselos al hermano y así poder manipular su voluntad mejor. Jacob se demuestra como un gran manipulador, no sólo de la voluntad divina sino también la de otros. Esta característica la heredaríamos los judíos en el mundo, los cuales, somos los manipuladores por excelencia. De hecho, hemos sido capaces de manipular la información para difamar a Dios, en virtud del Holocausto y de otras desventuras del pueblo judío, cuestionando, a menudo, la misma existencia de Dios. También hemos manipulado la historia para difamar a todos aquellos que nos hicieron daño para venganza, mucho más que para justicia. Hemos sido grandes abogados de nuestras causas, a veces, a expensas de la verdad y de la justicia. En esto, nos hemos extralimitado al habernos sobremanera parcializado.
Gen. 32, vs 15-16:
Todos estos animales estaban destinados a ser ofrecidos a Esaú su hermano para tratar de aplacarlo. Esto denota el carácter negociador de Jacob. Los judíos hemos heredado esta característica, en el sentido de que negociamos por todo. Tanto es así, que el gobierno de Israel ha negociado la entrega de su suelo patrio (Gaza, Cisjordania e incluso la vieja Jerusalén) con el fin de conseguir dinero de USA y con el fin de crear condiciones para un eventual arreglo político con sus mortales enemigos los filisteos o palestinos. Estos judíos se convirtieron en “un reino de comerciantes” en vez de constituirse en “un reino de sacerdotes”, como dicta la Torá.
Gen. 32, vs 17:
בֵּ֥ין עֵ֖דֶר וּבֵ֥ין עֵֽדֶר
o “…entre manada y manada…”: Jacob los separó para que parecieran más de lo que en realidad eran. Jacob era un hombre de muchos recursos sobre todo psicológicos. Otra característica que heredaríamos los judíos.
Gen. 32. vs 19:
לְעַבְדְּךָ֣ לְיַעֲקֹ֔ב מִנְחָ֥ה הִוא֙ שְׁלוּחָ֔ה לַֽאדֹנִ֖י לְעֵשָׂ֑ו
o “…de tu siervo Jacob, es presente enviado para mi señor Esaú…”: Jacob parece actuar de manera muy política (hipócrita). Se presenta al hermano, a través de otros, es decir, públicamente, como siervo de Esaú, cuando Jacob está convencido de que el hermano es fácil presa de sus manipulaciones. En honor a la verdad, Jacob pretende convencerle a Esaú de lo que no es, lo cual luce bastante deshonesto. Sin embargo, en favor de Jacob, debemos de argumentar que se está defendiendo como mejor sabe y puede, usando la inteligencia que Dios le dio para sus fines personales. En justicia, si de algo se pudiera acusar a Jacob y al judío en general, es de cierta medida de egoísmo al usar la inteligencia para él más que para el bien social.
Gen. 32. vs 19:
וְהִנֵּ֥ה גַם־ה֖וּא אַחֲרֵֽינוּ
o “…y he aquí también él viene detrás nuestra…”: De ninguna manera Jacob quiere dar señales de cobardía ante el hermano.
Gen. 32, vs 21:
אֲכַפְּרָ֣ה פָנָ֗יו בַּמִּנְחָה֙ הַהֹלֶ֣כֶת לְפָנָ֔י
o “…apaciguaré su faz (ira) con los presentes que desfilan delante de mí…”: Jacob sigue pretendiendo manipular a su hermano como lo hizo cuando le ofreció el potaje de lentejas, a cambio de la primogenitura. Si Esaú fuera inteligente, se daría cuenta de que su hermano no cambió nada en este respecto y aún persiste con la misma actitud, lo cual debería de enfadarlo aun más. Sin embargo, Esaú no es inteligente y no se percata del juego sicológico del hermano.
Gen. 32, vs 21:
וְה֛וּא לָ֥ן בַּלַּֽיְלָה־הַה֖וּא בַּֽמַּחֲנֶֽה
o “…y él pernoctó aquella noche en el campamento…”: Jacob sabía que estaba en el “campamento de Dios” porque allí vio ángeles de Dios. Parece que Jacob buscaba un encuentro con la divinidad para asegurarse de que su hermano no lo fuera a atacar.
Gen. 32, vs 23:
וַיָּ֣קׇם ׀ בַּלַּ֣יְלָה ה֗וּא
o “…y se levantó la noche esa…”: Jacob no pudo conciliar el sueño en virtud de la preocupación que tenía con respecto a lo que pudiera acontecer al encontrarse con su hermano. Jacob no sabía que su padre aún vivía y que Esaú, aunque quisiera, no le iba a hacer daño alguno ya que había prometido no asesinarle hasta después de que muriera su padre, Isaac.
Gen. 32, vs 23:
וַֽיַּעֲבֹ֔ר אֵ֖ת מַעֲבַ֥ר יַבֹּֽק
o “…y pasó el vado de Yabok…”: Al otro lado del campamento de Dios. Jacob quería estar solo para poder confrontar a Dios acerca del problema que le preocupaba.
Gen. 32, vs 25:
וַיִּוָּתֵ֥ר יַעֲקֹ֖ב לְבַדּ֑וֹ
o “…y se quedó Jacob solo…”: Jacob lucía impaciente y no podía razonar, por lo cual decidió aislarse para poder concentrarse mejor, ya que tenía una gran confusión y necesitaba saber que estaba pasando. Jacob luce ser un individuo preocupado, temeroso, desconfiado de Dios y de la humanidad y pesimista. Estas características también las heredaríamos los judíos hasta el mismo día de hoy. El ser manipulador no descansa porque vive en la inseguridad permanentemente. En su relativa demencia, lo quiere abarcar y controlar casi todo.
Gen. 32, vs 25:
וַיֵּאָבֵ֥ק אִישׁ֙ עִמּ֔וֹ עַ֖ד עֲל֥וֹת הַשָּֽׁחַר
o “…y luchó un hombre con él hasta que rayaba el alba…”: Era un ángel en forma humana el cual contendía espiritualmente con Jacob para hacerle razonar y ver que Dios estaba con él aunque Jacob no lo viera así. La discusión o lucha espiritual no parecía tener vencedor ni vencido y se alargó hasta el despuntar del alba.
Gen. 32, vs 26:
וַיַּ֗רְא כִּ֣י לֹ֤א יָכֹל֙ ל֔וֹ
o “…y vio que no podía con él…”: El ángel se percató de que no podía vencer a Jacob, o dicho de otra manera, las fuerzas de Dios no podían con las fuerzas de Israel, no porque no fueran superiores, sino a causa de que Israel es el arbitro entre Dios y la humanidad, en virtud del pacto patriarcal con Dios, en el marco del ejercicio del libre albedrío humano.
Gen, 32, vs 25:
וַיִּגַּ֖ע בְּכַף־יְרֵכ֑וֹ וַתֵּ֙קַע֙ כַּף־יֶ֣רֶךְ יַעֲקֹ֔ב
o “…y le tocó en el lugar del encaje del muslo y se descoyuntó el muslo de Jacob…”: El ángel, al no poder con él espiritualmente, lo atacó en el físico, en la pierna para que no pudiera caminar. El sentido espiritual de esto es que el humano puede escoger, a través del libre albedrío que Dios le otorgó, lo que desee, aunque sufrirá las consecuencias en su cuerpo por los errores al no atender al consejo divino. El holocausto y otros episodios luctuosos son el resultado de la rebelión del judío contra Dios y de su negativa a reconocer lo santo, justo y verdadero para incorporarlos en su carácter. Esta pelea será la que dará nacimiento al nombre de Israel, el cual significa “luchar con Dios y con la humanidad y vencer” como reza en Gen. 32, vs 29:
כִּֽי־שָׂרִ֧יתָ עִם־אֱלֹהִ֛ים וְעִם־אֲנָשִׁ֖ים וַתּוּכָֽל
o “…Ya que ministrarás entre Dios y la humanidad y podrás…”.
Gen. 32, vs 27:
וַיֹּ֣אמֶר שַׁלְּחֵ֔נִי כִּ֥י עָלָ֖ה הַשָּׁ֑חַר וַיֹּ֙אמֶר֙ לֹ֣א אֲשַֽׁלֵּחֲךָ֔ כִּ֖י אִם־בֵּרַכְתָּֽנִי
o “…y (el ángel) le dijo, déjame ir ya que despunta el alba y (Jacob) le dijo, no te dejaré de ir hasta que me bendigas…”: A pesar de que Jacob cojeaba, aún así, no se doblegaba ante la voluntad divina sino que conservaba su espíritu de lucha. El sentido espiritual de esto es que el judío sufre y se tambalea y a veces se cae, en su caminar por la tierra, sin embargo, sigue ejerciendo su ministerio vis a vis las fuerzas de Dios y de la humanidad. El pueblo judío reclama a Dios para que le siga bendiciendo aunque él siga estando en contra de su Dios. שארית יעקב o “el remanente de Judá”, sin embargo, honrará a Dios.
Gen. 32, vs 28:
מַה־שְּׁמֶ֑ךָ וַיֹּ֖אמֶר יַעֲקֹֽב
o “…¿Cuál es tu nombre? Y dijo Jacob…”: El ángel de Dios le pregunta por el nombre porque tiene la intención de cambiárselo por el de Israel. Israel es el nombre espiritual del rol de árbitro que estará llamado a ejercer en el seno de las naciones del mundo, ante Dios.
Gen. 32, vs 29:
לֹ֤א יַעֲקֹב֙ יֵאָמֵ֥ר עוֹד֙ שִׁמְךָ֔ כִּ֖י אִם־יִשְׂרָאֵ֑ל כִּֽי־שָׂרִ֧יתָ עִם־אֱלֹהִ֛ים וְעִם־אֲנָשִׁ֖ים וַתּוּכָֽל
o “…no se llamará tu nombre mas Jacob sino Israel porque servirás ante Dios y ante la humanidad y podrás…”: Espiritualmente, el judío ha de luchar, por un lado, con las fuerzas divinas para reclamar de ellas más paciencia, más tolerancia y más ayuda para la labor que, como Israel espiritual que es, ha de realizar, enfrente de una humanidad escéptica o gentil que no acierta a conocer los caminos santos del Dios vivo y verdadero. Israel o los judíos oficiamos enfrente de Dios y de la humanidad y contendemos casi constantemente contra ambos. Al final, el judío, a pesar de todos sus desaciertos y pecados, logrará transmitir a la humanidad el mensaje divino. Este mensaje se manifestará tanto en el castigo de Dios a Israel, cuando los judíos no honramos la voluntad divina, como en la bendición de Dios a Israel cuando los judíos acercamos a la humanidad a Dios, a través del comportamiento digno y virtuoso. En definitiva, Israel o los judíos debemos de: לתקן עולם במלכות שדי o “… transformar al mundo en el reino de Dios…”.
Gen. 32, vs 30:
וַיִּשְׁאַ֣ל יַעֲקֹ֗ב וַיֹּ֙אמֶר֙ הַגִּֽידָה־נָּ֣א שְׁמֶ֔ךָ
o “…y le preguntó Jacob diciéndole dime, por favor, cuál es tu nombre…”: Jacob, como ser humano, incapaz de poder entender las fuerzas espirituales de Dios, trata de conseguir del ángel de Dios una descripción concreta o en términos humanos, de cómo el ángel es. Jacob quiere rebajar la espiritualidad de Dios al nivel del hombre, desgraciadamente, hasta ahora, para manipularlas más que para honrarlas.
Gen. 32, vs 30:
וַיֹּ֕אמֶר לָ֥מָּה זֶּ֖ה תִּשְׁאַ֣ל לִשְׁמִ֑י
o “…y (el ángel) dijo, ¿por qué preguntas por mi nombre?…”: La respuesta del ángel fue deliberadamente confusa ya que respondió a través de otra pregunta, la cual dio a entender a Jacob que la verdad espiritual no puede tener representación en el mundo físico con un “nombre” y que, por lo tanto, la pregunta estaba fuera de orden, en virtud de que el ángel de Dios no era mas que un ejecutor de la voluntad divina, quizás, sin identidad propia, ya que pudiera ser simbología y no realidad, es decir, Dios habla a través de la representación del ángel. El humano sin embargo, mediante el uso del lenguaje, puede simbólicamente representar algo de esa realidad divina en la forma aunque no en su esencia. La respuesta pareció satisfacer a Jacob porque le dejó de ir.
Gen. 32, vs 30:
וַיְבָ֥רֶךְ אֹת֖וֹ שָֽׁם
o “…y (el ángel) le bendijo allí…”: El ángel de Dios bendijo a Jacob porque sabía que al final de la lucha espiritual de Jacob o Israel con Dios y con la humanidad, vendría la victoria final, la cual haría olvidar todos los sinsabores pasados, otorgando a Dios el lugar y la gloria que justamente se merece. El pecado de Adán sería redimido y la muerte desaparecería para siempre בלע המות porque Jehová o יהוה es Dios de vida y no de muerte y ama a la obra de sus santas manos, como padre celestial que es, como reza en la Biblia: והוא רחום יכפּר עון ולא ישחית o “…y Él (Dios) es piadoso y perdonará el pecado y no destruye…”.
Gen. 32, vs 31:
כִּֽי־רָאִ֤יתִי אֱלֹהִים֙ פָּנִ֣ים אֶל־פָּנִ֔ים וַתִּנָּצֵ֖ל נַפְשִֽׁי
o “…porque vi a Dios, cara a cara, y se salvó mi alma…”: Jacob, por fin se calmó y entendió que la presencia de Dios iba con él para librarlo, no sólo de las vicisitudes de la vida material de este mundo sino otorgándole la salvación espiritual eterna (condicional).
Gen. 32, vs 32:
וַיִּֽזְרַֽח־ל֣וֹ הַשֶּׁ֔מֶשׁ
o “…y le salió el sol…”. Más allá de que saliera el sol como tal, la frase usa el término “le” porque salió el sol espiritual para Jacob, es decir, brilló la divina esperanza y confianza en la eternidad con Dios.
Gen. 32, vs 32:
וְה֥וּא צֹלֵ֖עַ עַל־יְרֵכֽוֹ
o “…y él (Jacob o Israel) cojeaba de su cadera…”: Espiritualmente hablando, Jacob o el recién nacido Israel, aún estaba experimentando en su cuerpo, las consecuencias de su lucha con Dios, aunque su alma se sentía liberada y satisfecha, en virtud de la esperanza de la salvación eterna, como dijimos en el versículo anterior.
Gen. 32, vs 33:
עַל־כֵּ֡ן לֹֽא־יֹאכְל֨וּ בְנֵֽי־יִשְׂרָאֵ֜ל אֶת־גִּ֣יד הַנָּשֶׁ֗ה
o “…por lo tanto, no comieron los hijos de Israel el tendón que se contrajo…”: Los carniceros judíos desechan esta parte del animal como símbolo de la pelea que tuvo Jacob o Israel con el ángel de Dios. Espiritualmente significa que lo físico ha de servir a lo espiritual o que la vida tiene su verdadera razón de ser en el ámbito espiritual no en las riquezas ni en los placeres físicos de este mundo. Recordemos que lo que distingue al humano del animal y de todo lo demás creado, es precisamente, la existencia del espíritu de discernimiento, el cual lo conduce hacia el encuentro e integración con la divinidad, en virtud de la trascendencia.
Gen. 33, vs 1:
וַיִּשָּׂ֨א יַעֲקֹ֜ב עֵינָ֗יו וַיַּרְא֙ וְהִנֵּ֣ה עֵשָׂ֣ו בָּ֔א וְעִמּ֕וֹ אַרְבַּ֥ע מֵא֖וֹת אִ֑ישׁ
o “…y alzó Jacob sus ojos y vio y he aquí Esaú viene y con él cuatrocientos hombres…”: El momento por el que tanto se preocupó Jacob había llegado y el encuentro era inminente. Jacob debía de estar bien preocupado aunque firme en su esperanza y confianza en Dios, su protector.
Gen. 33, vs 2:
וְאֶת־לֵאָ֤ה וִֽילָדֶ֙יהָ֙ אַחֲרֹנִ֔ים וְאֶת־רָחֵ֥ל וְאֶת־יוֹסֵ֖ף אַחֲרֹנִֽים
o “…y a Leah y sus hijos últimos y a Raquel y a José últimos…”: Jacob era un hombre de preferencias, es decir, se pronunciaba a favor de los que quería de manera muy manifiesta y hacía lo mismo con aquellos a los que no le agradaban, con lo cual se parcializaba. Vemos aquí como pretendió proteger a Leah y a sus hijos poniéndolos detrás y a Raquel y a José, prácticamente, los últimos de todos. Esto no pudo agradar a los hijos de las concubinas, los cuales, como veremos más adelante, se portaron con su padre Jacob de manera bastante rencorosa, e insensible, quizás, en parte, alimentados por años de preferencias innecesarias de esta clase.
Gen. 33, vs 3:
וַיִּשְׁתַּ֤חוּ אַ֙רְצָה֙ שֶׁ֣בַע פְּעָמִ֔ים
o “…y se arrodilló a tierra 7 veces…”: Este impropio proceder si no es una exageración exagerada, y valga la redundancia, no sé lo que es. ¿Qué necesidad tenía de comportarse de manera tan servilmente hipócrita? Desde luego, esto refleja el temor que tenía por su hermano. ¿Pudiera ser tan cruel Esaú como Jacob pensaba? ¿Conocía Jacob a Esaú tanto que con estas exageraciones hipócritas lo redujo psicológicamente?
Gen. 33, vs 4:
וַיָּ֨רׇץ עֵשָׂ֤ו לִקְרָאתוֹ֙ וַֽיְחַבְּקֵ֔הוּ וַיִּפֹּ֥ל עַל־צַוָּארָ֖ו וַׄיִּׄשָּׁׄקֵ֑ׄהׄוּׄ וַיִּבְכּֽוּ
o “…y corrió Esaú a su encuentro y le abrazó y se inclinó sobre su cuello y le besó y (ambos) lloraron…”: Desde luego, esta reacción de Esaú dista años luz de corresponder a lo que Jacob pensaba de él. ¿Estaba errado Jacob en su exagerado temor? Yo pienso que sí porque quizás no conocía a su hermano tanto como él creía, el cual no parece haberle guardado tanto rencor si es que le guardaba alguno o ¿Será que Dios trastornó el corazón de Esaú hasta el punto de convertir el odio en amor? En este sentido vemos como en Éxodo 10, vs 1 está dicho: “…porque Yo (Dios) he endurecido el corazón de Faraón y el de sus siervos…”. Los psicólogos dicen que entre el odio y el amor hay una separación bien fina.
Gen. 33, vs 5:
אֶת־עַבְדֶּֽךָ
o “…a tu siervo…”: Vemos como a pesar de haber experimentado la reacción casi 100% positiva de su hermano hacia él, Jacob decide proseguir con su estrategia política al manifestar públicamente él, ser el siervo del hermano.
Gen. 33, vs 6:
וַתִּֽשְׁתַּחֲוֶֽיןָ
o “…y (las siervas con sus hijos) se prosternaron…”: Jacob hizo prosternarse a toda su familia delante de Esaú para hallar gracia y perdón ante los ojos de su hermano. Sin embargo, en ningún momento se justificó ante el hermano por lo que le hizo al comprarle su primogenitura y al suplantarle en la bendición del padre. Este proceder lo veremos también en el pueblo judío, el cual, jamás pidió perdón o se excusó ante sus críticos, con razón o sin ella. Esto le valió el apelativo de Dios de: “ עם קשי עורף o “… pueblo de dura cerviz…”. Los judíos hemos acusado a España por la expulsión de los judíos no conversos y por la persecución de Marranos o judíos conversos. Sin embargo, nunca hemos reconocido con la misma fuerza y vehemencia la tolerancia que tuvo España para con nosotros durante tantos años antes, como tampoco hemos reconocido la misma tolerancia que tuvieron los Alemanes para con los judíos, a excepción de los años 1933 al 1945, años terribles en los cuales nos masacraron industrialmente, en hornos crematorios, en cámaras de gas, en fusilamiento en trincheras, etc.. Hemos sabido reconocer lo malo que hicieron nuestros adversarios, sin embargo, no hemos hecho la debida justicia, en virtud de todo lo bueno que hicieron por nosotros durante tanto tiempo. Lo justo y apropiado es pagar bien por bien y mal por mal, no olvidarse totalmente del bien y acusar del mal solamente, en función de campañas propagandísticas que duran hasta hoy, 60 años después..
Gen. 33, vs 7:
וַתִּגַּ֧שׁ גַּם־לֵאָ֛ה וִילָדֶ֖יהָ וַיִּֽשְׁתַּחֲו֑וּ וְאַחַ֗ר נִגַּ֥שׁ יוֹסֵ֛ף וְרָחֵ֖ל וַיִּֽשְׁתַּחֲוֽוּ
o “…y se acercó también Leah y sus hijos y se inclinaron y después se acercó José y Raquel y se inclinaron…”: Infiero que con este despliegue de familia, Jacob quiso enternecer a Esaú.
Gen. 33, vs 8:
מִ֥י לְךָ֛ כׇּל־הַמַּחֲנֶ֥ה הַזֶּ֖ה אֲשֶׁ֣ר פָּגָ֑שְׁתִּי
o “…¿Qué te propones con estos campamentos (separados) que encontré?…” Esaú no entiende bien lo que se propone el hermano con ese despliegue de campamentos separados. Yo iría aún más lejos al presumir que Esaú no se fiaba del hermano porque siempre le jugaba alguna mala pasada y el perdedor siempre era él. Esaú, con razón, debía de temer a la inteligencia manipuladora de Jacob.
Gen. 33, vs 9:
וַיֹּ֥אמֶר עֵשָׂ֖ו יֶשׁ־לִ֣י רָ֑ב אָחִ֕י יְהִ֥י לְךָ֖ אֲשֶׁר־לָֽךְ
o “…y dijo Esaú, tengo suficiente mi hermano, que sea para ti lo que es tuyo…”: Esaú usa el término “mi hermano”, como señal familiar hacia él y no quiere tomar ventaja de sus avances ni de su ofrecimiento. Quizás se mostraba renuente a hacer el juego del hermano por temor a salir perdiendo otra vez más.
Gen. 33, vs 10:
עַל־כֵּ֞ן רָאִ֣יתִי פָנֶ֗יךָ כִּרְאֹ֛ת פְּנֵ֥י אֱלֹהִ֖ים וַתִּרְצֵֽנִי
o “…ya que he visto tu cara como el que ve la cara de Dios y agradarte…”: Entiendo que Jacob insista en que Esaú acepte los regalos que él le presenta porque quiere agradecerle el hecho de que le recibió bien. Sin embargo, ¿Por qué le compara con ver la faz de Dios? Infiero que está actuando sobremanera super-hipócrita.
Gen. 33, vs 11:
וַיִּפְצַר־בּ֖וֹ וַיִּקָּֽח
o “…e insistió (Jacob) y (Esaú) lo tomó…”: Al final la voluntad de Jacob fue la que se impuso una vez más y el hermano aceptó los presentes. Esto viene a demostrar que la inteligencia y la manipulación hábil puede, a largo plazo, más que la fuerza bruta.
Gen. 33, vs 12:
וַיֹּ֖אמֶר נִסְעָ֣ה וְנֵלֵ֑כָה וְאֵלְכָ֖ה לְנֶגְדֶּֽךָ
o “…y dijo, viajaremos e iremos juntos e iré delante de ti…”: Esaú se ofrece acompañar al hermano para ir delante de los campamentos, posiblemente, con el fin de protegerlos. Esaú quiere ser útil al hermano porque desea reconocimiento y afecto en virtud de ser el hermano mayor.
Gen. 33, vs 13:
וָמֵ֖תוּ כׇּל־הַצֹּֽאן
o “…y morirán todas las ovejas…”: Jacob dramatiza la situación para que el hermano desista en acompañarlos.
Gen. 33, vs 14:
יַעֲבׇר־נָ֥א אֲדֹנִ֖י לִפְנֵ֣י עַבְדּ֑וֹ
o “…pase por favor mi señor (Esaú) delante de su siervo…”: Jacob declina cortésmente el ofrecimiento de su hermano de acompañarlos. Posiblemente, Jacob lo que desea es perder de vista al hermano lo antes posible porque no se fía de él. Ya dijimos antes que Jacob era negativo y desconfiado. No desea darle chance al hermano de recordar tiempos pasados.
Gen. 33, vs 14:
עַ֛ד אֲשֶׁר־אָבֹ֥א אֶל־אֲדֹנִ֖י שֵׂעִֽירָה
o “…hasta que venga a mi señor en la ciudad de Seir…”: Jacob, de forma velada le insta al hermano a irse prometiéndole que le volvería a ver en Seir, lugar donde él vivía. Esto luce ser una excusa para quitárselo de arriba.
Gen. 33, vs 15:
אַצִּֽיגָה־נָּ֣א עִמְּךָ֔ מִן־הָעָ֖ם אֲשֶׁ֣ר אִתִּ֑י
o “… dejaré, por favor, contigo de la gente que está conmigo…”: Esaú sugiere dejar parte de su guardia de seguridad para que acompañen a Jacob y a su campamento. Cualquier alusión de acercamiento y de apertura que Esaú hace a Jacob encuentra una rotunda y desconsiderada negativa por respuesta.
Gen. 33, vs 15:
לָ֣מָּה זֶּ֔ה אֶמְצָא־חֵ֖ן בְּעֵינֵ֥י אֲדֹנִֽי
o “…¿para qué esto? Haye yo gracia en los ojos de mi señor…”: Jacob, sutilmente, le hace saber a su hermano que no necesita ayuda y Esaú una vez más se marcha y hace la voluntad de Jacob… como siempre! En justicia, pienso que Jacob, con razón o sin ella, no quería ningún tipo de amistad ni cercanía con el hermano.
Gen. 33, vs 16:
וַיָּ֩שׇׁב֩ בַּיּ֨וֹם הַה֥וּא עֵשָׂ֛ו לְדַרְכּ֖וֹ שֵׂעִֽירָה׃
o “…y volvió en aquel día Esaú por su camino a Seir…”: Seir era el lugar donde habitaba Esaú. Muy posiblemente, Esaú se había olvidado de todo el agravio que le había hecho su hermano ya que en el fondo, él no sabía lo que la espiritualidad representaba.
Gen. 33, vs 18:
וַיָּבֹא֩ יַעֲקֹ֨ב שָׁלֵ֜ם
o “…y vino Jacob completo…”: Significa que quedó satisfecho por como se había desarrollado el temido encuentro con Esaú, su hermano.
Gen. 33, vs 20:
וַיַּצֶּב־שָׁ֖ם מִזְבֵּ֑חַ וַיִּ֨קְרָא־ל֔וֹ אֵ֖ל אֱלֹהֵ֥י יִשְׂרָאֵֽל
o “…y erigió allí un altar y lo llamó poderoso es el Dios de Israel…”: Al llegar a la tierra de Canaán, erigió un altar para Dios y reconoció que el Dios viviente, creador del mundo, es el Dios de Israel porque lo llevó a Padan Aram, y lo devolvió sano, salvo y enriquecido a la tierra prometida. Como lo prometió en Bet El (Gen. 28: vs 20), Jacob reconoce que el Dios que él vio en sueños es el Dios vivo y verdadero y con este altar lo reconoce para siempre.
Gen. 34, vs 1:
לִרְא֖וֹת בִּבְנ֥וֹת הָאָֽרֶץ
o “…para ver a las hijas de la tierra…”: Seguramente que Dina era algo liberal y atrevida y, como no pertenecía a esta cultura, tenía curiosidad por ver como se vestían y se comportaban las muchachas de su edad. Luce tener una actitud agresiva y valiente, la cual le va a traer serios problemas. Hay que estar muy bien preparado para actuar de manera liberal porque para destruir una tradición pasada, es preciso reemplazarla por algo mejor. No se puede destruir una tradición y dejar un vacío en su lugar porque, en la tradición, existe cierta sabiduría.
Gen. 34, vs 2:
וַיַּ֨רְא אֹתָ֜הּ שְׁכֶ֧ם בֶּן־חֲמ֛וֹר הַֽחִוִּ֖י נְשִׂ֣יא הָאָ֑רֶץ וַיִּקַּ֥ח אֹתָ֛הּ וַיִּשְׁכַּ֥ב אֹתָ֖הּ וַיְעַנֶּֽהָ׃
o “…y la observó Shejem hijo de Hamor el Hevéo, príncipe de la tierra y la tomó y se acostó con ella afligiéndola…”: Es posible que la coquetería provocativa de Dina incitara a Shejem. O puede que no fuera ella tan coqueta sino que Shejem, por ser hijo del príncipe, se atreviera a violarla. Yo quisiera decir que muchas jovencitas, considerando el sexo del hombre como el de la mujer, no se dan cuenta de lo agresivo que es el sexo de los hombres y los provocan por su comportamiento algo ligero y coqueto. El hombre, también se equivoca al interpretar la coquetería femenina con mentalidad masculina, es decir, deseoso de provocar al hombre para hacer el sexo con él, como lo haría el hombre. El sexo masculino y el femenino son muy diferentes. Generalmente, la mujer tiene que enamorarse del hombre para hacer el sexo a satisfacción con él mientras que el hombre, generalmente, no, ya que con poseer el físico atractivo de ella, le basta.
Gen. 34 vs 3:
וַתִּדְבַּ֣ק נַפְשׁ֔וֹ בְּדִינָ֖ה
o “…y se unió su alma a la de Dina…”: Es una forma de decir que se encaprichó ella, en el sentido de amor a primera vista. Es posible que como Dina era tan inocente, Shejem la hallara muy diferente a todas las demás, encaprichándose de lo nuevo.
Gen. 34, vs 3:
וַיֶּֽאֱהַב֙ אֶת־הַֽנַּעֲרָ֔ וַיְדַבֵּ֖ר עַל־לֵ֥ב הַֽנַּעֲרָֽ
o “…y amó a la joven y le habló a su corazón…”: Shejem lucía enamorado de ella y le habló sinceramente, conquistando el corazón de ella, de alguna manera. Al término הַֽנַּעֲרָֽ o “…la mozuela…”, le falta la ה final, en los dos casos. A mi entender, esto es debido a que ella perdió su virginidad o parte de su santidad. Recordemos como Dios le añadiría a אברם o “Abram” una ה al convertirlo en אברהם o “Abrahán” y a שרי o “Sarai” una ה también al convertirla en שרה o “Sarah”.
Gen. 34, vs 4:
אֶת־הַיַּלְדָּ֥ה הַזֹּ֖את לְאִשָּֽׁה
o “…a la niña esta por mujer…”: Yo entiendo que Dina por ser virgen y haberse comportado de manera hostil y poco cooperativa a su violador, le hizo considerar que era más niña que mujer. Seguramente, las muchachas de aquel lugar estarían más “maleadas” que ella.
Gen. 34, vs 5:
טִמֵּא֙ אֶת־דִּינָ֣ה בִתּ֔וֹ
”…deshonró a Dina su hija…”: El término טִמֵּא֙ significa también impuro, lo cual le da un carácter de falta de santidad. Es preciso entender que en el sentir de la Biblia, la impureza espiritual se considera negativa porque tiende a distanciar al espíritu humano del espíritu divino. Consecuentemente, Jacob se enfrentó a dos problemas: Uno político o social y el otro espiritual.
Gen. 34, vs 5:
וְהֶחֱרִ֥שׁ יַעֲקֹ֖ב עַד־בֹּאָֽם
o “…y calló Jacob hasta que vinieran (sus hijos)…”: Jacob, hombre muy introspectivo, ante la gravedad de la situación, decidió reflexionar acerca del asunto en cuestión y evacuar consultas con sus hijos después. Había que evaluar el aspecto social ya que eran extranjeros y el aspecto moral, antes de considerar las alternativas a su alcance. Pensemos que Jacob caminaba ante Dios, es decir, con la conciencia de la divina presencia y este hecho le tuvo que haber sacudido grandemente ya que se trataba de su única hija y virgen.
Gen. 34, vs 6:
וַיֵּצֵ֛א חֲמ֥וֹר אֲבִֽי־שְׁכֶ֖ם אֶֽל־יַעֲקֹ֑ב לְדַבֵּ֖ר אִתּֽוֹ׃
o “…y salió Hamor, padre de Siquem a Jacob para hablar con él…”: Hamor fue comisionado por su hijo Siquem para que hablara con Jacob con el fin de que le dejara desposarse con Dina, su hija.
Gen. 34, vs 7:
כִּֽי־נְבָלָ֞ה עָשָׂ֣ה בְיִשְׂרָאֵ֗ל לִשְׁכַּב֙ אֶת־בַּֽת־יַעֲקֹ֔ב וְכֵ֖ן לֹ֥א יֵעָשֶֽׂה
o “…porque se hizo vileza en Israel al acostarse con la hija de Jacob y eso no se debía de hacer…”: Pensemos que Jacob fue nombrado Israel después de que se peleó con el ángel de Dios, el cual le bendijo. La futura santidad de Israel no permitía que cosas así sucediesen porque se había manchado el nombre de Israel públicamente.
Gen. 34, vs 8:
שְׁכֶ֣ם בְּנִ֗י חָֽשְׁקָ֤ה נַפְשׁוֹ֙ בְּבִתְּכֶ֔ם תְּנ֨וּ נָ֥א אֹתָ֛הּ ל֖וֹ לְאִשָּֽׁה
o “…Siquem mi hijo pegó su alma con vuestra hija, dádsela por favor a él por esposa…”: Hamor pone presión sobre Jacob y su familia para que Dina sea entregada como esposa a su hijo Siquem. Hamor no ve la razón por la cual le pueda ser denegada, en virtud de la posición social que él ocupa.
Gen. 34, vs 9:
בְּנֹֽתֵיכֶם֙ תִּתְּנוּ־לָ֔נוּ וְאֶת־בְּנֹתֵ֖ינוּ תִּקְח֥וּ לָכֶֽם
o “…vuestras hijas nos sean dadas y nuestros hijos tomaréis para ustedes…”: Hay que observar el hecho de que Hamor, el padre de Shejem, ni siquiera se dignó a pedir excusas a Jacob por lo que había hecho su hijo. Ello denota una falta de moralidad grande e Israel no podía de ninguna manera acceder a mezclarse con gente sin principios ni temor de Dios porque atentaría contra los planes de Dios para Israel.
Gen. 34, vs 10:
וְאִתָּ֖נוּ תֵּשֵׁ֑בוּ וְהָאָ֙רֶץ֙ תִּהְיֶ֣ה לִפְנֵיכֶ֔ם שְׁבוּ֙ וּסְחָר֔וּהָ וְהֵֽאָחֲז֖וּ בָּֽהּ׃
o “… y con nosotros habitad y la tierra será, delante vuestra, morad y negociad con ella y tomad posesión de ella…”: Hamor trata de convencer a Jacob enfatizando el aspecto económico y social sin tener en cuenta el aspecto espiritual. Para él no hubo agravio porque no tenía conciencia de la santidad como era el caso con Jacob.
Gen. 34, vs 11:
וַאֲשֶׁ֥ר תֹּאמְר֛וּ אֵלַ֖י אֶתֵּֽן
o “…y lo que me digáis os daré…”: Hamor, con el fin de agradar a su hijo, ve como Jacob y los hijos no son tan receptivos a su ofrecimiento y les ofrece lo que ellos pidan.
Gen. 34, vs 12:
הַרְבּ֨וּ עָלַ֤י מְאֹד֙ מֹ֣הַר וּמַתָּ֔ן וְאֶ֨תְּנָ֔ה כַּאֲשֶׁ֥ר תֹּאמְר֖וּ אֵלָ֑י
o “…multiplicad a cargo mío mucha dote y dones y las daré tal y como me digáis…”: Hamor no repara en bienes materiales en tal de satisfacer la voluntad de su hijo. Sigue sin entender que en la vida no todo es dinero y placer porque existen valores espirituales que hay descubrir y respetar.
Gen. 34, vs 13:
בְּמִרְמָ֖ה
o “…con engaño…”: Los hijos de Jacob planearon la venganza por haber Shejem amancillado a su hermana.
Gen. 34, vs 13:
אֲשֶׁ֣ר טִמֵּ֔א אֵ֖ת דִּינָ֥ה
o “…que envileció a Dina…”: El concepto de envilecimiento es contrario a lo que Israel enseñaría al mundo, es decir, el concepto de טהרה o “purificación” que conduce hacia la santidad. La impureza hace que el que la comete este “distanciado” de Dios por todo el tiempo que dure esa impureza, de la cual uno se limpia espiritualmente según enseña la Biblia, a través de סליחה o arrepentimiento, ודוי o confesión y כפּרה o restitución y desagravio. Recordemos como cuando alguno en Israel pecaba o estaba impuro, se le sacaba fuera del campamento, en el cual moraba el Tabernáculo de reunión, hasta que estaba puro. El pecado o la carencia, enajena al individuo de Dios separándole de Él, temporalmente.
Gen. 34, vs 14:
לָתֵת֙ אֶת־אֲחֹתֵ֔נוּ לְאִ֖ישׁ אֲשֶׁר־ל֣וֹ עׇרְלָ֑ה כִּֽי־חֶרְפָּ֥ה הִ֖וא לָֽנוּ
o “…dar a nuestra hermana a un hombre incircunciso (gentil) porque es vergüenza para nosotros…”: Los hermanos de Dina, ofuscados por el agravio y la falta de respeto hacia su hermana, o no supieron o más bien no quisieron explicar lo que la santidad significaba para ellos prefiriendo decir que era vergüenza para ellos, dándole una connotación cultural más que espiritual. Quizás pensaron que no valía la pena tratar de convencerlos porque no les entenderían, en virtud de que la santidad requiere de un crecimiento espiritual que, Hamor y su pueblo, no tenían.
Gen. 34, vs 15:
אִ֚ם תִּהְי֣וּ כָמֹ֔נוּ לְהִמֹּ֥ל לָכֶ֖ם כׇּל־זָכָֽר
o “…si queréis ser como nosotros tenéis que circuncidar a todo varón vuestro…”: Tenían un tenebroso plan y lo iban a cumplir al pie de la letra para vengarse. Aparentemente, no tenían intención alguna en que, a través de la circuncisión, se convirtieran a Dios.
Gen. 34, vs 16:
o “…y seremos un pueblo…”: Un mismo pueblo. Simeon y Leví están conspirando descaradamente contra ellos porque no tienen la menor intención de unirse a ellos.
וְהָיִ֖ינוּ לְעַ֥ם אֶחָֽד
Gen. 34, vs 17-24:
Los hijos de Jacob hicieron un complot para castigar muy severamente a ese pueblo por lo que había hecho el hijo del líder.
Gen. 34, vs 25:
שְׁנֵֽי־בְנֵי־יַ֠עֲקֹ֠ב שִׁמְע֨וֹן וְלֵוִ֜י
o “…los dos hijos de Jacob, Simeón y Levy…”: Estos dos se caracterizaban por su radicalismo celoso y por su violencia a flor de piel excediéndose en su cometido por la hermana. Nadie les hará desistir de sus planes.
Gen. 34, vs 25:
וַיַּֽהַרְג֖וּ כׇּל־זָכָֽר
o “…y asesinaron a todo varón…”: La idea de estos dos hermanos consistía en quedarse con todo lo que el pueblo tenía y seguir su camino. Quisieron sentar un precedente para que todos supieran que en la casa de Israel, ese tipo de abominación era inaceptable.
Gen. 34, vs 26:
וַיִּקְח֧וּ אֶת־דִּינָ֛ה מִבֵּ֥ית שְׁכֶ֖ם
o “…y cogieron a Dina de la casa de Shejem…”: Shejem aparentemente o tenía secuestrada a Dina o sus hermanos la habían permitido ir con el fin de que se confiaran y bajaran la guardia.
Gen. 34, vs 27-29:
Los hijos de Jacob saquearon la ciudad, tomaron su ganado y todos los demás bienes y llevaron cautivos a sus mujeres y a sus niños, a causa de que Siquem había amancillado a su hermana. Este proceder parece exagerado ya que no guarda proporción. Sin embargo, Dios no les va a castigar sino que los va a proteger para que los pueblos de alrededor no los persigan.
Gen. 34, vs 30:
עֲכַרְתֶּ֣ם אֹתִי֒ לְהַבְאִישֵׁ֙נִי֙ בְּיֹשֵׁ֣ב הָאָ֔רֶץ בַּֽכְּנַעֲנִ֖י וּבַפְּרִזִּ֑י
o “…me habéis afligido al haberme difamado entre los habitantes de la tierra, el Cananeo y el Ferezeo…”: La reacción de Simeón y de Levy, en realidad, no le habían difamado ya que sentaron un precedente espiritual correcto. Lo que sucedió fue que al ser tan radical y cruel, al asesinar a todos los del pueblo, en opinión de Jacob, él se sintió socialmente aislado, en virtud del comportamiento tan desproporcionado y brutal de Simeón y Leví. Ahora, Jacob temía por su futuro porque seguramente no iba a ser bien recibido en ningún lugar que se supiera lo que los hijos de Israel hicieron. La violencia es un medio y no es ni buena ni mala. Todo depende de la finalidad que se persiga al hacer uso de ella.
Gen. 34, vs 30:
וַאֲנִי֙ מְתֵ֣י מִסְפָּ֔ר וְנֶאֶסְפ֤וּ עָלַי֙ וְהִכּ֔וּנִי וְנִשְׁמַדְתִּ֖י אֲנִ֥י וּבֵיתִֽי
o “…y yo, con pocos hombres, se juntarán sobre mí y me matarán y seré destruido yo y mi casa…”: Jacob entiende que se convirtió en un paria público y que posiblemente se unirían los Cananeos y los Ferezeos con el fin de destruirlos. A Jacob le preocupó tener que convertirse en un grupo proscrito, cuyos ideales le hacían incompatible con los demás de la región. Al pueblo de Israel también le sucede lo mismo, en el sentido de que, aunque tenga la razón, no desea disentir de la comunidad internacional por temor a las represalias. En el fondo, no confía en Jehová su creador. Le teme a las naciones gentiles más que a Dios.
Gen. 34, vs 31:
וַיֹּאמְר֑וּ הַכְזוֹנָ֕ה יַעֲשֶׂ֖ה אֶת־אֲחוֹתֵֽנוּ
o “…y dijeron (Simeón y Leví): ¿Por qué debió él (Shejem) tratar como a una prostituta a nuestra hermana?…”: Los hermanos esgrimen un argumento moral válido como justificación por todo el mal que hicieron. Es de notar el hecho de que Dios bendito no reprimiría ni castigaría a Simeón y a Leví por ello. Al contrario, más adelante, veremos como Dios escoge a la tribu de Levy para el sacerdocio por su celo espiritual. Sin embargo Jacob no lo olvidaría y les criticaría a los dos, incluso, en el lecho de muerte por esto que hicieron.
Gen. 35, vs 1:
ק֛וּם עֲלֵ֥ה בֵֽית־אֵ֖ל וְשֶׁב־שָׁ֑ם
o “…levántate y sube a Beit El y mora allí…”: Dios decidió intervenir para aconsejar a Jacob lo que tenía que hacer. Posiblemente, Jacob tenía mucho miedo y estaba muy confundido e indeciso.
Gen. 35, vs 1:
וַעֲשֵׂה־שָׁ֣ם מִזְבֵּ֔חַ לָאֵל֙ הַנִּרְאֶ֣ה אֵלֶ֔יךָ בְּבׇ֨רְחֲךָ֔ מִפְּנֵ֖י עֵשָׂ֥ו אָחִֽיךָ
o “…Y haz allí un altar a Dios, el cual se te apareció en tu huída de delante de Esaú tu hermano…”: Dios le insta a Jacob a olvidarse del enojoso asunto y a enlazar espiritualmente su vuelta con su huída. Lo importante era ahora establecer las bases sobre las cuales el Israel espiritual se iba a cimentar. El asunto de una generación, por cruel que haya sido, no es tan determinante como la relación eterna de Dios con Israel. El judío tiene que dar precedencia a lo importante y lo importante es su relación eterna con Dios, mas allá de lo que haga una generación en particular. Recordemos que Dios sacrificó a los primogénitos en Egipto para liberar a Israel, lo cual indica que la labor del pueblo santo, con sus desaciertos y virtudes, está destinada a beneficiar a toda la humanidad porque si Israel peca, Dios le castiga y las naciones lo ven. Y si Israel es virtuoso, Dios le premia y las naciones también le ven.
Gen. 35, vs 2:
הָסִ֜רוּ אֶת־אֱלֹהֵ֤י הַנֵּכָר֙ אֲשֶׁ֣ר בְּתֹכְכֶ֔ם וְהִֽטַּהֲר֔וּ
o “…Desprenderse de los dioses ajenos que hay entre vosotros y (espiritualmente) limpiaros…”: Además de los ídolos que le robó a Labán Raquel, estaban los dioses que trajeron las mujeres del pueblo Hevéo que masacraron. No pienso que los hijos de Israel tuvieran muchos dioses extraños entre ellos, aunque puede que, en algo, se hubieran contaminado.
Gen. 35, vs 3:
לָאֵ֞ל הָעֹנֶ֤ה אֹתִי֙ בְּי֣וֹם צָֽרָתִ֔י וַיְהִי֙ עִמָּדִ֔י בַּדֶּ֖רֶךְ אֲשֶׁ֥ר הָלָֽכְתִּי
o “…al Dios que me responde en el día de mi angustia y estará conmigo en el camino en que anduviere…”: Jacob se da cuenta de que Dios le va a proteger, como lo demostró en el pasado.
Gen. 35, vs 4:
אֵ֣ת כׇּל־אֱלֹהֵ֤י הַנֵּכָר֙ אֲשֶׁ֣ר בְּיָדָ֔ם וְאֶת־הַנְּזָמִ֖ים אֲשֶׁ֣ר בְּאׇזְנֵיהֶ֑ם
o “…a todos los dioses extraños que tenían en sus manos y zarcillos que estaban en sus orejas…”: Posiblemente, serían de plata y de oro, sin embargo Jacob los consideró anatema o sin valor comercial. Cualquier ídolo, por valioso que sea, ha de ser descartado, sin pararse a considerar su valor comercial porque con la espiritualidad no se debe de negociar. Es obvio que los valores espirituales son superiores a las ganancias materiales.
Gen. 35, vs 5:
חִתַּ֣ת אֱלֹהִ֗ים עַל־הֶֽעָרִים֙ אֲשֶׁר֙ סְבִיב֣וֹתֵיהֶ֔ם וְלֹ֣א רָֽדְפ֔וּ אַחֲרֵ֖י בְּנֵ֥י יַעֲקֹֽב
o “… el temor de Dios cayó sobre las ciudades que estaban alrededor y no persiguieron a los hijos de Jacob…”: Dios intervino para asustar a los pueblos en sus alrededores con el fin de que no persiguieran a Jacob. Por esto, es común decir en Israel hoy, al referirse a Dios, מגן יעקב o “…protector de Jacob…”. ¿Acaso no protegió al pueblo judío por 2000 años hasta hacernos volver en 1948 y en 1967 a la tierra prometida para tomar posesión de ella?
Gen. 35, vs 7:
אֵ֖ל בֵּֽית־אֵ֑ל
o “…Todopoderoso de Beit El…”: Jacob, cuando huía, se le apareció Dios y le prometió en Beit El, que estaría con él, que prosperaría y que le devolvería a su tierra en paz. Ahora, viene la confirmación de esa promesa por la cual Jacob reconoce al Dios vivo y verdadero, el que cumple la promesa.
Gen. 35, vs 8:
וַתָּ֤מׇת דְּבֹרָה֙ מֵינֶ֣קֶת רִבְקָ֔ה וַתִּקָּבֵ֛ר מִתַּ֥חַת לְבֵֽית־אֵ֖ל
o “…y murió Débora nodriza de Rebeca y fue enterrada debajo de Beit El…”: Cuando Jacob tuvo que abandonar la casa de sus padres, Débora, nodriza de Rebeca, decidió irse con él. También cuando Jacob decidió abandonar la casa de Laban, ella retornaría con él. Por otra parte, el hecho de que se la enterrara debajo de la encina (árbol) de Beit El significa el gran aprecio que le tenía Jacob porque además usa el término אַלּ֥וֹן בָּכֽוּת o “…encina del lloro…”, es decir, fue lamentada profundamente.
Gen. 35, vs 9:
וַיְבָ֖רֶךְ אֹתֽוֹ
o “…y bendijo a él…”: Esta bendición está expresada en el verso siguiente, es decir, al convertirle de Jacob en Israel. Israel está compuesto de dos sílabas: La primera es ישר o “… recto…” y אל o “…Dios…”, es decir, “el recto de Dios”. Por eso, cualquiera que pretenda pertenecer a Israel, significa que es consciente de la consideración del yugo de la presencia divina en todo su quehacer e incluso en su pensamiento. En esto estriba el pacto de Dios con Abrahán al convertirse de גוי ערל o “… Gentil incircunciso…” en ישראל Jehovíta o seguidor del Dios viviente”, mediante el pacto de la circuncisión en su carne y en su mente y corazón (conciencia espiritual) en virtud de las enseñanzas de la Torah.
Gen. 35, vs 10:
וַיִּקְרָ֥א אֶת־שְׁמ֖וֹ יִשְׂרָאֵֽל
o “…y llamó su nombre Israel…”: Quiere significar que Dios le trata como aquel que es consciente de la consideración del yugo divino en su comportamiento y consecuentemente, le juzga por este patrón. Por eso vemos como Israel es el primer castigado cada vez que en el mundo las fuerzas de mal triunfan sobre las fuerzas del bien. En otras palabras, el mal triunfa en cualquier parte del mundo porque el Israel espiritual corrompe sus valores y baja la guardia. Los judíos ocupan posiciones claves en los gobiernos de todo el mundo y tienen que ejercer su liderazgo espiritual responsablemente.
Gen. 35, vs 11:
וַיֹּ֩אמֶר֩ ל֨וֹ אֱלֹהִ֜ים אֲנִ֨י אֵ֤ל שַׁדַּי֙
o “…y le dijo Dios: Yo Soy el Dios Todopoderoso…”: Al individuo que se convierte en cuerpo y alma al yugo de Dios, Dios le da אבטחה אלהים o “… la seguridad en Dios…”, es decir, espiritualmente, le manifiesta la visión de ciertas verdades existenciales las cuales han de transformarlo de simple mortal, sujeto al ámbito relativo tiempo-espacio, en consciente de la eternidad, del infinito y del absoluto, en condiciones de trascendencia espiritual.
Gen. 35, vs 11:
גּ֛וֹי וּקְהַ֥ל גּוֹיִ֖ם
o “…una nación y un conjunto de naciones…”: Una nación se refiere a Israel y un conjunto de naciones se refiere a las demás naciones espirituales del mundo seguidoras de los valores de Israel.
Gen. 35, vs 11:
וּמְלָכִ֖ים מֵחֲלָצֶ֥יךָ יֵצֵֽאוּ
o “…y reyes saldrán de tus lomos…”: Por reyes se entiende los que ostentarán el poder, es decir, la elite espiritualmente iluminada en términos de compasión (amor a Dios y a la humanidad), verdad (según uno mejor la entiende esforzándose mediante el concurso de la conciencia), justicia (conceptualmente o intelectualmente justa) y juicio (prácticamente al servicio de la justicia social y no del poderoso e influyente.)
Gen. 35, vs 12:
וּֽלְזַרְעֲךָ֥ אַחֲרֶ֖יךָ אֶתֵּ֥ן אֶת־הָאָֽרֶץ
o “…y a tu descendencia después de ti, daré la tierra…”: Aquí vemos manifiestamente el compromiso de Dios con el Israel espiritual, en virtud de darle la tierra de Canaán a la descendencia de Abrahán, Isaac e Israel (Jacob.) Este compromiso es eterno y sucederá en su momento, no antes, es decir, cuando la conciencia de Israel esté espiritualmente preparada para ello. No se trata de un tiempo determinado sino de la expansión de la conciencia.
Gen. 35, vs 13:
וַיַּ֥עַל מֵעָלָ֖יו אֱלֹהִ֑ים בַּמָּק֖וֹם אֲשֶׁר־דִּבֶּ֥ר אִתּֽוֹ
o “…y subió de sobre él Dios en el lugar en el cual habló con él…”: Pienso que uno incurriría en un error de juicio espiritual al considerar que Dios sube o baja, es decir, moviéndose en el espacio físico. La interpretación espiritual de esto es que Dios cesó de comunicar directamente con Israel o Jacob y no se fue a ningún lugar porque Dios está en todo al ser omnipresente. Lo que sucedió fue una desconexión directa de Jacob con Dios. Dios sigue conectado con Jacob aunque Jacob no lo perciba con sus cinco sentidos sino con el espíritu de confianza en su Creador.
Gen. 35, vs 14:
וַיַּצֵּ֨ב יַעֲקֹ֜ב מַצֵּבָ֗ה בַּמָּק֛וֹם אֲשֶׁר־דִּבֶּ֥ר אִתּ֖וֹ
o “…y erigió Jacob una estatua en el lugar en el que hablo con Él…”: Jacob refleja el evento espiritual que allí aconteció, mediante el símbolo creado con piedras, en la dimensión relativa del espacio. El símbolo al ser visto, el evento espiritual es recordado porque la mente humana tiende a olvidar con el transcurrir del tiempo. Es una forma de intentar “eternizar” el evento en cuestión, es decir, pretender sacarlo del “ayer” para traerlo, como se ve, al “hoy”, recordándolo.
Gen. 35, vs 14:
וַיַּסֵּ֤ךְ עָלֶ֙יהָ֙ נֶ֔סֶךְ וַיִּצֹ֥ק עָלֶ֖יהָ שָֽׁמֶן
o “…y vertió sobre ella libación y derramó sobre ella aceite…”: El proceso de libación contempla el deseo de santificación por parte del que lo ejecuta. El aceite viene a significar el líquido que no se corrompe o transforma cuando se mezcla con otros líquidos, sino que mantiene su estado permanentemente, en señal de la condición de eterna incorruptibilidad.
Gen. 35, vs 18:
וַיְהִ֞י בְּצֵ֤את נַפְשָׁהּ֙ כִּ֣י מֵ֔תָה
o “…y sucedió que al salírsele el alma porque murió…”: El alma viene dada por Dios al momento de la concepción y es arrebatada en el momento de la muerte al volver al Creador. Sería un error considerar que el alma entra y sale del cuerpo humano porque el alma no pertenece al ámbito del espacio. Lo que sucede con la muerte es que Dios corta la conexión espiritual que existía con el cuerpo vivo. Esta conexión no está ni en el tiempo ni en el espacio porque “reside” en el ámbito indefinible espiritual de Dios. Pensemos que lo físico es de género limitativo y se mueve en la dimensión tiempo espacio mientras que el espíritu puro no puede estar confinado a tiempo ni a lugar ninguno.
Gen. 35, vs 19:
וַתָּ֖מׇת רָחֵ֑ל וַתִּקָּבֵר֙ בְּדֶ֣רֶךְ אֶפְרָ֔תָה הִ֖וא בֵּ֥ית לָֽחֶם
o “…y murió Raquel y fue enterrada en el camino de Efrat, en Belén…”: Raquel no está enterrada en Hebron con los demás patriarcas. Ella es la única madre de Israel que está separadamente enterrada en Belén.
Gen. 35, vs 22:
וַיֵּ֣לֶךְ רְאוּבֵ֗֔ן וַיִּשְׁכַּ֕ב֙ אֶת־בִּלְהָ֖ה֙ פִּילֶ֣גֶשׁ אָבִ֑֔יו
o “…y fue Rubén y durmió con Bilha, concubina de su padre…”: Bilha era la sirvienta de Raquel y siendo la concubina de Jacob, le había dado dos hijos: Dan y Naftalí. El acto de acostarse con la mujer de Jacob, su padre, constituyó una inmoralidad porque Rubén, como hijo mayor, pretendió de manera malsana competir con su padre en el terreno sexual. La Biblia no comenta si después de esto Jacob se volvió a acostar con Bilha o no. Es muy posible que no porque resultaría inmoral de su parte. Este asunto tuvo que haber molestado sobremanera a Jacob ya que en sus bendiciones en el lecho de muerte, se lo censuró a Rubén en los siguientes términos: “….no serás el principal por cuanto subiste al lecho de tu padre, con lo cual te envileciste….. Imagínese el lector si, como consecuencia de tener cópula Ruben con ella, le hubiera nacido un hijo. Este sería hermanastro de Dan y Naftalí como su padre Ruben.
Gen. 35, vs 27:
וַיָּבֹ֤א יַעֲקֹב֙ אֶל־יִצְחָ֣ק אָבִ֔יו מַמְרֵ֖א
o “…y vino Jacob a Isaac su padre en Mamré…”: Y Dios bendito, en la magnitud de sus mercedes, le permitió a Jacob volver a ver a Isaac su padre de nuevo. Recordemos que cuando le dio la bendición del pacto, Isaac pensaba que en cualquier momento el podía morirse. Es muy posible que transcurrieran tres o cuatro décadas desde entonces.
Gen. 35, vs 28:
:וַיִּֽהְי֖וּ יְמֵ֣י יִצְחָ֑ק מְאַ֥ת שָׁנָ֖ה וּשְׁמֹנִ֥ים שָׁנָֽה׃
o “…y fueron los días de Isaac ciento ochenta años…”: Isaac fue el que más vivió de todos los patriarcas. Abrahán vivió 175 años y Jacob viviría 147 años.
Gen. 35, vs 29:
וַיִּגְוַ֨ע יִצְחָ֤ק וַיָּ֙מׇת֙ וַיֵּאָ֣סֶף אֶל־עַמָּ֔יו זָקֵ֖ן וּשְׂבַ֣ע יָמִ֑ים וַיִּקְבְּר֣וּ אֹת֔וֹ עֵשָׂ֥ו וְיַעֲקֹ֖ב
o “…y exhaló Isaac (el espíritu) y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y harto de días y le enterraron Esaú y Jacob (sus hijos)…”: La muerte no es el fin para Isaac porque el término “… y fue recogido…” no significa que terminó sino que espiritualmente continua vivo. Por otro lado, su vida terrenal fue de abundancia y de felicidad y al final, incluso de concordia porque sus hijos se reconciliaron y lo enterraron. Esaú no pretendió la muerte de Jacob su hermano después de la muerte de Isaac su padre, como había amenazado.
Gen. 36, vs 5:
וְאֶת־קֹ֑רַח
o “…y Coré…”: Este Coré, descendiente de Esaú, no tiene que ver con el de la rebelión contra Moisés y Aarón porque el Coré de la rebelión era descendiente de la tribu de Levi, hijo de Jacob.
Gen. 36, vs 12:
אֶת־עֲמָלֵ֑ק
o “…a Amalec…”: De este, posiblemente, saldrían ciertas fuerzas del mal contra las cuales, Israel habría de enfrentarse en cada generación (El rey Agag, el primer ministro Persa Haman y, aparentemente, el canciller Alemán Hitler, ya que quiso, a través de la “solución final” acabar con el pueblo judío).